Ser un Corredor adoctrinado#RunchileArtículo #SerCorredorAdoctrinado

Hay una frase de Tom Cruise en la película Top Gun 2 que es sencilla pero precisa. “Ser piloto no solamente me define, no es sólo lo que hago, ser piloto es lo que soy”. Esta escena no se da en un ambiente de pavoneo, sino todo lo contrario, Maverick estaba sumamente angustiado. Ser piloto era virtud, pero también una cruz.

¿Y qué diablos tiene que ver esto con el running? Tiene que ver con cómo vivimos este deporte, y cuan ortodoxos somos respecto a la doctrina con que practicamos el deporte.

¡Ahora, salgo con doctrina! Pues déjenme explicarles algo. La doctrina es la forma como se organiza un grupo humano para tener mínimos comunes en la consecución de un objetivo común. Así, donde haya una institución, existe doctrina: Religión, Fuerzas Armadas, Empresa, ONG, y –oh sorpresa- Grupos deportivos… ¡de running!

La doctrina no es mala, es necesaria. Da un marco, un norte, a los miembros quienes la siguen y profesan, ya que cada miembro de una organización es inherentemente diferente. El problema es cuando el dogma se traga al individuo. Ejemplo clásico es Ned Flanders: El feligrés que le pide al reverendo Alegría que haga más misa y que sea “más papista que el Papa” (“Estúpido Ned” murmuraba el reverendo mientras intentaba hacer algo tan mundano como jugar con su trenecito de juguete).

En política, los extremistas, esos que si alguien osa salirse un milímetro de la doctrina del partido, es señalado como paria y mientras más radical se es, mayor estatura moral entre sus correligionarios se obtiene. Pero ¿es esto natural y deseable? Van entendiendo el punto ¿no?

A estas alturas se preguntarán ¿Para dónde va Adrián con estos desvaríos? Pues aquí mi reflexión. El running es un deporte que nos da muchos beneficios, si a esto le sumamos formar parte de un grupo organizado, estos beneficios se triplican, y si además este grupo tiene una doctrina, esta nos dará un marco para desarrollarnos mejor, superarnos y evitar muchos errores. El problema es… cuando se pasa a ser un runner radical y el running pasa de ser algo que hago a lo que me define: “El running es lo que soy, soy maratonista serio”. Luego si lo practicamos con una devoción casi religiosa nos transformamos en Talibanes del Running. Así, este bonito pasatiempo se convierte en una camisa de fuerza doctrinaria.

Frases como “Que no debes tener más de 15% de grasa”; “Que los largos son de 30km o no sirven“; “Que porque lo hace Kipchoge o porque lo hace Bekele”; “Que no voy al matrimonio porque mañana tengo un largo”; “Que si en competencia pasaste sobre una acera en una curva debes darte 20 latigazos por tramposo”; “Que un maratón no se abandona (aunque estés arriesgando tu físico)” etc, etc, etc…

Madurez, perspectiva, sentido de realidad (conocer y aceptar nuestras capacidades), sumado a confianza en nosotros mismos y autoestima. Eso es lo que se necesita para no caer en dogmas ni radicalismos. ¡De ningún tipo! Seamos corredores apasionados, pero “moderados”, no radicales.

Yo fui un talibán del maratón, lo reconozco. Me caí varias veces y me trajo algunos momentos muy dulces, pero muchos tragos amargos en estos 18 años. El running se supone que es libertad, no dejemos que se transforme en un corsé para nuestra vida y de paso ¡No enjuiciemos al resto por no vivirlo como nosotros, como se supone que DEBE ser realizado! Suena tonto, pero se da bastante y es bastante más saludable para nuestra mente. Ahora que la salud mental está tan de moda.

Por Adrián Rodríguez

Miércoles 9 de noviembre de 2022

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