Debo reconocer que hace muchos años que no probaba las zapatillas Reebok, cuyo nombre proviene de Rhebok, que es la palabra en Inglés para describir al antílope africano Pelea capreolus. Probablemente a todos nos pasa que nos quedamos pegados con una marca favorita y renovamos modelos nuevos o nuevas versiones de esa misma marca. Tiene naturalmente ciertas ventajas, sin embargo nos perdemos la oportunidad de probar nuevas opciones y modelos mejorados de otras marcas.
Quisiera aclarar de inmediato que por lejos lo que más busco en una zapatillas es estabilidad, para cuidar mis esguinces crónicos (gracias a 30 años jugando fútbol), y amortiguación por mis dolores en la cadera. Había leído buenos reportes y opiniones positivas de la versión anterior de la Cushion, la 2.0, y la tenía en mi radar desde hace algún tiempo. Es por eso que recibí con mucho agrado y entusiasmo el encargo de testear y hacer un reporte de la nueva versión: la Cushion One 3.0. Como su nombre lo indica, esta tercera generación es una zapatilla para corredores neutros o levemente supinadores. Importante no confundirlas con las las Cushion de Cross Fit que son muy similares en diseño y de la cual desconozco sus características.
Como casi siempre ocurre con las zapatillas nuevas, la sensación inicial fue rara. Destaca inmediatamente la buena amortiguación acompañada de una sensación de protección que se agradece. Es un poco más rígida de lo habitual, pero con el pasar de los kilómetros y a partir de la 2ª salida la comodidad es total y la sensación de protección se intensifica al correr en distintos tipos de superficies (asfalto, maicillo, piedras) y con distintas pendientes. Una vez que te acostumbras el trote fluye bastante naturalmente.
Desde el punto de vista de las características físicas, es una zapatilla con un talón rígido que controla apropiadamente el movimiento lateral. Su horma es ancha y permite que los dedos se sientan con suficiente espacio. Cero ampollas o enrojecimientos en ninguna zona de pie. La lengüeta es acolchada, ventilada y viene pegada en ambos costados lo que asegura que se mantenga en posición, incrementando la sensación de seguridad y protección. El sistema de cordones está bien diseñado y proporcionado con 7 agujeros por lado. No recuerdo haber tenido que detenerme a revisar o ajustar los nudos en ninguna de mis salidas.
Respecto del peso podemos decir que está en la escala media (265 gramos) y claramente eficiente si consideramos que es una zapatilla con un alto nivel de protección, de entrenamiento y para salidas de mediana y larga distancia.
Desde el punto de vista más técnico la clave para entender el concepto detrás de la serie Cushion es la segmentación de la mediasuela dividida en 3 tipos diferentes de EVA con distintas densidades orientadas a una transición fluida en las fases de la pisada. En el talón esta la C43, más blanda para amortiguar el impacto inicial. La C es por Cushion. Luego está la T48 intermedia (un poco más dura) para una transición fluida y otorga mayor estabilidad. La T es por Transition. Finalmente la EVA R52 por Responsive (respuesta) más rígida para responder al despegue. El número le da el nivel de dureza, mientras más alto más duro. El resultado final se logra. Un aterrizaje suave y una capacidad de respuesta al momento de comenzar una nueva zancada se notan.
La suela cuenta con suficiente caucho de alta resistencia para postergar el natural desgaste y que muchas veces comprometen la durabilidad. Además, la suela tiene un nuevo diseño (PISTON LUG) con tacos de caucho estratégicamente ubicados que permiten reducir la fricción y proporcionan una mayor amortiguación y reactividad. Los surcos en la suela están diseñados para otorgar buena flexibilidad. Destaca el surco central a lo largo de toda la zapatilla, que le da un buen balance lateral. En definitiva, buena respuesta ante cambios de dirección, frenazos e ideal para desplazarse con seguridad y en terrenos disparejos.
Aunque muy variable dependiendo de las características personales del usuario y del tipo de terreno, algunos comentarios que encontré en la red es que anda bien hasta los 800 kilómetros, que es bastante por sobre el promedio.
La parte superior también está dividida en zonas. En el talón una malla cerrada y una correa estabilizadora que va por fuera le dan un toque especial al diseño. Ahí Reebok aprovechó de poner el nombre de la marca y del modelo. Esta correa normalmente va por dentro y no la vemos. Por dentro del talón se siente un material blando que da la sensación de protección del tobillo. En la zona central se destacan las tiras termo laminadas sin costura que cumplen el rol de abrazar el pie. En el frente una malla con mucha ventilación y muy flexible para ajustarse a los distintos tipos de pies. Aunque debemos decir que es un modelo de horma ancha, y se nota, por lo que probablemente no sea lo mejor para gente con pies delgados que sentirá que todo le flota. En la punta una pieza plástica que cumple el rol de refuerzo como es tradicional en todas las zapatillas. La prueba de fuego fue probarlas sin calcetines (soy de pies delicados) y ningún problema. En concreto, una parte superior de bonito diseño (que no pasan desapercibidas), livianas y con un ajuste impecable.
En resumen, la Cushion One 3.0 es una zapatilla competitiva, de buena amortiguación, buenos materiales y diseño, todoterreno, adaptable a superficies, de bajo peso, y que calza bien. Es una zapatilla de entrenamiento que puede ser usada en carreras de fondo en cualquier superficie. Especialmente recomendada para personas con peso medio (70-80 kilos) que corren a ritmos medios a lentos (4:45 a 5:30 el mil).
Disfruté cada kilómetro recorrido. Se las recomiendo a ojos cerrados.
Puedes encontrar estas zapatillas en todas las tiendas Reebok a $59.990.
por Ricardo Cumplido (Viernes 19 de febrero de 2016)