Dos escándalos#RunchileArtículos Eduardo Cumplido Maraton Sant Louis

Nuestra historia de hoy, se remontamos a los III Juegos Olímpicos que se desarrollaron en la ciudad norteamericana de Saint Louis en 1904.

Parece que la prueba de la maratón, la más simbólica de cada Juego Olímpico, está destinada a que siempre pase algo que empaña su leyenda. Esta vez fueron 2 los sucesos que la enturbiaron.

Imagen_Articulo_Dos_escandalos_por_Eduardo_Cumplido_01
Frederick Lorz

La carrera, esta vez de 40 km, se llevaría a cabo por los alrededores campestres de Saint Louis, con un muy duro recorrido, ya que había que superar hasta siete empinadas colinas.

A las 3 de la tarde se da la partida a los 27 maratonistas. Trece son norteamericanos y 10 griegos (6 de ellos vivían en USA y trabajan como mozos en un restaurant), se completa el grupo con 1 cubano y 3 sudafricanos de los cuales dos trabajan en un circo de exhibición antropológica.

La carrera, como toda maratón, es extremadamente dura; y en el kilómetro 15 se produce el abandono del que luego sería el primero en llegar al estadio. Se llamaba Frederick Lorz, quien agotado se subió al flamante automóvil de su entrenador. El norteamericano paso sentado en el coche y saludo al grupo de cabeza, que integraban 3 compatriotas, y sólo se preocupo de llegar al estadio para recuperar su vestimenta normal.

Pero faltando 7 kilometros para la meta, el automóvil en el que viajaba sufrió una pana. Lorz se bajo y encontrándose físicamente recuperado (tras 18 kilometros viajando sentado) decidió nuevamente ponerse a correr. Los jueces que lo vieron intentaron pararle, pero al decirles Lorz que “sólo iba a buscar su ropa”, lo dejaron seguir.

Imagen_Articulo_Dos_escandalos_por_Eduardo_Cumplido_02
Thomas J. Hicks

Y ocurrió que Lorz fue recibido en el estadio con una gran ovación , y que alentado por eso aceleró su ritmo en la vuelta final al estadio haciendo creer al público que era el vencedor. Su “broma” llegó al extremo de dejarse fotografiar en la meta con la hija del presidente Roosevelt.

Lorz fue descalificado a perpetuidad, pero perdonado un año después, y demostrando su calidad ganando la maratón de Boston. Esta vez sin trampa.

La “travesura” de Lorz quedó al descubierto por el público, cuando llegó a la meta el agotado pero triunfador Thomas J. Hicks, un inglés inscrito por los norteamericanos, con un tiempo de 3h28m53s. Hicks quien era Payaso de profesión, superó más por las malas que por las buenas a sus compatriotas Corey (3h34m14s) y Newton (3h47m33s), quedando el cubano en cuarto lugar y uno de los griegos en quinto.

Pero Hicks se convirtió en el primer caso de doping de unos Juegos. El Payaso estuvo dos veces a punto de abandonar, pero en ambas ocasiones su preparador le inyecto (en público y ante los jueces) sendas dosis de sulfato de estricnina, junto con tragos de yemas de huevo y coñac. A pesar de eso, o además, en una de las últimas colinas tuvieron que subirlo a empujones y tirando de sus brazos.

En aquellos tiempos no había control antidoping, ni siquiera prohibición de estimulantes. Pero fue a raíz de las inyecciones de Hicks (que se demoró 4 horas en recuperarse) que los doctores del COI dictaron las primeras normas contra el uso de drogas.

por Eduardo Cumplido Mayrock (Domingo 19 de octubre de 2014)

⚡ Lee Runchile.cl

Comentarios

comments