Es increíble apreciar como en unos pocos años el TrailRunning se ha vuelto cada vez más popular. Hace algún tiempo al participar de estas carreras el número de corredores era bastante reducido, así como también la oferta de estos eventos deportivos. Si bien hoy existe una amplia gama de carreras, con diferentes distancias, dificultades y hasta actividades anexas, unas de las carreras del circuito de carreras montaña de nuestro país con mayor tradición y exigencia es el K42 Chile Altos de Cantillana.
El día comenzó temprano, a las 5 am, con un desayuno liviano. Luego pasé a buscar a mis amigos Israel Escudero y Felipe Contreras. Rumbo a la carrera, en una estación de servicio, nos encontramos con otros buenos amigos, ellos eran Fernando Valdivieso y Rulo Cáceres. Al llegar a la partida saludamos un sin número de amigos con quienes hemos compartido rutas y otras actividades, luego retiramos el kit de competencia, que esta vez además de incluir la polera oficial, el número y chip de control, se incorpora una mochila de hidratación. Creo siendo esto un gran aporte para quienes recién comienzan en este deporte y no se vea mermada su participación por no contar con este elemento importante.
Antes de comenzar, durante la charla técnica, se nos confirmó que hay cambios en la ruta para quienes corremos los 42k, dado el clima y la escasa visibilidad en la cumbre por lo cual acertadamente la ruta se redujo a unos 32k. Más tarde al llegar a la cumbre comprendimos que fue la mejor decisión pensando en la seguridad de estos locos que corren y a veces por la pasión omitimos los riegos.
La carrera partió a las orillas de la hermosa Laguna Aculeo. Luego de correr un kilómetro comenzaba la aventura al ingresar a la Reserva Natural Alto Cantillana, un sendero bastante definido y rodeado de árboles. Siendo los primeros kilómetros de una dificultad medianamente baja y por lo mismo bastante rápido. Es así como a los pocos kilómetros ya uno se comienza a encontrar de frente con los primeros corredores de 10k, quienes tras un gesto rápido de saludo pasan.
Luego de estos primeros 5k el terreno cambiaba radicalmente, pasaba de un terreno suave a uno rocoso y el grado de la pendiente también aumentaba considerablemente, es aquí cuando recordaba que debemos subir más de 2.000 metros de altura hasta la cumbre. Al poco andar sentía la pierna derecha un poco dormida y el pie incómodo, creo que no fue buena la elección de las zapatillas. Si bien estoy de acuerdo y también me gusta utilizar un calzado más liviano, también debemos cuidar nuestros pies y para este tipo de carrera era necesaria una zapatilla con mayor amortiguación. Por suerte al pasar lo minutos y tras bajar un poco el ritmo este malestar desapareció y esta aventura continuó.
Ya cerca del 8k me crucé con Felipe Contreras quien iba liderando la distancia 21k, tras un grito de ambos apoyándonos pasó volando a mi lado, bastante más atrás y llegando a los 10k me crucé con otros corredores de la distancia. La gracia de estas carreras es cruzarse con otros corredores, alentarse y lo más grato es un aliento cruzado de amigos o gente que aún falta conocer.
Luego de cruzar los 10k comenzó el tramo más difícil de la carrera, creo que debe ser de los tramos más técnicos y difíciles que me ha tocado correr en todas carreras de montaña que he participado. La estrategia era reservar piernas para poder descender rápido y acortar un poco el tiempo sobre los primeros corredores. A los pocos kilómetros me crucé con Luis Valle, quien lideraba y ganaba esta competencia, y tras él muy cerca venia Israel Escudero, ambos bastante alejados de quienes los seguían. Es así como también me crucé con Katherine Cañete quien lideraba entre las mujeres y luego me enteraría que finalizó segunda.
Ya al llegar a la cumbre se afirmaba que fue la mejor decisión acortar la prueba, la vista no era más allá de 2 metros. Así que rápidamente un vaso de agua y un chocolate en el punto de control y comenzaría otra carrera para mí, el descenso.
Sin duda uno de los trayectos que más me agradan es descender rápidamente, a pesar que no estaba usando las zapatillas adecuadas y el terreno era altamente técnico, aproveche de aumentar la velocidad y pasar a varios corredores durante este tramo. Luego de bajar rápidamente por una hora y media por un terreno bastante pedregoso e inclinado llegaba al bosque, un lugar donde no necesitas bajar concentradamente el bosque es donde se pueden dar pasos más largos, andar más rápido y hasta relajar un poco las piernas.
Es así como al cabo de casi exactamente 5 horas crucé felizmente la meta, para recibir la medalla y polera de finisher. Pero este evento no terminaba acá, había que esperar hasta que llegara el último corredor como es tradición y recibirlo con un gran aplauso. La espera fue amenizada con unos ricos choripanes, coca cola o un buen café, compartiendo con los amigos , analizando la carrera, contando experiencias de otras en que habíamos participado o simplemente de temas personales. Esto es parte de un corredor de montaña la convivencia y los lazos que se forman.
Una linda experiencia, una carrera altamente técnica pero totalmente recomendada. Nos vemos en la montaña.
Mauricio Sepúlveda.
Fecha de la carrera: Sábado 13 de septiembre de 2014