Hola amigos de Runchile, mi nombre es Felipe Aguayo Paul, sé que la gran mayoría de ustedes no sabe quién soy debido a que compito y pertenezco al mundo del triatlón, pero ahora que lo pienso… no muchos me conocen en el mundo del triatlón tampoco así que, supongo que en general no soy muy conocido… Jajaja.
Bueno vamos al punto, este es mi Race Report de la Maratón del Gran Concepción que tuvo 3 distancias 10 km, 21 km y 42 km.
Esta carrera es muy buena porque conecta todas las comunas de Concepción y hace que de diversos puntos de esta ciudad se llenen de corredores y que los automovilistas en muchas partes estén atascados en las calles tocando sus bocinas y odiando sus vidas sedentarias.
El día del Maratón amaneció despejado (los 42 km partían en Talcahuano), me levanté con miedo y mucho nervio, ya que si bien sabía que esta carrera en tiempo dura menos que un Ironman 70.3 (4h20m aproximadamente para mí), era mi primera maratón y tenía claro que sería durísimo, además que sabía que habrían muy buenos corredores y yo era un novato, por lo que mi estrategia era de conservar el ritmo lo más posible y ya entrado a la última porción de la carrera, atacar y ver que se podía hacer y que tan arriba podía escalar en la clasificación general.
El recorrido parte desde la tortuga de Talcahuano en dirección a Concepción, girábamos y volvíamos a Talcahuano para entrar a la base Naval para luego tomar el camino portuario llegando a la costanera y entrar a San Pedro por el puente Llacolén, para luego ir hasta el km 5 de la ruta de la madera y girar por última vez volviendo a Concepción mediante el puente mecano (que se construyó debido al terremoto) y cruzar la meta. Circuito relativamente plano, pero duro por el viento.
A las 9 en punto largamos los más de 100 corredores en esta distancia. Desde el primer metro tomé la punta junto con un gran atleta de Arauco llamado Luis Barra Soto. Mi estrategia inicial nunca entró en acción, en la partida algo me dijo: Esto es el Maratón, es para sufrir y hoy gana el que más dominio muestre y así fue el primer km lo pasamos en 3:10 y mantuvimos ese ritmo de carrera, el viento ya pegaba fuerte y con Luis seguíamos en la punta, perseguidos por un segundo grupo de 4 atletas que estaba a 200 metros. Entramos a la base Naval y pasamos por frente del Huáscar -fue un privilegio poder correr ahí- luego giramos y nos fuimos por toda la zona portuaria de San Vicente para tomar la costanera. Los primeros 10 km los pasamos en 36:30 y mi socio Luis ni siquiera respiraba exigido e iba suelto como caderas polinésicas. Además nos pegaba un viento fuerte de frente y así fue por el 70% de la carrera.
En el km 15 Luis hace un cambio de ritmo y se me fue, yo mantuve el mío y me empecé a preocupar más del aspecto nutricional de la carrera, tomar 2 vasos en cada puesto de hidratación (cada 5 km) que lamentablemente sólo tenían agua e ir comiendo los geles. Pasé la marca de los 21 km en 1h18m y me sentía enterito, tenía a Luis a 500 metros y nunca me preocupé mucho de los que venían detrás.En el km 25 me empezaron a doler los cuádriceps y me extrañó un poco, no entré en pánico, agachaba la cabeza y trataba de mantener la biomecánica lo más posible, sabiendo que en esto de correr carreras de resistencia es un juego de frustraciones y hay que saber superarlas. El km 30 lo pasé en 1h55m y veía que la distancia que me llevaba Luis se acortaba (ya era de unos 200 metros y se veía más apretado), nunca me encontré con “el muro”, pero sí momentos en donde uno está a merced de las condiciones y no tener esa extra velocidad, pero bueno, es cosa de saber que le está pasando eso a todos y hay que saber mantenerse psicológicamente implacable.
En el km 35 -que ya era en la ruta de la madera- le di caza a Luis y dimos el último giro para volver a Concepción, sabía que de los 2 él era el que estaba más vacío y peleando con el dolor (no llevaba geles y sólo había tomado agua, estoy seguro de que si hubiese comido durante la carrera, Luis habría ganado con total comodidad, además es una gran persona con un espíritu de humildad tremendo) entonces, si quería llevarme la victoria, era el momento de atacar.
Apreté y se rompió el elástico y sentía que ya era una carrera casi ganada, me concentraba en todo lo que pasaba en mi cuerpo, haciendo escaneos cada minuto y nunca descuidando la hidratación, biomecánica y respirar bien.
Km 40, quedaba poco pero detrás mío 2 grandes corredores a 1 minuto más o menos, Carlos Aravena del Club Lautaro que llevaban años adjudicándose la victoria de esta maratón y Juan Riffo, que tiene una cantidad de maratones increíbles en el cuerpo (Oh sí! tenía clarito quienes estaban corriendo, si hay algo que hago bien, es estudiar todo antes de la carrera jajaja), pero nunca miré para atrás, nunca miro hacia atrás, sabía que había agarrado el toro por las astas durante todo el día y que si querían ganarme iban a tener que jugarse sus fichas al punto de que ellos mismos podían quedarse sin nada.
Saliendo del Puente Mecano ya veía la meta y dejé que ese magnetismo que tiene me llevara hacia ella, todos los dolores y miedos se habían ido. Llegué con un tiempo de 2 horas 38 minutos 04 segundos. Completaron el podio Carlos Aravena y Juan Riffo, fue un excelente día, pude correr fuerte y llevarme la victoria con un tiempo bastante decente para un Triatleta y primerizo en la maratón.
El premio en efectivo lo doné a Alonso, un joven que no conozco que vive en Punta Arenas y sufre de Aplasia Medular, él en resumen, necesita 50 millones de pesos para que pueda tener la ayuda médica necesaria y así poder seguir viviendo, su familia empezó con un hashtag #UnEquipoMedicoParaAlonso. Donando este dinero (200 mil pesos) aunque sé que es poco, quiero mandar el mensaje de que el mundo como está ya tiene suficientes problemas, no hay necesidad de crear aún más, empecemos a hacer las cosas por pasión, amor y honor, que el dinero no sea una barrera y menos que le pongamos precio a la vida. Si yo puedo donar el 100% de lo que era mi sueldo, porque yo entreno Full Time y el único pago que recibo es cuando gano carreras, hago esto de mi vida y quiero tener el privilegio de poder llamarme profesional del deporte que amo, imagínense si las empresas y también los grandes empresarios podrían lograr, hacer y mejorar este mundo donando su 1%.
Y también a aquellos médicos que no mueven sus manos a menos que se les pague, los veo hablando mucho acerca del espíritu de donar, cuando se trata de órganos pero queda hasta ahí nomás cuando pasan cosas como la de Alonso.
Evolucionemos los conceptos de este mundo, nuestra evolución no terminó con el desarrollo del pulgar, aún queda el 99% de nuestra mente y corazón por evolucionar. Ese es el punto, yo compito y me sacrifico cada día porque amo ganar, es lo que me arma y desarma, cuando lo tengo me siento 100% completo. Si fuera fortuna lo que busco en este mundo no estaría haciendo esto.
Quiero agradecer y dedicarles este triunfo a todas las personas que saben cuánto me apasiona esto y aportan con su grano de arena. Además a Under Armour, CRT Concepción Alto rendimiento.
Saludos y nos vemos en la próxima carrera.
Felipe Aguayo
Fecha de la Carrera: Domingo 13 de Octubre de 2013
Fecha de la Carrera: Domingo 13 de Octubre de 2013
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