María Zegers: “El cumplimiento de un sueño de años”#MaratondeBerlin #RaceReport

Race Report – Maratón de Berlín 2024

Aquí, bajo el frío del último domingo de septiembre de 2024, en el corral D en el Tiergarden de Berlín, vuelvo a esa imagen de otro domingo de finales de septiembre pero del año 2008, a pocos metros de aquí frente al Reichstag, con mi papá y mi hermano Rodrigo, exhibiendo nuestras medallas tras terminar nuestra primera maratón en familia. Esa foto fue el puntapié inicial para volver a correr maratones en familia en Chicago el 2023, extendiendo la invitación a otros: Hermano, cuñados y a mi marido, naciendo así el Team Zegers.

Lo maravilloso que es compartir esta pasión, sabiendo que un par de corrales más adelante mis hermanos Nicolás y Raimundo y mi cuñado Sebastián, tendrán enfrentar sus propios desafíos para poder cumplir con sus objetivos.

Porque sí, la maratón es un deporte individual, pero sin duda también uno colectivo. ¿Cómo no va a serlo si se corona en esta fiesta de 54.280 corredores al ritmo de la blue line que se despega por 42, 196 metros de Berlín? ¿Cuántos llegarán a la meta? Me pregunto mientras me meto en esta masa humana que avanza por la rotonda que rodea la famosa Columna de la Victoria en este primer kilómetro.

A lo largo del recorrido me doy cuenta que quienes corren Berlín son en general runners muy preparados; el ritmo es parejo. Eso me permite ir cumpliendo la meta propuesta: bajar de 5:00/ km. Tengo a mi favor que Berlín es una maratón plana y rápida, de hecho, aquí se hizo el actual récord mundial.

Ayuda también los 15 grados, aunque hay un cielo despejado y va subiendo la temperatura más de lo que me gustaría. Me concentro en hidratarme con agua en cada puesto, como cada 5 kilómetros, y en algunos también el isotónico de Maurten, que no conocía, pero me preocupé de probar los días antes, es clave no improvisar y seguir el plan de carrera.

Las calles están llenas de gente, hay música en algunos puntos, banderas de todas partes del mundo. Pero se extrañan los gritos efusivos de otras maratones; aquí son más silenciosos para apoyar. Al kilómetro 17 me topo con un chileno, Carlos, a un paso similar al mío. Vamos recorriendo juntos a paso constante, divisamos unos metros más adelante al pacer de 3:30, mi objetivo. Pero hay demasiada gente a su alrededor y es necesario tomar decisiones rápidas: adelantarlo.

Cada kilómetro se va volviendo exigente, tomo agua y me echo el resto en el cuerpo; la marea humana no permite siquiera detectar a los fotógrafos; pero mantenemos el ritmo y pasamos la media maratón cumpliendo el objetivo. Al kilómetro 25 debo tomar otra decisión importante: Carlos va unos segundos más rápidos que mi paso y no estoy segura de poder seguirle el ritmo, así que lo dejo ir pero sin aflojar mi paso de 4:55. Pero al kilómetro 28 viene la muralla, antes de lo esperado. Segundos eternos en que el cuerpo me dice que no puede más y me baja la angustia. ¿Qué hacer? Inmediatamente, un gel con cafeína para recuperar fuerzas.

Veo en mi cabeza a mi entrenador Martín Arias animándome a mantener el paso. Por suerte hay una pequeña bajada y me propongo mantener el ritmo al menos hasta el kilómetro 30 y de ahí evaluar. Cruzo la marca del kilómetro 30, me doy cuenta que estoy adelantada un poco más de 2 minutos.

Tengo margen para tomar una decisión difícil pero importante: puedo bajar el ritmo hasta en 10 segundos por kilómetro y todavía cumplir la meta. Lo importante es no parar, aunque el cuerpo lo pida. Centrarme en la “blue line”.

Agradezco en silencio cada puesto de música, una bandera chilena a lo lejos, una iglesia milenaria, un puente.

Kilómetro 39, poco a poco empiezan a aparecer los carteles recordando que la meta está cerca. Poca gente caminando, cada corredor en Berlín quiere dar su máximo pues saben que participar en los 50 años de esta fiesta con un récord mundial de número corredores, es algo que no se va a repetir. Pienso en mi familia que sigue nuestros tiempos en directo desde la App de la maratón. Pienso en mis hermanos y cuñados que ya deben haber llegado. En la lesión que me tuvo un par de semanas sin correr, pero que gracias a mi kinesiólogo pude recuperar. En los cientos de kilómetros de entrenamiento junto a TYM running, que más allá de un club es un espacio donde he encontrado amigos con los que compartimos esta pasión.

Kilómetro 41, me repito que la carrera ya está hecha. Veo a lo lejos la Puerta de Brandemburgo, pero recuerdo que la meta está unos metros más allá. Apuro el paso para cruzar ese monumento impresionante, cruzar con lágrimas el kilómetro 42, y los últimos 196 metros son solo agradecer esta oportunidad única y el cumplimiento de un sueño de años. Y unos minutos más tarde, abrazar a Nicolás, Raimundo y Sebastián y, cada uno con su medalla, replicar esa foto histórica frente al Reichstag.

María Zegers

Fecha de la carrera: Domingo 29 de septiembre de 2024

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