Race Report Maratón Internacional de Viña 2016
El pasado domingo 2 de octubre completé mi cuarto maratón. En esa oportunidad fue en las calles de Viña del Mar, lugar que donde hasta ahora he dejado mi mejor registro sobre los 42.195 metros, deteniendo el reloj personal en 3 horas, 19 minutos y 41 segundos y el reloj oficial en 3 horas, 20 minutos y 20 segundos; tiempo que si lo llevamos a paso sobre kilómetro (pace) dio 4”42/K. Parciales que hace meses parecían insólitos de sostener durante tan larga distancia.
Llegué a Chile el 30 de abril y desde entonces me he dedicado a trabajar y entrenar. Contacté a un amigo de un amigo y este a su vez me puso en contacto con Guillermo Tamarin, un experimentado triatleta quien accedió a entrenarme de cara a los retos deportivos que me he planteado y así fue como se inició este ciclo que apenas está empezando.
A pesar de tener más de 6 años siendo corredor y 4 como triatleta, considero que en los últimos 5 meses mi rendimiento tuvo una mejoría exponencial. Varios factores se conjugaron para materializar dicha mejora. El clima es uno de ellos, acostumbrado a correr en el calor de Venezuela y de pronto encontrarme con temperaturas cercanas a los 2 grados e incluso días de menos temperatura me facilitaron mi preparación.
Por otro lado, y a pesar de entrenar todos los días -incluso 2 veces al día, varios días-, la frecuencia de carrera no era la misma, antes corría 6 días a la semana, ahora sólo lo hago 4 días, pero, cambiando la intensidad y sumando más kilómetros.
Otro factor fundamental son las condiciones que ofrece la cuidad para entrenar como sus lugares, seguridad, cultura deportiva. También influye el nivel que tiene el grupo donde entreno, quienes tienen condiciones increíbles y cada uno está más “duro” que el otro. A todo esto, se le suma la alimentación que procuré cuidar durante el periodo de preparación y la disciplina para cumplir con el plan de trabajo, teniendo como resultado el tiempo antes mencionado.
Le regalo un párrafo aparte a lo que considero es la clave del éxito, y es que durante 3 meses (y aún continúo) entrené basándome en las pulsaciones, la idea era trabajar siempre a 150 pulsaciones, salvo los días jueves que realizaba trabajos de velocidad y allí trataba de mantenerlas en 170 pulsaciones.
La mañana del domingo 2 de octubre salí a correr el maratón buscando mejorar mi 3h37m46s logrado en Bueno Aires 2013, el plan aparentemente era simple, debía correr a 4”45/k tal y como lo había realizado durante todo el ciclo de entrenamiento, las condiciones estaban dadas, soplaba una ligera brisa que mantenía la temperatura cerca de los 7 grados centígrados, con los nervios clásicos de la previa, decidí entrar al corral de corredores y realizar mi entrada en calor.
De pronto empezó la cuenta regresiva y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba corriendo por las calles de Viña, la ruta salía de playa Reñaca y llegaba hasta Valparaíso, siempre al borde de la costa, paseo que regalaba una extraordinaria vista, donde se combinaban los edificios lujosos, las palmeras y la inmensidad del mar, todo transcurría tranquilo, tomo mi alimento en el kilómetro 9 y luego en el 20, me había planificado para hacer 4 partes de 10 km y un remate de 2 km, con cuatro cargas alimenticias (geles) una cada 10 km.
La primera mitad fue fácil, muchos corredores, animada por bandas y grupos de bailes, pero al pasar los 21 km sólo quedamos los corredores del maratón, atrás se quedaron los corredores de 10 y 21 kilómetros, las bandas y los grupos de baile, ahora tenía por delante 21 kilómetros sobre una ruta que cambió los edificios y palmeras, por acantilados y dunas, con repechos cortos, pero consecutivos de esos que van desgastando las piernas.
Así fueron pasando los kilómetros, yo sólo trataba de mantener las pulsaciones dentro del rango sin descuidar o subir el paso, del 26 al 29 me encontré a otro corredor de estos que no le gusta que lo pasen, algo que lejos de molestarme me ayudó a mantener mi paso y sin darme cuenta estaba llegando al famoso kilómetro 30, en mi mente estaba planificada la carrera en 4 partes de 10 k y sólo esperaba con ansias llegar al 32, ya que allí era el punto de retorno de Concón hasta la llegada en playa Reñaca.
Al retornar en el 32 miré el reloj 2h32m y fracción, sabía que debía mantener el paso si quería lograr las 3 horas 20, las piernas seguían fuertes, el ritmo cardíaco estaba controlado y sólo me dediqué a restar kilómetros, hasta que llegó el 38, tenía meses imaginando es momento, “sólo quedan 4″, ya era mío.
Esos últimos kilómetros fueron una fiesta, el cuerpo respondió, no hubo lagunas ni deseos de no correr más, pensaba en todos los que esperaban mi tiempo y los que la noche anterior me mandaron sus mensajes de ánimo y de pronto empecé a ver el arco de llegada, cosa que para los atletas es como ver un tesoro.
Los gritos de mis compañeros de entrenamiento (quienes esperaban al resto del grupo) me hicieron voltear a la derecha, los saludé y continúe mi camino hacia la meta. 3h19m40s, la primera de varias metas que me quedan por delante en los próximos meses, por ahora me queda seguir entrenando porque esto apenas comienza.
Nelson Trujillo
Team Ironmemo
Fecha de la carrera: Domingo 2 de octubre de 2016