Race Report Frontera Trail (50k) 2019
En menos de un mes había corrido mi primer maratón de montaña, la semana siguiente una carrera durísima como es Til- Til Lampa y dos semanas después me encontraba casi comenzando mi primer ultra.
La noche antes de la carrera me costó mucho conciliar el sueño, tanto así que dormí sólo 3 horas, el despertador sonó a las 4:00 am, me cambié de ropa, tomé el desayuno de costumbre con un infaltable café muy cargado y fuimos rumbo a la carrera con mis compañeros del hospedaje.
A las 5:00 am nos encontrábamos preparando los últimos detalles para comenzar la carrera, intentaba demostrar tranquilidad, pero internamente me cuestionaba muchas cosas y me pasaban miles de cosas por la mente. Sólo quedaban 20 minutos para la largada y con mi amigo Cristian Loaiza nos dimos un fuerte abrazo deseándonos lo mejor, faltaban sólo segundos para comenzar. El clima era perfecto, no había lluvia y el frío era normal.
Comenzó la cuenta regresiva y sólo quería que mi cuerpo fuera capaz de aguantar mi primer ultra, los primeros kilómetros me basé en estrategias anteriores y no seguí a los punteros, sólo me mantuve en el segundo grupo. Las primeras subidas ya me hacían recuerdo de lo que es Frontera Trail, también conocida como la fiesta del barro, pero es una condicionante que no me complica para nada, todo lo contrario, me siento como un niño jugando en charcos y bajadas técnicas.
Mi reloj me marcaba ya en 1 hora de carrera y todavía seguíamos con sólo nuestro frontal para iluminar nuestro camino. Los kilómetros siguientes comenzamos un ascenso en camino de ripio hasta llegar a la cumbre en donde la naturaleza me volvió a enseñar que todo puede pasar y que jamás perdiera la esperanza. Esto lo comento ya que de un instante a otro apareció una neblina muy espesa, tanto así que sólo tenía la visibilidad de 1 ó 2 metros y era casi imposible seguir las cintas, el grupo se había compactado nuevamente y trabajamos en equipo por unos momentos para poder evitar algún posible accidente.
El tiempo seguía corriendo y la neblina ya había pasado. También estaba amaneciendo, por lo cual el frontal ya no era necesario, en aquel momento comenzamos un descenso por bosques de eucaliptus y caminos de ripio (esto me hacía sentir como estar en casa de mi madre durante los fines de semana de cerro), no podía estar en un mejor lugar que ese. Estaba en 4° posición, pero me sentía muy bien, además tenía a la vista a los punteros, por lo cual estaba todo bien.
Al llegar al punto de abastecimiento en el kilómetro 36 logré pasar el punto de control situado en 2° lugar y en mi mente llegaron sólo pensamientos positivos. Quedaban sólo un par de kilómetros y me sentía muy bien, así que me pregunté ¿por qué no arriesgar y correr con todo en los últimos kilómetros?
Dos kilómetros más adelante me encontraba junto a Patricio Cavieres en la cabeza de carrera, estaba esperando el instante para hacer un cambio de ritmo y en ese momento recordé de las instrucciones de mi entrenador: «en los últimos kilómetros piensa en que puedes ir a un mundial y vuélvete loco». En una pequeña pendiente cambié de ritmo y pude quedar solo en la cabeza de carrera. Ese parcial lo revisé cuando llegué a la meta y había sido a 3:20 después de 38 kilómetros de carrera, seguí con un ritmo frenético, como ya me había alimentado e hidratado muy bien no pararía en ningún Pass para recargar o algo.
Llegando al último Pass en el kilometro 42.5, no podía creer que estaba en primera posición y sólo me faltaban alrededor de 6-7 kilómetros para terminar mi primer ultra. En los siguientes kilómetros era sólo bajada y era una ruta que me conocía por mi participación el año pasado. Cuando faltaban los últimos metros tuve la suerte de encontrarme con los corredores de los 15 kilómetros que recién estaban comenzando su carrera, esto me produjo una tremenda alegría, ya que todos me estaban dando ánimo y chocamos las manos en señal de buena onda y de energía pura.
Al entrar al recinto de la SOFO comienzan a decir mi nombre a lo lejos, segundos más tarde me encontraba cruzando la meta, no podía estar más feliz y conforme con mi desempeño.
Tengo 21 años y una de las cosas que he aprendido en estos 3 años corriendo es que si somos constantes y dedicados por algo podemos lograr casi cualquier cosa. Hace tres años era una persona sedentaria y hoy acabo de terminar una carrera de 50 kilómetros.
En una carrera te pueden pasar muchas cosas, aún más durante una ultra distancia, pero mientras tengas en tu corazón esperanza y sueños, se pueden lograr muchas cosas. Correr es un deporte individual y en gran parte de la carrera estás sólo, pero en tu interior piensas en tu familia, amigos, personas que ya no están contigo y alguna vez les prometiste que darías lo mejor de ti.
Agradecimientos:
Gracias a mi madre por su apoyo incondicional para poder practicar este deporte que tanto me apasiona.
Gracias a mi entrenador Jairo Azocar por estar conmigo en todo este proceso, para mi es fundamental tener a una persona tan profesional como él.
Gracias a Puelche Producciones por hacer un evento de tal magnitud, la ruta estaba increíblemente marcada con cintas en cada momento, los puntos de abastecimiento estaban perfectamente ubicados y la gente que había en ruta amaba lo que estaba haciendo, por lo cual se transmitía una energía maravillosa.
Gracias a Salomon y Suunto Chile por equiparme de la mejor manera para concretar cada uno de los desafíos.
Nicolas Ignacio Benavides Bohle
Atleta del Team Salomon Chile
Fecha de la carrera: 8 de septiembre de 2019