Race Report del Maratón de Santiago 2024
A fines de noviembre de 2023, después de tanto posponerlo, me uní a un team de running. Fue una decisión que me llevó tiempo pues veía que unirse a un team de running era competir, pero también era la oportunidad de mejorar, de correr lindo, ese era mi fin.
Entré al equipo sin meta alguna de carrera próxima, sin embargo, a poco andar aparezco inscrita en los 42K del MDS. Ya con una meta tangible con fecha fija había que ponerle ganas y cumplir al 100% el plan, el cual disfruté (aún sufriendo en la pista) de principio a fin, con jornadas matutinas y vespertinas 6 días a la semana, no hubo día que no disfrutara cada kilómetro.
El resultado
Y llegó el día, que para mí comenzó un poco antes cuando se me indico el ritmo al cual debía correr, aún cuando me había ido bien en los controles de 21K (Media Maratón de Viña) y 10k (Corrida de Carabineros), veía que era un ritmo ambicioso, luego pensé, confío en mi coach y en su nivel de certeza y experiencia, a esta altura el conoce más mis tiempos que yo misma… Cómo un perrito pitbull iba a obedecer
Me levanté con mucho tiempo, ducha fría para despertar, desayunito y partimos en scooter al metro, craso error, frío que pegó intenso en mis mejillas.
Iba a calentar, pero ya había fila para encajonar, así que ni modo, a moverme en el lugar.
7.05 AM y ya estaba en la primera fila del encajonamiento. Mientras mi mandíbula chistaba del frío.
Partimos, kilómetro 1 bajo 4 minutos el kilómetro y mi sensación era que iba lento, pero me dije y me dijeron tantas veces que debía respetar el ritmo, así que ahí con el freno de mano.
¡Hasta el kilómetro 22 me sentí bacán! Fluyendo, casi corriendo sola, de repente se me pegaban algunos atletas varones, que creo en un acto de solidaridad me acompañaban algunos kilómetros.
Vespucio pesaste, ahí comenzó mi lucha mental: “No eres tan fuerte ¿Por qué no declinas?” Sabotajes mentales aparecieron, en eso ya había avanzado bastante e iba en el kilómetro 30, me dije: “Aguanta Lilo, se viene la bajada… aguanta”, y en eso la recuperación mental, quedaba solo el 25% de la carrera que era como la “parte fácil”, la parte con pendiente negativa.
En la ruta, amigos de Cronos, mi coach, compañeros runners desconocidos que me daban apoyo, coach de otros atletas apoyándome “vamos chica”, “buen ritmo flaca”, “arriba las mujeres”, “ aguanta”, “ dale Lilo”, “Vamos Cronos ,“ Vas cuarta chilena” (eso antes que me pasara la 4ta”).
Cuando iba bajando por Andrés Bello miré el tiempo y mi ritmo promedio iba marcando 2 segundos por sobre el planificado, sin embargo, a esa altura ya me sentía inmensamente feliz, jamás imaginé correr bajo las 3 horas. Disfruté el momento, miré al público, contemplé las calles, ya no quedaba nada por recorrer y yo estaba ahí fluyendo. Plaza Baquedano y me lancé, llegué a meta marcando 2 hrs 53 min con 11 segundos. ¡Quinta mejor chilena!
Miré al cielo y agradecí haberme encontrado meses previos con personas que han sacado lo mejor de mí en el ámbito deportivo, mi coach y mi equipo Cronos.
De cierto modo, cuesta menos ser disciplinada y constante cuando haces algo que amas, en mi caso, correr.
Por Lily Peigñán
Fecha de la carrera: Domingo 28 de abril de 2024