Ya les había contado en el artículo anterior sobre los triunfos del checo Emil Zatopek en las pruebas de 10.000 y 5.000 metros, durante los XV Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952.
La alegría de la “locomotora Humana” aquella tarde en que venció en los 5.000 metros será doble. Se tomó revancha de la carrera perdida en los Juegos Olímpicos anteriores, pero además, compartirá felicidad y medalla con su esposa. Dana Zatopkova, que participaba en la prueba del Lanzamiento de la Jabalina y que ganó con una distancia de 50,47 m.
La Zatopkova ganaba y se fundía en un emocionado abrazo con su esposo. Ya era una gran casualidad que ambos hubieran logrado el oro la misma tarde. Claro que no era ésta la única coincidencia, porque también los dos habían nacido el mismo día, el 19 de septiembre de 1932, y estaban a punto de cumplir 30 años.
Pero ni la felicidad de Zatopek, ni su extraordinaria exhibición habían terminado, tres días mas tarde corría la maratón. Era la primera vez que corría una prueba de semejante duración. Claro que contaba con bastante trabajo adelantado, a través de los 30 kilómetros de entrenamiento que solía realizar.
Tras un largo rato escondido dentro del pelotón de corredores, a mitad del trayecto, justo cuando se iniciaba el trayecto de regreso al estadio, el checo se puso a la cabeza junto al sueco Jansson. Pero pasados los 30 kilometros, aceleró y se quedó solo, iniciando así su marcha triunfal hasta el recinto deportivo donde el público lo recibió coreando entusiasmadamente su nombre. Zapotek ganaba la prueba con una marca de 2h23m03s2, conquistando así su tercera medalla de oro de aquellos Juegos, con un margen de casi 2 minutos y medio sobre el argentino Reinaldo Gorno que llegó con un tiempo de 2h25m35s0. El tercer lugar fue para el sueco Jansson con un tiempo de 2h26m07s0.
Delfo Cabrera, el argentino ganador de la maratón londinense de 1948, sólo pudo terminar sexto.
A Zatopek, aún le quedaban los Juegos de Melbourne. Luego con el grado de Coronel, se puso a favor de la “Primavera de Praga” y fue degradado ¡a barrendero! Pero la reacción del pueblo, pese a la represión, fue tal que las autoridades soviéticas acabaron sacándolo de limpiar las calles para darle un puesto burocrático, fuera de la vista de sus fieles compatriotas.
por Eduardo Cumplido Mayrock (Domingo 4 de enero de 2015)
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