Cuando la gente se marcha de vacaciones, a muchos les entran ganas de ponerse a correr. Especialmente en la playa. ¿Por qué? Bueno, en esos momentos la gente tiene más tiempo libre, el calorcito invita, muchos se sienten culpables por los excesos alimenticios (comidas y cenas fuera de casa, asados, cervecitas, papas fritas, helados y tantas otras cosas)… De repente muchos se ven en la playa y, sin ningún tipo de método, se lanzan a la carrera.
El corredor playero es fácilmente reconocible porque se pone a correr en cualquier momento, sin ningún tipo de planificación. Y la mayoría de las veces, se les reconoce porque corren descalzos, con bañador y sin camiseta. Típico runner de verano. En cualquier caso, no se trata de criticarles, ni mucho menos, sino de animarles a que esa práctica no sea flor de un día, que no se limiten a correr de forma desordenada tres o cuatro veces y que luego lo olviden, sino que a la vuelta del veraneo se aficionen a correr y se conviertan en runners en cualquier época del año.
En cuanto a los que ya somos corredores habituales y sí sabemos de qué va esto, no debemos olvidar que la arena de la playa es una superficie peculiar a la que no estamos acostumbrados. En este vídeo les doy algunos consejos si quieren correr junto al mar.
por Javier Serrano (Martes 9 de septiembre de 2014)