Este domingo participé de una competencia poco habitual, correr por el lecho del río Mapocho, con una gran convocatoria y con bastante nerviosismo por realizar una prueba en la cual no sabía lo que me esperaba, pero al llegar a la partida me encontré con una gran cantidad de participantes con mucho entusiasmo por esta entretenida actividad, con mucha ansiedad fui disfrutando de la espera por la partida en una prueba poco común.
Ya posicionado en la partida junto a todos los competidores y con mucha ansiedad pude ver los primeros metros del circuito y entendí que era una prueba exigente y de bastante concentración por lo irregular del terreno, ya que cualquier desconcentración podría significar una caída y pérdida valiosa de tiempo.
La largada fue rápida donde cada competidor iba tratando de buscar el mejor recorrido sorteando las primeras grietas del terreno, llegado al primer kilometro a cruzar el río y comenzar a mojarse los pies con el máximo cuidado, ya que las rocas mojadas estaban muy resbalosas y entre patinazos logré cruzar el río y comenzar a correr nuevamente por un terreno arenoso y con algunos obstáculos en el trayecto, pero esto sólo era un aviso de lo que nos esperaba, ya que a poco andar la maleza y lo estrecho de la ruta comenzaron a dificultar el avance y la velocidad deseada, y mientras más se avanzaba mas difícil se tornaba el trayecto y vuelta a cruzar el río con un poco más de destreza, pero siempre con el cuidado de no resbalar y caer.
Ya completada la primera mitad del circuito se nos viene la segunda mitad con nuevas sorpresas, un terreno muy duro y agotador, donde se mezclaba la vegetación, arena y bastante gravilla que obligaba a realizar un gran desgaste físico tratando de correr a saltos para no caer y capear las rocas y matorrales, lo que lógicamente producía un mayor desgaste comenzando a afectar la firmeza de las piernas, lo que obligaba a tener mayor cuidado en cada paso donde el silencio reinaba, ya que nadie exclamaba ni una sola palabra para no perder la concentración y ni siquiera pensar en tomar agua porque cualquier desconcentración era una caída segura.
Ya cuando el degaste de las piernas me pasaban la cuenta, por fin se viene la tan esperada meta y el último esfuerzo para sortear la rocosa ruta y poder cruzar por última vez el río para llegar al final de esta excelente experiencia.
Sólo quisiera agregar que fue una maravillosa experiencia, fuera de lo común en un circuito donde se pudo aplicar mucha técnica por lo variado del circuito y espero que se repita en un futuro cercano. Además agregar que la organización y el abastecimiento estuvo de lujo.
Rodolfo de la Fuente
Fecha de la carrera: Domingo 18 de mayo de 2014