Paavo Nurmi «Revolución»#RunchileArtículos Eduardo Cumplido Paavo Nurmi

La tercera parte de esta trilogía sobre el gran Paavo Nurmi y sus actuaciones olímpicas, se desarrollo durante los IX Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928.

Las pruebas de atletismo se inician con la medalla de plata en el Lanzamiento del Martillo para Herman Brix (otro futuro Tarzan cinematográfico), dominando los norteamericanos en el lanzamiento como en el salto alto.

Pero el plato fuerte del día es la carrera de 10.000 metros, en la que van a enfrentarse (como en París 1924) las dos estrellas finlandesas: Paavo Nurmi y Vilho Ritola.

Hay expectación por ver qué hará, cómo estará Nurmi en sus terceros Juegos Olímpicos.

En 1925, tras las medallas parisinas, llegó a disputar 52 carreras en Estados Unidos (de 1.500 a 20.000 metros), perdiendo sólo una. Pero en los dos años siguientes sufrió varias derrotas en Europa. Y, consiente de su agotamiento, desapareció misteriosamente de circulación. Tanto que su propia Federación, pese a inscribirlo, no sabía nada de él. Su participación se mantuvo en suspenso hasta el último minuto. Nurmi apareció en el muelle, con su maleta, cuando toda la selección de deportistas olímpicos estaba ya embarcada.

Pero, a la hora de la verdad, el gran Paavo Nurmi respondió casi como en los Juegos anteriores. Nurmi y Ritola dominan la carrera de 10.000 metros de punta a cabo, y una vez solos a la cabeza, luchan encarnizadamente para soltarse el uno del otro. Pero no se separaron hasta la recta final, donde Nurmi, en el sprint (después de 10 kilómetros) bate a su rival con un tiempo de 30´18”8. Ritola llega a la meta con un tiempo de 30´19”4, y en tercer lugar el sueco Wide con 31´00”8.

Sin embargo, antes de la final de los 5.000 metros, se lesionó en la clasificación de los 3.000 metros con obstáculos, al caer de espaldas en el salto de agua, se lastimó la cadera y el pie. El francés Lucien Duquesne se detuvo a ayudarlo, mostrándose agradecido por el gesto, en el último tramo, Nurmi le ofreció dejarle ganar la eliminatoria, no obstante, Duquesne se negó y finalizó en segundo lugar, por detrás de Paavo.

En los 5.000 metros, perdió el oro ante Ritola quien con un tiempo de 14´38”0 se llevo la prueba y Nurmi se vio obligado a luchar por la plata con Wide, la que finalmente logró ganar con un tiempo de 14´40”0.

Batallando con las lesiones, se tuvo que conformar también con el segundo lugar en final de los 3.000 con obstáculos. En la última vuelta, aunque alejado del resto, llegó nueve segundos después que su compatriota Toivo Loukola. Quien ganó la prueba con un tiempo de 9´21”8. El bronce fue para el también finlandés Ove Andersen con una marca de 9´35”6.

Paavo Nurmi buscó competir en sólo dos eventos en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932: los 10.000 metros y la Maratón, con lo que habría participado en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos. Sin embargo, en abril de 1932 previo a los Juegos, el Consejo Ejecutivo de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, suspendió a Nurmi de los eventos atléticos internacionales, debido a una investigación sobre su estatus de amateur por haber percibido dinero durante su estancia en Norteamérica.

En 1952, cuando los Juegos se celebraron en Finlandia, el Comité Olímpico Internacional, le exoneró de toda culpa. Él fue quien entró en el Estadio Olímpico de Helsinki portando la antorcha para encender, entre vítores y aplausos, el fuego olímpico. El estadio en pleno se estremeció cuando el héroe apareció en la pista, con menos pelo, pero con su buena forma física habitual.

A su retirada, Paavo Nurmi contaba en sus logros con doce medallas olímpicas, nueve de ellas de oro y tres de plata; además, había acumulado un total de treinta y un récords -marca todavía no igualada-, entre 1929 y 1932, y ostenta el máximo récord de medallas de oro -cinco- conseguidas en atletismo en unos mismos Juegos, en 1924.

– Leer el 1er artículo Paavo Nurmi AQUÍ
– Leer el 2do artículo Paavo Nurmi «Recargado» AQUÍ

por Eduardo Cumplido Mayrock (Jueves 11 de diciembre de 2014)

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