Pablo Triviño: “A pesar de mis 36 años, para mi esta carrera recién empieza”#LondonMarathon #MaratóndeLondres #RaceReport

Race Report Maratón de Londres 2023

Mi primer maratón lo corrí el año 2018, fue el Maratón de Santiago. A una semana del evento y gracias a la motivación de un amigo tuve la voluntad de ponerme en la línea de partida a las 7:30 am, seguramente, porque vivía bastante cerca de La Moneda.

Ese maratón fue una montaña rusa de emociones, porque la poca preparación (básicamente usé una App) y el desconocimiento, me hicieron sentir, primero, como un Rock Star durante los primeros 25 km y luego, como el protagonista de la película “Sin novedad en el frente”, durante todo el resto del camino. No sabía de hidratación, técnica de carrera, uso de gel, bebida isotónica y tanto detalle que no se debe pasar por alto.

A pesar de todo aquello, deben saber que la euforia que genera el aliento de un seguidor del maratón, esa electricidad que pasa en tu cabeza, no tiene comparación y la emoción de cruzar la meta después de más de 4 horas “trotando” es un tesoro para toda la vida.

El segundo maratón fue en noviembre del año pasado en Viña del Mar. En abril de 2022 una amiga me invitó a entrenar con Corremundos donde, además de aprender a correr con el profe, empecé a escuchar de los famosos Six Majors, algo así como la fantasía de un corredor similar a Disney para un niño.

Al principio, despertar 6 am y destinar 5 días de la semana para entrenar no fue fácil y significó negociar con mi pareja, mis amigos, mi familia, incluso conmigo al reflexionar respecto a los hábitos de alimentación e “hidratación”. Ese maratón fue una hermosa experiencia, porque es muy distinto correr entrenado y con el apoyo de compañeros, que con el tiempo se transforman en amigos. Bueno, cuento corto, corrí en 3 horas y 2 minutos y no clasifiqué a ningún Major, entonces usé la opción de ingresar por agencia y me puse a entrenar con la máxima disciplina para mejorar la marca y así clasificar a otros Majors.

Así llegué a Londres, con las ganas de disfrutar cada momento, en la feria participando en correr a la velocidad de Kipchoge, siguiendo en las redes sociales a cuanto auspiciador existe para recibir un premio y comprar uno que otro souvenir. Tuve la suerte de cruzarme con sir Mo Farah en su sesión de fotos y tomarnos una selfie, en fin, llegué con todo el power al domingo, pero con cierto temor a la posibilidad de lluvia.

La ilusión que no lloviera en la carrera duró hasta las 8:45 am, gotas que activaron a todos los corredores y a eso de las 9:15 ya habían circuitos de calentamiento improvisados. Nos encajonamos a las 9:50 y a las 10 en punto partimos.

Fue impresionante ver que a los 100 metros ya había gente alentando y esto se repitió a lo largo de casi todo el recorrido, a pesar de la lluvia que no se detenía. Niños poniendo su mano para que algún corredor le choque, gente fuera de su casa con parlantes compartiendo música, bandas de tambores o vientos, escenarios, fundaciones, disfraces, carteles y un sinnúmero de personajes que fueron apareciendo en el camino, que al menos a mí, hicieron perder la concentración de llevar el ritmo planificado.

En ciertos puntos, como Cutty Sark, la energía de la gente me elevaba, en otros, como Tower Bridge, la atención se la llevaban las cámaras. Yo tuve que detenerme a atar los cordones saliendo del puente. Tenía mi hinchada en el km 35 que me inyectó una dosis de energía extra para la última parte y cuando ya estaba en el km 37 tuve que empezar a negociar con el cuerpo, el gemelo derecho empezaba a apretarse y, en el 38, el izquierdo también. Al 40 no sentía los gritos de la gente, las piernas no respondían, había perdido la cabeza. Entonces me detuve unos segundos a estirar, cuando alguien me tira del brazo y me dice “come on”. Respiré profundo y comencé a darle de nuevo sin pensarlo mucho, hasta ver el cartel de 900 metros y luego el de 600, luego el Palacio de Buckingham y los últimos metros hasta cruzar la meta a las 2 horas 45 minutos y colgarme la medalla.

Siempre me gustó la sensación de libertad y la energía que carga el cuerpo después de correr, se siente muy bien a pesar de torturarlo un poco con el maratón. A pesar de mis 36 años, para mi esta carrera recién empieza.

Pablo Triviño

Fecha de la carrera: Domingo 23 de abril de 2023

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