Raúl Bastidas en Chicago: “Las endorfinas quedaron por las nubes”#MaratondeChicago #RunchileRaceReport

Race Report – Maratón de Chicago 2024

Todo empezó el viernes por la mañana junto a mi esposa y nos recibía el Aeropuerto de O’Hare con mucho ambiente previo a la carrera. Pero no siempre todo es color de rosa, aproximadamente a las 10 de la mañana llego al hotel y me dicen que mi reserva había sido cancelada por disponibilidad del hotel, ni les cuento mi estrés en ese momento. Así que no quedaba otra que llamar al Call Center de la agencia y esperar que solucionaran el problema. 

Mientras tanto, para aprovechar el tiempo, tomamos las maletas y nos fuimos a la Expo para el retiro de kit. Cuento corto: A las 13 horas me informan que no lograron encontrar en el mismo hotel, pero me tenían una opción mejor, así que problema solucionado. Si bien fueron sólo un par de horas que estuve de «homeless» en Chicago que, con la preocupación, se me hicieron eternas. 

Ya instalados, el sábado acompañé a mi esposa a sus 5K, que para ella es un gran logro así que ¡Felicitaciones Lucía! En la tarde, hicimos un recorrido en bote y a preparar todo para la carrera. En esos momentos, también recibí el reporte meteorológico de mi amiga y seca meteoróloga Arlette Chacón, el cual indicaba buena temperatura, poco viento (sin olvidar que estábamos en «The Windy City»), pero con una alta humedad, que se sintió durante la carrera. Como son factores que no se pueden controlar, sólo me limité a cambiar de estrategia y modificar la frecuencia de las cápsulas de electrolitos. 

El día de la carrera, a las 06:00, llego al Millenium Park para juntarme con mis compañeros de equipo (Run Wolf Club de Viña del Mar) y ya se sentía la humedad, pero la temperatura estaba agradable. Ahí empezamos el calentamiento tal como si estuviéramos con nuestro coach, el maratonista olímpico Daniel Estrada, y nos fuimos a encajonar.

Ya en el corral nos encontramos con algunos chilenos, y uno de ellos, al igual que yo, buscaba bajar las 3 horas por primera vez en un Major, lamentablemente era tanta le gente que en el kilómetro 20 la masa nos separó.

Como buen evento en USA, himno nacional y 07:30 en punto largamos en la primera oleada, con toda la intención de bajar mi segunda estrella. 

Los primeros 10K fueron un poco más lento de lo planificado ya que había tanta gente que casi era imposible avanzar más rápido, pero permitió admirar la belleza de la parte norte de la ciudad en sectores icónicos como Magnificent Mile, The Loop , Old Town, Park West, entre otros. 

Luego, del Kilómetro 10 al 20, logramos recuperar lo «perdido» e íbamos muy ordenados de acuerdo a la planificación para lograr el objetivo de las 3 horas, pero siendo conservador y, sin saltarme los puntos de hidratación programados porque después del kilómetro 30 eso se paga caro.

En el kilómetro 20 logro ver a mi esposa quien me dio ánimo y fue un golpe de motivación. Para luego, volver a entrar al loop y correr en medio de los increíbles rascacielos, completando los primeros 21k con un par de segundos de resguardos en la planificación.

Lamentablemente, a los pocos metros y antes de cruzar el puente hacia la zona oeste de la ciudad, siento suelta mi zapatilla derecha, por lo que tuve que tomar la difícil decisión de parar o asumir el riesgo de seguir igual, pero opté por parar porque esos detalles se pueden transformar en una variable que te sacan de la carrera más adelante (ampolla, cocedura o incluso lesión). Fueron 30 segundos (los conté), perdiendo la holgura que había ganado y un poco más; pero no me arrepiento de la decisión.

Del kilómetro 22 hasta el 33 recorrimos toda zona oeste de la ciudad que en mi opinión estaba la gente más motivada dando ánimo, sobre todo en el barrio mexicano (que ofrecían shots de tequila), Chinatown y la pequeña Italia. Había tanta gente y música que en el kilómetro 30, sumado a la gran masa de gente de la carrera, no logré encontrar a mi esposa a pesar de sus gritos, pero sabía que estaba en alguna parte enviando todas sus buenas vibras.

En el kilómetro 33, comenzamos a recorrer la parte sur de la ciudad y empezaron a aparecer los primeros corredores afectados por nuestro mayor enemigo, los calambres.

Ya en el kilómetro 36, se empezó a sentir los primeros síntomas de la fatiga y humedad, sin embargo, la motivación seguía intacta logrando mantener el ritmo de carrera. Para luego girar en el kilómetro 37 con rumbo hacia el norte a Millenium Park donde estaba la meta.

En el kilómetro 40, vuelvo a encontrarme con mi esposa, siendo otro golpe de motivación e intento subir el ritmo para rematar (para recuperar los segundos perdidos por mi error de las zapatillas), pero a los pocos metros comienzan a asomar esos «tiritones» que te avisan que se viene un calambre si sigues igual, así que, como quedaba tan poco, volví a mi ritmo promedio. Al final de la carrera, Chicago nos tenía una matadora subida 400 metros antes de la meta, la cual ataqué con mucho cuidado y bajando el ritmo para no acalambrarme. 

Luego, curva a la izquierda, entramos a la recta final. Ahí sí rematé con el alma pensando en mis seres queridos que me alentaban a la distancia desde Chile. Llegué a la meta y la felicidad me invadió, había logrado bajar las 3 horas en un Major, fueron 2:56:26 y a pesar del cansancio, las endorfinas quedaron por las nubes.

Después de la meta, me reencuentro con mi esposa y compañeros de equipo para celebrar nuestra victoria en «Mile 27 after Race Party» ofrecida por la organización ahí mismo en Millenium Park, en la cual grabamos nuestras medallas, hasta que comenzaron a caer algunas gotas de lluvia (pero no hacía frío).

Al final del día, con mi esposa nos fuimos a celebrar a Sky Deck en Willis Tower y luego a Hard Rock Café, con la infaltable Hamburguesa de Messi (para ya es casi una tradición en los lugares con esta cadena).

¿Recomendaría el Maratón de Chicago? Definitivamente sí, porque es una carrera bastante plana y alegre, en una ciudad tremendamente moderna , pero aconsejándoles que no se desmotiven y vayan prevenidos ante las variables que no pueden controlar como los diez «sube y baja» en los puentes o pasos de nivel, la gran masa de gente, tener cuidado al pisar las rejillas en los puentes y obviamente la meteorología, en nuestro caso fue la humedad, pero otros años ha sido la temperatura o el viento; sin embargo, esos pequeños detalles no controlables no empañan en nada la carrera y siguen haciendo que sea una experiencia inolvidable.

Raúl Bastidas

Fecha de la carrera: Domingo 13 de octubre de 2024

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