El próximo 15 de mayo se cumplen 3 años de la misteriosa muerte de Samuel Wanjiru, probablemente uno de los mejores fondistas de todos los tiempos, quien vio truncada su vida con apenas 24 años. A pesar que nos mostró mucho, en el mundo del running queda la sensación que lo mejor de Wanjiru aún estaba por venir.
Las circunstancias de su muerte siguen sin aclararse y la Policía, que en principio lo indicó como un suicidio, posteriormente sugirió que podría tratarse de un accidente. Lo que se sabe es que cayó del balcón de su casa en Nyahururu, en el centro de Kenia después que su esposa lo descubriera con otra mujer en su propia casa.
Samuel Wanjiru fue un atleta precoz y con un talento descomunal. Quizás su mayor logro fue el título olímpico en la maratón en Beijing 2008, no sólo por el tiempo dadas las condiciones, sino como lo hizo. Las condiciones de calor y humedad fueron extremas. Se decía que sería una maratón lenta. Wanjiru salió fuerte desde el comienzo. Sólo unos pocos aguantaron. Hasta ese momento típicamente los maratonistas se estudiaban hasta el kilometro 30 y desde ahí se resolvía la carrera. Wanjiru cambio las reglas, y modificó el maratón para siempre. La carrera se inicia con el disparo. Ese fue su mayor legado. En Beijing cronometró 2:06:32 batiendo el record olímpico por casi de 3 minutos. Tenía 21 años. Pero no fue lo único. La lista es larga.
Como la mayoría de los fondistas keniatas Wanjiru creció en el campo y no usó zapatos hasta que tenía 14 años. Corría y caminaba descalzo para ir a la escuela, al almacén o para recoger agua del río Kwandugiri. A diferencia de sus colegas, Wanriju pertenece a la tribu de los kikuyu, diferentes del pueblo kalenjin de donde proviene la mayoría de los súper atletas Keniatas. Los kalenjin son reconocidos por sus piernas largas y delgadas (representan sólo el 12% de la población) mientras los kikuyu tienden a ser más chicos y más gruesos (representan el 22% de la población). Medio en serio medio en broma, hay varios kalenjin que afirman ser el padre de Wanjiru, argumentando que con su velocidad sólo podía ser kalenjin. De hecho, el padre de Wanjiru es desconocido.
Por falta de dinero tuvo que abandonar la escuela secundaria en Kenya, pero mostró desde muy joven sus aptitudes para el fondo. A los 15 años le fue otorgada una beca de una escuela japonesa para representarlos en carreras de relevos llamadas “ekiden”. Se graduó en marzo de 2005 con 18 años y se quedó en Japón para correr “ekiden” con el equipo de las empresas Toyota.
Ese mismo año, un 11 de septiembre logró batir en Rotterdam el récord del mundo en el medio maratón con una marca de 59:16, apenas un segundo menos que el registro que tenía su compatriota Paul Tergat. Se ganó 100.000 dólares. Algunos meses después el etíope Haile Gebrselassie le quitaría el récord con 58:55, pero en 2007 Wanjiru lo recuperaría en La Haya con 58:33.
Corrió su primera maratón en Fukuoka en diciembre de 2007, ganando con una gran marca de 2:06:39, que fue el 3er mejor registro del año. En abril de 2008 obtuvo el 2° lugar en la maratón de Londres con 2:05:24. Al año siguiente, 2009, ganaría en Londres dejando el récord del circuito en 2:05:10.
En 2008, Wanjiru volvió a Kenia desde Japón y comenzaron sus problemas. Aparentemente era muy generoso con la enorme cantidad de plata que ganaba y se rodeó de amigos y familiares que vivían a sus expensas. Se dice que llegó a ganar 10 millones de dólares entre premios y auspicios. Disfrutaba de su riqueza. Comenzó a tomar en exceso y sus puestas a punto se hicieron más esporádicas y dificultosas.
En 2009, Wanjiru estableció récords tanto en el maratón de Londres como en Chicago donde estableció un registro de 2:05:41. Pero probablemente su carrera más memorable sea su triunfo en Chicago en 2010. A 2 meses del evento estaba con 5 kilos de sobrepeso y claramente fuera de forma. Su manager quería retirarlo de la prueba pero Wanjiru lo convenció de que lo intentaran. El mano a mano con Tsegaye Kebede de Ethiopia en los últimos kilómetros es probablemente uno de los duelos más espectaculares de la historia.
Después de la maratón de Chicago en 2010, Wanjiru volvió a Nyahururu y nunca volvió a correr. Esa fue su última carrera. Un fenómeno que nos dejo un saber amargo.
Sus mejores registros históricos son los siguientes:
• 1.500 metros – 3:50.28 (Nagasaki, 30 de julio de 2003)
• 5.000 metros – 13:12.40 (Hiroshima, 29 de abril de 2005)
• 10.000 metros – 26:41.75 (Bruselas, 26 de agosto de 2005)
• Media Maratón – 58:33 (La Haya, 17 de marzo de 2007)
• Maratón – 2h 05:10 (Londres, 26 de abril de 2009)
por Ricardo Cumplido (Miércoles 23 de abril de 2014)