Superficies, ritmo e impacto en nuestras articulaciones#RunchileArtículos ritmo e impacto en nuestras articulaciones Superficies

Imagen_Articulo_Superficies_por_Adrian_Rodriguez

Muchas veces he escuchado a alguien recomendarme que no debo correr en las veredas, que busque la tierra y ojalá que no corra muy fuerte para evitar el impacto en mis articulaciones. Tiene lógica, si uno le da duro al pavimento, con mala técnica y unas zancadas enormes la ecuación que me surge es una: Lesión.

Si fuera por lo anterior no existiría corredor de trail lesionado o bastarían unas zapatillas ultra acolchadas para mantenernos sanos, cosa que los hechos y los años han demostrado, no es efectivo. Sin embargo ¿qué dice la evidencia al respecto? En este punto me encontré con un artículo interesante que nos dará algo de luz científica a este juicio.

El Dr. Brian Heiderscheit, Director de la Clínica de Running en la Universidad de Wisconsin explica que cuando se corre en diferentes superficies nuestros músculos se ajustan a las características del terreno. Así mismo, nuestro cerebro recaba constantemente dicha información y anticipa la tensión muscular con que vamos a acometer en nuestra zancada. Esta información queda registrada en nuestro disco duro y gracias a ella definimos con qué fuerza aterrizamos y generamos tracción. Así para alguien acostumbrado a terrenos arenosos o cenagosos sus músculos y cerebro le harán aterrizar con la misma carga sobre sus rodillas que alguien acostumbrado a correr en concreto, dejando el impacto prácticamente igual.

Respecto al ritmo de carrera, hay publicado un estudio danés de la Universidad de Aarhus (Journal of Orthopedic and Sports Physical Therapy, 2015) en el que compararon la carga en las rodillas tras correr 1 km a tres ritmos distintos: lento (7:30min/km), moderado (5:05min/km) y veloz (3:48min/km), resultó que a mayor velocidad el impacto en la rodilla por zancada fue mayor, sin embargo la carga total en la rodilla fue un 30% menor en el grupo veloz debido a que poseían mayor longitud de zancada, así necesitaron menos zancadas para completar el kilómetro. Basado en esto, correr lento y largo, en particular al estar fatigados, puede derivar en lesiones de rodilla por sobrecarga.

Conclusiones: No existe una superficie en particular que nos proteja de lesiones, hay que variar el terreno donde entrenamos para resetear nuestro cerebro y músculos, y utilizar distintos ritmos de carrera.

por Adrián Rodríguez (Martes 26 de julio de 2016)

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