Oscar Olguín: “Para ser weno hay que ser humilde”Endurance Challenge 2016

Race Report Endurance Challenge 2016

Los últimos cuatro meses fueron muy difíciles, varios hechos personales me hicieron más complicado poder realizar lo que más me gusta, correr. Mientras más se acercaba el día de la carrera, más se hacía (casi) imposible poder correr en el Endurance Challenge 2016. Me entrené y preparé una carrera para la cual no contaba con el equipamiento necesario para competir. Soñaba que durante esos cuatro meses algo pasaría y yo podría tener las cosas necesarias (obligatorias).

 

A un mes de la competencia me quedé sin zapatillas, en ese momento pensé: todo se acabó. Simplemente no contaba con los recursos para comprarme unas nuevas. Sin embargo, algo pasó y un grupo de amigos se acercó, me regaló un par y me dijeron “dale tú puedes. Sigue entrenando, obtendrás un buen resultado y ¿por qué no? Ganar. Tú puedes, dale”. Con ello seguí mi preparación. Aún así cuando faltaban pocos días para la competencia aún no tenía el equipamiento obligatorio. Es más, a sólo horas de la partida no lo tenía. Por momentos me inundó la tristeza, ya que habían sido horas de entrenamiento para lograr enseñar a mi cuerpo que se venía un gran desafío. Por lo cual, sabía que estaba bien preparado. Pero en mi cabeza rondaba “estás a horas de partir y aún no tienes el equipo necesario”. Pero nuevamente los amigos estuvieron ahí con un “no te preocupes, como sea juntamos tus cosas, tú sólo corre y demuestra lo que puedes hacer”.

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La carrera

Hasta que llegó el momento. A las 6 de la mañana del día viernes 14 de octubre y al fin tuve la tranquilidad de tener todo lo necesario. Sólo quedaba correr y disfrutar cada paso. Llevaba escrito en mi brazo los tiempos con el que pasaría por cada uno de los puntos de abastecimientos. Corro a sensación, por lo cual mantuve un ritmo que me acomodaba durante toda la carrera.

 

El plan inicial fue el siguiente: en cada punto de abastecimiento me esperaría una gran amiga, la Tita, quien nos apoyaría a mí y a hermano Sebastián (él también participaba en las 100 millas), además de darnos el tan necesario aliento. Sin embargo, en el punto de abastecimiento del kilómetro 50, aproximadamente, me topé con Sebastián y me cuenta que se torció el pie, pero que estaba bien. Al pasar de las horas se convirtió en un apoyo vital porque me siguió toda la carrera. Como dicen, “todo pasa por algo”, su ayuda fue vital.

 

Cerca del kilómetro 80 me extravié por una mala indicación, por lo que fueron casi ocho kilómetros adicionales (no suena tanto, pero créanme que si uno lleva más de 80 km en el cuerpo pesan demasiado). Pese a ello, logré recuperar la ruta y llegar a San Carlos aún en primer lugar. Pero la verdad es que mi ánimo tras la situación ocurrida me afectó al punto de querer abandonar la carrera. Ahí estuvo nuevamente Sebastián diciéndome: “dale bro, has conseguido ser primero estos 80 km sin exigirte, puedes hacer lo mismo en la segunda parte”. Volví a la ruta sabiendo que no haría el tiempo tal como lo había planeado, pero que aún podía conseguir ese tan anhelado primer puesto.

 

Pasaban los kilómetros, me acercaba más a la meta pensando en todo lo vivido, en toda esa gente linda que hizo posible que estuviese ahí. En mis hijas y en la alegría que sentirían al saber que tienen un padre que lucha y que a pesar de los obstáculos, sale adelante.

 

Además, la frase que mi padre me dijo antes de salir «dale hijo, tú puedes, gana esa carrera» calaba cada vez más fuerte. A tan sólo 7 km de la meta estuvo en el último punto de control, me esperaron mi hermano, la Tita, Erick y el Chicho, quienes me dicen “dale, lo lograste” y me pasan la polera con la frase que me caracteriza: «para ser weno hay que ser humilde».

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Llevaba una ventaja grande frente al competidor que venía segundo, por lo que pude caminar y hacer lo que más disfruto con este deporte, mirar el paisaje y contemplar la naturaleza, una sensación que sólo los que corremos en cerro entendemos.

 

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A las 8:11 de la mañana llegué a San Carlos de Apoquindo y ahí me esperaba la meta. Estaba a sólo metros de poder cumplir mi sueño. Corrí, sonreí y recibí con alegría los vítores de toda la gente que estaba ahí esperaron que cruzara la línea. Una línea que para mí demuestra que los sueños son para cumplirlos. Ve y persigue tus sueños, sin importar los obstáculos que se presenten durante el recorrido. La mayoría de las cosas importantes en el mundo han sido logradas por personas que siguieron intentándolo, una y otra vez, aún cuando no parecía haber esperanza. Gracias a todos quienes me apoyaron. Al cruzar esa meta no gané yo, ganamos todos. Sin ustedes nada de esto hubiese sido posible.

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Oscar Olguín
Ultramaratonista

Fecha de la carrera: Viernes 14 y sábado 15 de octubre de 2016

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