Se trata de una lesión muy habitual en los corredores, porque está provocada por una sobrecarga, un exceso de trabajo. Y de eso sabemos mucho los que nos dedicamos a quemar zapatillas. Una de las complicaciones de esta dolencia es que no nos impide correr: En cuanto calentamos, la molestia disminuye o incluso desaparece, y luego vuelve a aparecer cuando terminamos el ejercicio. Y eso hace que muchas veces no le prestemos atención.
En este vídeo hablamos con dos fisioterapeutas especialistas en lesiones del corredor, que nos cuentan en qué consiste esta lesión, por qué se produce, cuáles son los síntomas, cómo debemos prevenirla y, una vez que la sufrimos, qué podemos hacer para curarla.
por Javier Serrano (Martes 24 de febrero de 2015)