Sebastián Calderón: “Me quedo con toda la energía de la gente entregada en la carrera”

Race Report Maratón de Nueva York 2023

Ha pasado una semana del Maratón de Nueva York y me encuentro disfrutando de los rayos de sol que caen sobre Central Park, recordando lo que ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida y lo hago mirando la llegada donde hay una placa que dice “New York City Marathon Finish Line” desde 1970. Sin duda que para la gran mayoría de las personas correr 42 Km podría sonar una locura, pero para mí fue un desafío personal que va más allá del cruzar la línea de meta.

En abril, tomé la decisión y me planteé el objetivo de correr mi primer maratón, llevaba alrededor de 2 años sin tener actividad física sistemática posterior a la pandemia y se me hacía muy difícil sostener un ritmo bajo los 6 minutos el kilómetro por más de 30 minutos. Estaba pasando por un proceso personal muy complejo y por casualidades de la vida llegue a leer el libro “La Felicidad de Correr” de Gonzalo Zapata.

Este libro me permitió entender el running como un estilo vida. Lo vivo para tener mis espacios para reflexionar, meditar, pensar y por el momento que estaba pasando fue una verdadera terapia. Fue tan increíble la sensación que generó en mí, que contacté a Gonzalo (autor del libro) para saber si podía entrenar con él y poder cumplir con mi objetivo. En cosa de minutos Gonzalo responde mi mensaje y me dice que nos juntemos a tomarnos un café para conversar de los objetivos planteados. Lo primero que dije fue, quiero correr la Maratón de Nueva York en noviembre, ¿cómo lo ves? Llevábamos unos 10 minutos de conversa y sin conocerme, me dice: “Se nota que tienes mucha energía y motivación, vamos a crear un plan para llegar en las mejores condiciones a NY ¡vamos con todo!”.

El preparar el maratón significó grandes cambios en mi vida cotidiana, cambios que hoy considero muy positivos. Significó crear disciplina en acciones como entrenar a diario, tener un plan de alimentación balanceado, fortalecimiento físico y trabajar la mentalidad, este último fue el más complejo. Siempre me consideré una persona muy ansiosa y algo impulsivo, claramente elementos que no ayudan para correr un maratón. Se necesita de mucha tranquilidad y paciencia. Estos elementos fueron claves y con nuestro entrenador en WeMove, Mauricio Santander, pude fortalecerlos de la mejor manera.

Se acercaba el día de la maratón y no dejaba de pensar en la fiesta que venía por delante. Como todo runner también nos empezamos a preocupar de evitar posibles lesiones, resfríos, molestias, etc. Mi vuelo a NY salía tres días antes del maratón, desde el momento que al cruzar policía internacional ya me sentía en “modo maraton” y se empezaba a sentir el ambiente. Muchos corredores iban en el mismo vuelvo, podía ver las chaquetas de las carreras majors de años anteriores, camisetas de distintos clubes, banderas chilenas y mucha energía.

Una vez en Nueva York, me acerco al proceso de inmigración y el policía me pregunta: “Why are you coming to the United States?”, automáticamente le contesto con una sonrisa de oreja a oreja “I’m going to run the New York Marathon”. Claramente yo estaba más feliz que el policía por ingresar al país.

Al momento de llegar a la ciudad el ambiente del maratón era absoluto, una verdadera Torre de Babel, donde se veían personas de distintos países, idiomas y culturas. No obstante, lo más lindo es que a todos y todas nos unía el mismo objetivo que era correr el Maratón de Nueva York.

El día de la carrera, para llegar al lugar de partida teníamos que cumplir con una extensa logística, pero muy bien organizada, en mi caso fue inolvidable el viaje en ferry desde Manhattan a Staten Island, pasando por lugares icónicos de la ciudad como la Estatua de la Libertad. Desde este momento ya se empezaban a acelerar las pulsaciones y las emociones crecían.

Una vez en la partida de la carrera se lograba dimensionar lo grande que era el evento, más de 50.000 personas en el mismo lugar fue realmente increíble. Mi horario de largada era a las 10:20 am, tuve tiempo para meditar y sentirme extremadamente orgulloso del proceso que había vivido para llegar a NY. Todos los mensajes recibimos de amigos, familiares, miembros de WeMove, etc. Me dieron la adrenalina necesaria para partir este gran desafío. Lo más importante en un maratón es confiar en tu entrenamiento, disfrutar y nunca parar de sonreír. Ese fue el lema que me llevo a terminar mi primer maratón y en menos de 4 horas.

Creo que el maratón de NY es para disfrutarlo al 100%. Me quedo con toda la energía de la gente entregada en la carrera, lo bien organizada y sentirme seguro con mi entrenamiento. Con esto puedo decir que el running, es una parte integral de mi vida y da motivación para los próximos objetivos, sin duda, nuevas maratones en los próximos años.