Helsinki, la capital de Finlandia fue la sede para los XV Juegos Olímpicos, y sería también el lugar donde se darían dos actos que podríamos denominar de “Revanchas históricas”.
La primera de ellas tuvo que ver con la que Finlandia le tenía jurada al COI, desde los JJOO de Los Ángeles en 1932, cuando descalificaron a Paavo Nurmi. Frente al nuevo estadio con capacidad para 70.000 personas, se había erigido una estatua al más grande campeón fines de todos los tiempos. Y esa misma estatua había servido como ilustración de los carteles anunciadores de los XV Juegos.
Pero aún quedaba lo mejor de la revancha. Fue el secreto mejor guardado. Sólo lo conocían unas 5 personas, y desde luego nadie precisamente del Comité Internacional. Fue en el momento en que la antorcha olímpica estaba llegando al estadio, cuando de pronto, entró en la pista un hombre calvo, cincuentón, algo grueso, pero con elegante estilo de zancada, portando el fuego sagrado. ¡Era el mismísimo Paavo Nurmi! El estadio estallo en una impresionante ovación, al tiempo que coreaba el nombre del inolvidable campeón de las nueve medallas.
Al dia siguiente todo el mundo estaba pendiente de la carrera de 10.000 metros donde entre otros volvían a enfrentarse Emil Zatopek y Alain Mimoun (primero y segundo en Londres). El checo y el argelino-francés, como cuatro años antes, empezaron a dominar la carrera casi desde los primeros kilómetros. Al llegar a los 8.000 metros, Zatopek dejo atrás a Mimoin, ganando la carrera con una marca de 29´17”, casi 15 segundos de ventaja sobre los 14´07”4 de su contendor.
Pero la segunda revancha de los juegos se daría cuatro días después cuando la “Locomotora Humana” saldaría la cuenta pendiente que teína en los 5.000 metros, con el belga Gastón Reiff, su vencedor londinense.
Todos los corredores están nerviosos antes de la salida que hasta se produce una salida en falso, cosa harto difícil en una prueba de fondo.
Se da finalmente la partida y es Reiff quien toma la iniciativa. Pero Zatopek, que ya había aprendido de su rival, no lo deja esta vez tomar ventaja. El belga se hunde a dos vueltas del final quedando sólo cuatro atletas a la cabeza. Pero en los últimos cien metros, uno de ellos (Chataway) tropieza y cae.
Zatopek saca sus últimas fuerzas, y termina separándose de los últimos dos ganando la prueba con un tiempo de 14´06”6. Mimoun entra sólo a ocho decimas con una marca de 14´07”4, y el alemán Shade a dos segundos con 14´08”6.
El francés de Argelia, por tercera vez (una en Londres y dos aquí) tiene que conformarse con la plata tras el checo. La carrera ha cumplido, de punta a punta con la expectación despertada.
por Eduardo Cumplido Mayrock (Lunes 29 de diciembre de 2014)