Paola Castelvecchio: “Mis mejores amigos los conocí corriendo”

Estuvimos conversando con la italiana Paola Castelvecchio, quien tiene 30 años y desde el 2011 que vive en Chile, mismo año que comenzó su amor por el running.

Paola es socióloga con especialidad en turismo, “en Italia existe una carrera de sociología para la comunidad local, donde se desarrolla todo un concepto de turismo sustentable porque existe un sector público mucho más desarrollado que acá”, nos remarca y nos cuenta que casi siempre ha trabajado en turismo.

“Me vine de vacaciones (a Chile) en marzo del 2011 y no volví nunca más a Italia. Ocurre que tenía un pololo que trabajaba conmigo en cruceros, y me quedé acá porque en Italia estaba comenzando la crisis. Comencé a trabajar casi de inmediato en el hotel Intercontinental. Ahí trabajé como recepcionista, luego como asistente de gerencia y después como que me enchufaron en una segunda pega como auditora de calidad. Después, por cosas de la vida terminé en Red Bull”, nos detalla Paola, quien hasta los 24 años fue un alma errante por el mundo, hasta que un amor la llevó a desembarcar en Santiago.

Todos sus familiares y amigos de la infancia viven en Italia, en Pizzighetone, un pueblo muy chiquito cerca de Cremona, “estoy sola acá” resalta Paola.

Castelvecchio lleva 5 años en el running y durante este lustro a progresado muchísimo, inclusive logrando podios en varias carreras. Sin ir más lejos, la vimos en la última Santiago Corre Consalud obtener el 2do lugar en la general damas de los 21 km y quedar sólo detrás de la gran corredora, Clara Morales.

¿Cómo llegas al running?

Yo corría algo en el campo donde vivía, pero más para liberar tensiones. Era para dejar atrás todo lo que me agobiaba en ese entonces. Cuando llegue acá, se equivocaron al solicitarme la visa en extranjería, por lo que se demoraron 5 meses en dármela. Durante ese tiempo traté de acercarme a dos gimnasios, pero nadie podía hacerme la membresía porque no tenía rut y en esa época tampoco existía el rut provisorio. Sólo tenía mi pasaporte. Así que como no podía inscribirme a gimnasios, de aburrida comencé a salir a correr.

Lo hacía por fitness, nada más. Corría de 3 a 5 kilómetros. Hasta que una de las chicas con la que compartía casa en ese entonces, llegó un día con una polera de la corrida Nike She Run y me encantó. Y le pregunté: ¿Cata de dónde sacaste esa polera? Y me dice que cuando te inscribes en la carrera te la regalan. Ahí me comentó que en dos semanas más había una corrida Brooks y me inscribí. Aún tengo guardada la polera de mi primera carrera, que fue la Brooks por allá en el año 2011.

Recuerdo que esos 10 kilómetros fueron como correr un maratón. Pero toda la vibra rosada, porque fue de puras mujeres, me entró en la cabeza y me fascinó el mundo del running. ¡Hasta ese momento yo no lo conocía y quedé pegadísima!

Una vez que terminaste esa carrera, ¿decidiste seguir entrenando sola o pensaste en entrar a un club de running?

Yo corrí mucho tiempo sola, pero de alguna manera me ponía objetivos naturalmente. Comenzó a gustarme y por lo mismo, comencé a correr dos veces a la semana, sin kilometraje ni tiempo. Era sólo ponerme cualquier zapatillas y salir a darme una vuelta. Así comencé a inscribirme en las carreras y me di cuenta que bajaba mis tiempos. Hasta que me lesioné porque corría con una técnica “espeluznante”. Era anti running. Y como vivía en Escuela Militar y Santiago Runners entrenaba al lado, finalmente decidí unirme a ellos. Después supe quién era Omar Aguilar, mi entrenador, porque como te dije, yo no sabía nada del mundo del running. Entré porque sabía que podía dar mucho más y también porque no quería seguir lesionándome y para ello tenía que mejorar mi técnica.

¿Lograste mejorarla?

Totalmente, en parte gracias a Omar y en parte porque que soy súper curiosa y me meto a ver videos sobre la carrera de técnica perfecta, cómo se pisa y por qué. Yo estoy en esa “volada” del minimalismo, aunque no corro minimalista, pero todo eso de volver a los orígenes y la mecánica natural me fascina muchísimo. Hay muchos libros dedicados al tema y me los leí todos.

¿Cuál es tu motivación para correr y seguir mejorando?

Para mi la competencia es una gran motivación. No soy competitiva con otras mujeres, sino conmigo misma. Pero a la hora de entrenar me da lo mismo si es con hombres o con mujeres. Eso si, me gusta entrenar más con hombres porque tienen otra cabeza, digámoslo, son más duros.

Imagen_Entrevista_Paola_Castelvecchio_Nov_2016_010 — Podio en Santiago Corre Consalud

Saliste segunda en los 21 kilómetros de Santiago Corre Consalud, ¿lo esperabas?

Me sorprendí. Fue una carrera muy especial, porque no corría desde Viña. Corrí el Endurance, los 50 kilómetros y como quedé tan “machucada” quise tomarme un buen descanso.

No había entrenado nada y registré un tiempo bastante bueno para mí, hice 1h31m15s (su mejor tiempo es 1h28m50s) y fue una revelación porque corrí con pura cabeza, ya que no tenía las piernas para hacerlo. Si uno corre con la cabeza y el corazón, aunque parezca de esas charlas motivacionales, pucha que es verdad porque ayuda un montón. Y en la carrera me fijé muchísimo en la técnica, lo que provocó que mi cuerpo corriera solo. Y como mantuve la cabeza en esa frecuencia, logré entrar en un carril y se dio la carrera.

Pero para llegar a eso fue necesario todo un proceso, ya que antes no eras la deportista que eres ahora.

Sí, pero yo no bajé de peso para correr. Vino de por sí. Me encanta el carrete, entonces comencé a darme cuenta que antes de cada carrera o entrenamiento, en vez de tomarme cinco piscolas me tomo una (risas). Antes era re buena para fumar y un día corriendo por Vespucio comencé a toser. Ahí decidí dejar el cigarro porque el cuerpo me lo pidió, pero aún no me pide dejar el carrete (risas). Pero sí dejas de tomar te deshinchas mucho y sientes la diferencia en tu cuerpo. Es un proceso natural que viene de la cabeza.

Y qué se siente de pasar de no saber nada sobre running y ahora conseguir un podio tan importante

Fue una gran satisfacción, porque uno corre con la cabeza y con las piernas. Sin embargo, siento que soy parte de una ola, una comunidad que me ha llevado a eso. Y no hablo sólo de Santiago Runners, sino del desarrollo del running en Santiago y en Chile. Es lindo ser parte de un acontecimiento tan grande. Y yo siendo una persona chiquita y normalísima, que ha logrado mejorar sus desempeño, soy una portavoz de este gran fenómeno. Es como una enorme ola que llegó para cambiarle la vida a personas normales y ser parte de eso es una satisfacción grandísima. Los logros llegan si uno se sacrifica, también influye tener un poquito de suerte.

Trabajas en Red Bull, ¿te ayuda en algo?

Muchísimo. Mi jefe es maratonista y tiene buenas tiempos. Ocurre que Red Bull es una marca que fomenta el deporte y las actividades al aire libre. Y si tengo una hora de almuerzo, me dan el permiso para llegar 15 minutos más tarde porque salí a entrenar. Me apoyan en esta gran pasión, por ejemplo dándome días para salir el fin de semana a alguna carrera. Es una empresa que te brinda ese tipo de apoyo.

También te apoyan marcas

Sí. Skechers Performance y Mungku Native Beer, que es una cerveza elaborada sin gluten pero de manera natural. Viste que aún no puedo dejar el carrete (risas). Pero está comprobado que una cerveza, después de un gran esfuerzo físico, te hidrata más que un isotónico. Y Skechers Performance me ayuda en todo! Eduardo Feldman fue el primero en creer en que las personas normales pueden alcanzar buenos objetivos. Pero no es sólo las zapatillas, sino la confianza que ponen en uno. Es un apoyo moral y material que cuenta muchísimo. Es fantástico, le da otro color a la cosa. Uno se siente más importante. Aunque yo me la tomo a “corazón liviano”, no absorbo la presión de tener una gran marca detrás.

¿Tienes objetivos en el running?

Sí y no. Me gustaría mucho hacer algo que es una súper volada, tipo la de Matías Anguita pero en Italia. Pararme en el punto más alto de Los Alpes en el norte y correr hasta Sicilia, mezclando calles y cerros, que ahora me está apasionando muchísimo, y así pasar por mis lugares de toda la vida. ¡Me encantaría! Y si lo pienso bien es factible.

También correr un maratón en Italia y ver a mi mamá esperándome en la meta. Acá nadie me espera en la meta, soy yo y un reloj. Aunque sí lo hacen mis compañeros y amigos, pero es distinto que lo haga un familiar. Aunque cuando me van a buscar, que alguien se devuelva para acompañarme hasta la meta, me mata.

Hemos visto que tienes muchos tatuajes, ¿tienen algún significado en especial?

El tener tantos tatuajes no tienen ningún significado, pero cada uno de ellos los tienen porque marcan momentos en mi vida. Casi todos son muy de mi identidad italiana, como hojas de plantas que nacen sólo allá. Son muy específicos.

¿El running te llena corporal, intelectual y emocionalmente?

Sí, el running me llena muchísimo intelectual y emocionalmente. Inclusive lo complemento con yoga. Pero en el running es importante el uso de la mente y eso lo comprobé con los años. Aprendí a mentalizarme y darme cuenta de lo que mi cuerpo hace y quiere. Es más, los mejores deportistas tienen que tener cabeza porque sin ella no serían nadie.

Imagen_Entrevista_Paola_Castelvecchio_Nov_2016_008 — Con Coté Schonhaut

¿Tienes amigos gracias al running?

Mis amigos y mis mejores amigos los conocí gracias al running, gracias a Santiago Runners. También está la Coté (Schonhaut), que es fue mi primerísima amiga runner acá, que también es Skechers Performance. Es muy fácil ligar con personas que tienen tu misma pasión, que hablan tu mismo idioma y que comparten esos tiempos. Porque también tengo amigos que prefieren dormir hasta tarde los domingos, pero tengo otros que me tocan el timbre a las 6 de la mañana para salir a la montaña a correr. Es una comunidad, donde encuentras personas que te dan un grandísimo apoyo. Pero sí, mis mejores amigos los conocí corriendo.

¿Running o Trail?

Como correr es más de cabeza, estoy más enfocada en el trail, aunque los resultados sean por ahora mejores en la calle. El trail me atrae mucho por esa conexión con la naturaleza y con uno mismo.