Race Report – Maratón de Chicago 2025
Esta fue mi séptima maratón, y sinceramente, Chicago ha sido la mejor hasta ahora. No solo por sus atractivos, sino también por ser una de las más rápidas entre las Majors. Soy un deportista amateur que lleva corriendo poco más de seis años, aunque siempre con la exigencia de superarme día a día.
En los días previos busco siempre ese equilibrio entre conocer lugares, disfrutar de la gastronomía (dentro de lo razonable antes de una carrera) y no agotarme tanto para el gran día. Es casi un ritual para calmar la ansiedad después de meses de entrenamiento, donde no solo se entrena, sino que también se compatibiliza con el trabajo y la familia.
Tuve la oportunidad de asistir a la conferencia de prensa —gracias a mi roommate Roberto Núñez por la invitación— donde se presentaron los atletas élite. Pude conocer a Conner Mantz (a quien admiro mucho), Kiplimo, Korir, Clayton Young y otros más. No podía creer que estaba frente a corredores que usualmente uno solo ve por televisión o redes sociales.
El día de la carrera llegué a mi corral alrededor de las 6:30, una hora antes de la largada, para tomar una buena posición y calentar tranquilo. Sabía que el GPS no funcionaría bien por los túneles y edificios, así que opté por controlar el tiempo y marcar manualmente cada 5 kilómetros.
Mi estrategia fue agresiva: Buscaba mejorar mi marca de la MDS25 (2h31). Al paso del medio maratón iba proyectando unas 2h27, pero el calor comenzó a sentirse y las sensaciones no eran buenas. Ahí empezó la parte mental.
Aguanté hasta el kilómetro 30 manteniendo el ritmo, pero ya comenzaba a sentir mareos, algo que en otras maratones aparecía recién en el 38. Empecé a negociar conmigo mismo, soltando la idea de mejorar mi marca y enfocándome en terminar de la mejor manera posible. Entre el 30 y el 35 bajé unos 10 segundos por kilómetro, incluso pensé en retirarme y caminé en un punto de hidratación en el kilómetro 35.
Entonces recordé todo el camino recorrido, el esfuerzo de los entrenamientos, el apoyo del club, de mi familia, y decidí no aflojar. Cerré los ojos y seguí corriendo. En los últimos 8 kilómetros mantuve un ritmo entre 3:45 y 4:00, peleando cada kilómetro hasta el final.
En los últimos 400 metros, la famosa pendiente final me apretó todo, pero sabía que después de eso estaba la meta. Crucé la línea pidiendo ayuda por un fuerte mareo, y los voluntarios reaccionaron de inmediato, acompañándome hasta la entrega de medallas. Estoy muy agradecido por eso.
Terminé feliz, no por el tiempo, sino por la forma en que pude reaccionar ante las circunstancias. Hoy estoy contracturado hasta los codos y perdí tres uñas del pie izquierdo, pero eso solo demuestra que lo entregué todo.
El ambiente en Chicago es admirable. La gente realmente se vuelca a las calles, los voluntarios son increíbles y hacen que cada corredor se sienta parte de algo grande.
Pareciera ser una carrera “fácil” para buscar marca, pero así es el maratón: te enseña que nada está garantizado y que siempre hay que luchar hasta el final.
Por Diego Serey
Fecha de la carrera: Domingo 12 de octubre de 2025


