Decidí escribir sobre el “fracaso” después de lo sucedido en la Copa Centenario de América. De esa sensación que queda tan notoria en las expresiones de los argentinos, como que no hay nada peor en la vida y se suma al poco tiempo la declaración de Messi retirándose de su propia selección. Lo mismo me tocó vivir personalmente en mis carreras y muchas veces verlo también en competidores, quedando desalentados, frustrados para todo lo que venga.
Porque bajo la mirada de muchos, el “fracaso” es mucho peor que sólo perder, fracasar contiene rabia, frustración, angustia y, como resultado, la pérdida de la confianza en uno mismo que golpea directo a la autoestima. O sea quedar hecho pedazos a un costo muy alto.
Y si analizamos de a poco el fracaso podemos ir descubriendo algunos factores importantes, que los sentimos y nos pasan la cuenta a la hora de “ir” por nuestro reto, en vez de ver oportunidades.
Primero, interpretar el reto como una amenaza a la que hay que ir a ganar o a quedar dentro de los mejores, dejando de pensar que es una carrera planteada para correr como una meta, independiente de si es un Ironman completo, un maratón o una carrera de menos volumen, porque finalmente se nos olvida que estamos buscando cumplir ciertos sueños que deseamos realizar.
Segundo, generamos expectativas de ganar o de tiempo las que pasan en algún minuto a ser obligaciones, entonces sólo queda “lo que tiene que suceder”, te pasa la cuenta la historia personal, los podios, las expectativas de los otros hacia ti, el ego de querer ser adulado. No siempre es igual para todos, sólo que cuando la ilusión es teñida de tu propio agobio, las emociones cambian. Así tal cual le pasó a Messi antes de tirar el penal, no me cabe duda que quería ganar y se olvidó de cómo hacer el mejor tiro.
Ya fracasados por el resultado, se disparan otros pensamientos a las futuras pruebas (busca cual puede ser el tuyo).
Sensación de pérdida no sólo por el resultado, sino que generalizar todo de manera negativa, dejando de observar que has salido segundo o tercero, o que has llegado a la meta, has logrado no pinchar o caerte, haber hecho una de las pruebas en muy buen tiempo, correr sin calor, etc., tantos “pequeños grandes” detalles que sucedieron a tu favor.
“Siempre pierdo”, “siempre me va así”, entonces cada vez que te pones a prueba en una carrera o entrenamiento lo ves en “términos absolutos”, cuando en la realidad no es así, o si lo fuera, no sería útil pensarlo de esa manera, ya que no te das posibilidades ni esperanzas a futuro.
La predisposición negativa que te lleva a pensar, con esta bicicleta, ruedas, estos competidores, clima, etc no voy a poder.
“Esto no es para mí”, “no se me da fácil”, “soy malo”, “no sirvo”, personificándote en la derrota, dando miles de explicaciones tratando de aplacar una culpa o vergüenza de un resultado que es irracional, ya que es una carrera no la vida. O ganar es lo único importante?, o tu tiempo de carrera?, el colocarte las etiquetas negativas además de que afectan tu autoestima, funcionan como profecías autocumplidas y la próxima vez que te enfrentes a una adversidad comenzará a actuar el miedo a fallar nuevamente, la obligación de variar el resultado, la ansiedad y el descontrol que hará que se de finalmente la expectativa.
Dejar de hacer este deporte y comenzar en otro o no hacer nada, lo que NO hará que desaparezcan las creencias, las predisposiciones. Abandonar será la solución de forma y no de fondo, ya que lo principal es ir a ese lugar propio y profundo para rescatar tus propios valores, fuerzas, capacidades, todos los recursos que tienes en los cuales confiar de ti para afrontar nuevos desafíos.
Bienvenido FRACASO, ya que éste es mucho más que creer que es pérdida y desilusión, por el contrario es la gran OPORTUNIDAD de aprender desde el alma, de que es posible cambiar el rumbo, elegir variar el camino, elegir tratarme bien, elegir ser más feliz, SIEMPRE elegir desde mi libertad, porque tu deporte no te puede cerrar ni dañar tus alas, eres tú quien elige hacerlo, el deporte tiene que ser tu trampolín hacia algo mayor y trascendental en tu vida.
“Está bien celebrar el éxito, pero más importante prestar atención a las lecciones del fracaso” – Bill Gates
Miércoles 20 de julio de 2016
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Soledad Díaz de la Vega
Coach Deportiva
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