“Una excelente experiencia para repetir”
Cuando me propusieron ir a el maratón en Montevideo me pregunté ¿Qué maratón? Pero si en Montevideo no hay maratón. Sería la primera edición. Lo cual pensé, es muy riesgoso, sobre todo cuando me contaron que no tenían página WEB para la inscripción y toda la información que uno está acostumbrado a revisar en la mayoría de estos eventos. Esto no me estaba gustando mucho.
Pero ya estábamos embarcados. Apostamos a que la organización se ponga las pilas y se desarrolle la página durante los siguientes meses, con los mínimos estándares, pero con los detalles importantes que uno siempre espera: seguridad, buen abastecimiento y buena medida.
Compramos los pasajes en febrero. Mi señora María Jesús se entusiasmó para correr los 7 Km. Desde ese momento ya estábamos entrenando para el nuevo desafío, pero para mí no era tan simple, llevaba cinco años intentando bajar mi tiempo, dos años sin correr maratón sumado a que el año 2013 me había enfermado de influenza dos semanas antes de la maratón de Rosario y perdí todo lo que había entrenado.
Llegó la hora de viajar y no estábamos inscritos aún, debíamos hacerlo en Montevideo. Nunca apareció la pagina WEB, pero sí estábamos muy informados por Facebook, que continuamente entregaba información y noticias.
Volvía a Montevideo después de 10 años, seguía siendo la misma ciudad, muy amigable, tranquila, gente acogedora, te entregaba paz interior.
A las 6:00 de la mañana íbamos camino a la partida. Estábamos intrigados de cómo sería la organización. Llegamos al Palacio Legislativo, donde los corredores ya precalentaban. La temperatura era de 13 grados. La guardarropía estaba en unas camionetas que llevarían las cosas a la meta, que estaba ubicada en la costanera a pocos kilómetros.
Nos encajonamos sin problemas. Los corredores muy respetuosos, te dejaban avanzar sin codazos o caras molestas. Partimos a las 7:00, muy puntuales. El circuito al comienzo por el centro de la ciudad tenía unos 8 kilómetros de varias subidas y bajadas leves, hasta que salimos a la costanera donde correríamos por una calle de tres pistas sólo para nosotros. Mi sorpresa fue cuando comenzó un pequeño viento que aparecía y desaparecía. En ese momento fue cuando nos encontramos con varios falsos planos, pequeñas subidas y bajadas, de inmediato me pregunté ¿Quién dijo que la carrera era plana? Dimos la vuelta en el kilómetro 26. Hasta el momento el abastecimiento era cada 3 kilómetros. La vuelta fue de 16 kilómetros por la misma costanera, mientras harta gente nos alentaba y nos gritaban, dale chileno! Gracias por Venir…!
Finalmente a 5 kilómetros de la meta comencé a sentir en mis piernas las hostilidades del circuito. Estaba a tiempo para llegar en los 3:15 que me había propuesto como límite. Al ver la meta a 1 kilómetro me vino un aliento especial. Logré cruzar la meta en 3:17:54, lo que me dejó muy satisfecho. Es mi séptima maratón, con mi mejor tiempo y en un circuito que era come piernas, pero llegué con harto apoyo y calor de la gente.
La organización fue básica, pero cumplieron con los aspectos más importante. Además, fue un hermoso recorrido. Recomendable de todas maneras.
Francisco Avendaño M.
Santiago Runners
Fecha de la carrera: Domingo 11 de mayo de 2014