¿Cómo llegué a ésta hermosa carrera? Todo comenzó hace aproximadamente 1 mes atrás, cuando surgió la oportunidad de visitar algunos países de Europa con mi papá y hermana. El motivo del viaje era más bien tema de trabajo de mi padre, pero se transformó en toda una aventura al recorrer ciudades arrendando un auto y departamentos por Airbnb. El itinerario comenzaba al sur de Alemania, luego norte de Italia, cruzaríamos Eslovenia, Austria y República Checa. Pero yo soy corredora desde hace 5 años y no quería perderme la oportunidad de hacer mi distancia favorita, los 21 kilómetros, en el viejo continente.
Así que empecé a buscar por internet carreras en Europa a los países que visitaríamos en la fecha de nuestro viaje. Estaba algo complicada pues no encontraba ninguna. Si bien es cierto que hay muchas carreras, no coincidían con las fechas de nuestro itinerario, así que le pedí ayuda a mi entrenador para elegir una buena y bonita carrera. Así fue como llegué a Karlovy Vary, pues me recomendó la Half Marathon y me contó que era una carrera Golden IAAF entre otras cosas. Me pareció interesante poder correrla y me dispuse a mirar videos de la ciudad por Youtube. Dije “oh, ¡debo ir allí!”. Así Karlovy Vary se sumó a la lista de ciudades que visitaríamos.
Hice mi registro en runczech.com. La verdad es que tienen un sistema de registro nacional muy bueno y ordenado, tanto en idioma local como en inglés. Todo muy bien explicado. La inscripción base no incluye polera oficial, pero puedes agregarla al kit por otro valor de inscripción. Además, venden otra polera marca adidas con un estampado del recorrido muy linda como recuerdo. Recomiendo comprar.
La carrera se realiza en una ciudad llamada Karlovy Vary (Balneario de Carlos) en honor al Emperador Carlos IV. Se sitúa al norte del país, casi en la frontera con el sur de Alemania, a una hora 45 minutos de la capital (Praga). Es una ciudad muy bonita en donde su río principal, el Eger, atraviesa toda la ciudad. Es famosa por sus fuentes termales.
Luego de estar viajando más de una semana por los países mencionados, llegamos desde el sur Austria a Praga, y desde allí a Karlovy. La verdad, llegué muy cansada pero con la energía suficiente para recorrer la ciudad. Sin duda acá el panorama es visitar las fuentes termales y las más de 50 piletas ubicadas a lo largo de la ciudad (a diferentes puntos de temperatura y propiedades minerales). Para beber agua de las piletas debes comprar la típica jarra de pitorro poder beber sin quemarse. Hay de todos los precios y tamaños.
En esencia es una ciudad muy tranquila, muchos jubilados europeos van a vivir allá. Está rodeada de muchos hoteles que ofrecen el servicio de spa con sus fuentes termales. Puedes elegir dentro de una amplia gama. La policía es relajada, pues los encuentras fumando, conversando con vendedores ambulantes, con su camisa afuera de su pantalón. Incluso vi a uno con un corte estilo mohicano debajo de su gorra. La ciudad está llena de parques y jardines hermosos, donde sin duda puedes tomar una siesta y nadie te molesta. Para quien es amante de la cerveza este es el paraíso, pues es muy barata. Cuesta alrededor de 10 coronas una botella de medio litro, lo que equivale a $300 pesos chilenos .
El mismo día que llegué fui a la Expo de la Carrera, situada en un hotel termal en el centro de la ciudad. En un momento me pareció un poco fome, pero mi opinión cambió rápidamente al siguiente día, en las horas previas a la carrera. La salida era a las 17:30, así que la entrega de números continuaba horas antes de la largada. Había muchos stands de auspiciadores y artículos deportivos, música y una feria de artesanías, además de food trucks entre otras atracciones.
Horas antes de la carrera el ambiente de la Expo era totalmente lleno de energía. Música por todos lados y mucha gente, pero en ningún momento fila para retirar tu kit. Todo muy ordenado y expedito. Puedes elegir qué tipo de polera quieres: con o sin manga, distintos diseños, y también el color de tu morral.
La carrera tiene estándares Golden IAAF, es una de los 15 medio maratones que tiene este certificado, y esto se traduce en que la carrera genera un impacto mínimo sobre ciudad, pues de hecho el transporte es gratis para todos los corredores inscritos. La puntualidad es característica, las entradas a los carriles respectivos se abrieron a las 17 horas como lo establecía el programa. Ingresabas al carril correspondiente de acuerdo al tiempo que ingresaste al momento de realizar tu inscripción. No había filas para ir al baño, y el recorrido estaba muy bien delimitado con cintas y vallas. Pude ver baños en algunos puntos del recorrido, y personas del staff en toda la ruta que tenían por objetivo animar y coordinar la barra junto a los espectadores. Muchísima gente alrededor del recorrido, todos animando de alguna u otra forma. El ambiente te elevaba el ánimo y la energía.
El recorrido es más bien plano. Pasé por un sector de adoquines que te pueden moler un poco la cadera, y una pequeña subida de “regalo” al km 20. Eso no me gustó jajaja. Había muchos niños junto a la familia mirando la carrera, toqué muchas manitos. En el transcurso me alejé del centro y pasé por un bosque muy lindo, tanto de ida como de regreso. Como venía recorriendo ciudades y estaba algo cansada me propuse disfrutar la carrera. La segunda mitad se me hizo muy corta, en gran medida por el fabuloso apoyo de los espectadores y el maravilloso paisaje.
Nunca había iniciado una carrera a las 17:30, y sentí mucho calor (aproximadamente 26ºC), pero los puntos de hidratación fueron impecables. Las esponjas con agua ayudan mucho. Al llegar a la meta me recibió el animador y el staff que me entregó la medalla finisher. Unos metros más allá estaba el sector de descanso, donde cada uno recibió una manta térmica, barras energéticas, fruta e hidratación, todo en abundancia y sin filas.
Dichosamente, esta carrera coincidía con mi viaje y mi itinerario, y por eso pude asistir y vivir esta bonita experiencia. El hecho de llegar y correr 21km pasó un poco la cuenta, ya que llevaba varios días viajando, comiendo no muy bien (en Europa se come mucha carne) y me costaba encontrar menús vegetarianos. Pero parte de la aventura incluía comer cualquier cosa y a cualquier hora del día. Por otra parte, me afectó el hecho de no mantener mi rutina de entrenamiento, aunque debo decir que Alemania está llena de bosques dentro de la ciudad ideales para hacer deporte. El lugar donde me quedé en Italia no parecía muy seguro. Viena y Praga con un caos entre tranvías, buses, ciclistas y peatones, pero así son las vacaciones y eso es lo lindo de conocer otros lugares, culturas y estilos de vida. Todo fue maravilloso y me siento muy afortunada de haber completado un medio maratón en una ciudad tan única y con una organización de tan buen nivel.
Marlene Riegel Pérez
Licenciada en Obstetricia y Puericultura: Matrona
Corredora aficionada Run & Wellness
Valparaíso- Chile
Martes 22 de mayo de 2018