Race Report Caviahue Trail Argentina 50 km
Desde hace ya hace un par de años comencé con esta aventura. Correr por los cerros y montañas, para muchos podría parecer una locura o algo difícil de dimensionar, pero para los que sentimos la pasión por este deporte se vuelve algo casi fundamental en nuestro día a día, incluso la ansiedad de no correr en los «días de descanso» se vuelve algo difícil de llevar.
En mi vida intento, como muchos, hacer calzar el tiempo para el trabajo y mi vida personal y a eso le sumo el tiempo que dedico para entrenar, el cual muchas veces no es suficiente o no es el que quisiera. No me auspician grandes marcas ni tengo el apoyo económico de empresas o privados, soy un chileno común y corriente que como muchos se entrega por completo a la pasión que lo mueve.
Desde hace unos meses junto a mi entrenador Mauricio Díaz, comenzamos a pensar en qué carreras serían nuestros objetivos para este año y fue cuando obviamente nos decidimos por el selectivo de ultra trail que se desarrolló hace una semana. Pero muchas veces nos proponemos algo y la realidad suele ser muy distinta. Lamentablemente no pude asistir por compromisos personales, y sumado a esto, no estuve de acuerdo con que la federación oficializara la fecha del selectivo con tan poca anticipación.
Es por esto que empezamos con la búsqueda de nuevos objetivos y otras carreras. Fue ahí donde Mauricio hizo contacto con Martín Romero (organizador de Caviahue Trail y al cual agradezco su gran hospitalidad) y pudo gestionar un cupo para ir a participar de esta linda carrera. En el papel parecía una carrera bastante accesible y sin tanta dificultad, la cual me ayudaría a preparar los desafíos que tenemos planeados para este 2018, pero en la realidad me encontré con un terreno muy técnico y difícil de transitar.
En busca de la victoria
Todo comenzó el día domingo 18 de febrero a las 7:00 am en Caviahue, hermoso pueblo de montaña ubicado en el norte de la provincia de Neuquén. El viento soplaba con mucha fuerza y se veía la ansiedad en la cara de los competidores. En lo personal estaba muy tranquilo, primero porque había dormido increíblemente (siempre comento que dormir bien es la clave para una buena carrera) y segundo porque no había ninguna presión de por medio.
Se dio la partida y de inmediato partimos con un ritmo bastante fuerte. El gran Nelson Ortega (atleta argentino de tremenda trayectoria) se puso en la cabeza de carrera y comenzó a tirar con fuerza en las primeras subidas. Esos primeros kilómetros inmediatamente me dieron a entender que la carrera sería rápida y una constante lucha. Así pasaron los primeros 10 kms, corriendo a paso firme e intentando que no se me escapara la punta. Mi estrategia de carrera casi siempre es la misma, correr de menos a mas e ir atento a mis sensaciones.
Todo bien hasta el kilómetro 10, cuando veo a Nelson parado sin rumbo y me comenta que las marcas no indicaban bien el camino. Fue ahí que nos detuvimos e incluso 3 atletas más nos alcanzaron. Mientras se intentaban poner de acuerdo, decido tomar una ruta que parecía ser la correcta y al parecer todos se unieron a la causa. Nuevamente Nelson se pone en la punta y yo por mi parte intento no dejar que se me escape. Pensaba constantemente la gran paliza que me había dado en los 50k del Endurance Challenge 2017 y que no quería volver a repetir. Avanzamos hasta el kilometro 20 donde pasamos por las calles de Copahue, un pueblo vecino que limita con la cordillera chilena.
De ahí en adelante, intenté seguir la punta por desfiladeros, cerros de arena y roqueríos, donde me sentía como en Chile corriendo por los senderos de Vulcano. Me repetía constantemente que no tenía presión y que debía correr a sensaciones.
Cerca del kilómetro 30 bordeando unas lagunas en lo alto de la cordillera, recordé a la altitud que estábamos corriendo y me preguntaba si esto me afectaría. Pero rápidamente lo olvidé al ver que el tercer y cuarto lugar venían a paso firme unos metros atrás. En ese paisaje montañoso, más bien parecido a un desierto y con al menos 30 grados de temperatura, fue cuando me puse a recordar cada entrenamiento y cada día de sacrificio para poder estar ahí y estar corriendo de la manera que lo estaba haciendo.
Ya cerca del kilometro 40 en una bajada de escorial volcánico, decidí apretar, correr como si la meta estuviera a la vuelta de la esquina y despegarme del resto. Fue ahí cuando el viento pegaba fuerte en la espalda y el volcán Copahue atrás de mi se alzaba imponente, y entonces pude correr como me gusta, bajar un poco descontrolado y un poco controlado a la vez, sin pensar en los kilómetros que faltan. Así llegué a la última recta llegando a Caviahue, sólo 3 kms me separaban de la meta y fue cuando recordé los entrenamientos en pista y calle que tenemos con mis amigos en Temuco. Tocaba aguantar un par de kilómetros de alta intensidad para poder ganar mi primera carrera fuera de mi país y que me deja conforme y tranquilo para preparar los desafíos que se vienen este año, que aún incierto se que será cada vez mejor.
Luis Brevis
Trail Runner
Miércoles 21 de febrero de 2018