Macarena Covarrubias: “Levantar los brazos y cruzar la meta con una sensación maravillosa”#MaratondeTokio #RunchileRaceReport

Race Report – Maratón de Tokio 2025

Soy Macarena Covarrubias, empecé corriendo regularmente hace 13 años, cuando cumplí 40 y desde hace 8 años estoy entrenando con Martín Arias en TYM running.

Después de no quedar en la postulación a través de los charities, estaba pensando qué maratón correr el primer semestre de 2025 cuando me sorprendió el mail que había quedado en la lotería para Tokio. ¡No lo podía creer! había sido mi año de la suerte porque también me había ganado un cupo y corrido la Maratón Pout Tous en las olimpiadas de París en agosto de 2024.

Tokio era la única Major que me faltaba: Había corrido las otras 5 partiendo el 2017 con Nueva York, 2018 Chicao, 2019 Berlin, 2021 Boston y el 2022 Londres.

Como era la última, y recibiría mi esperada medalla Six Majors, organizamos un viaje familiar para que mis niños pudieran acompañarme en este momento que para mí era tan importante. Por ello y porque son estudiantes, tuvimos que partir viajando 2 semanas antes y no post maratón, por lo que yo sabía que turistear antes iba a ser desafiante para conjugar los entrenamientos que me quedaban, la comida y la necesidad de descansar, con la rutina de viaje familiar (iban 5 de mis 6 hijos).

 Obviamente que eso significó que me pegué unos madrugones para sacar los entrenamientos que me quedaban y estar a las 8,30 lista para salir a turistear y aprovechar el día, siempre mirando de reojo los pasos caminados y se me apretaba la guata cuando el reloj me marcaba 25.000 pasos o 70 pisos subidos a 3 días de la maratón.

Privilegié esta oportunidad única de viajar con mis niños a Tokio, no tenía ninguna expectativa de tiempo, los entrenamientos no habían sido los mejores y no tenía esperanza de hacer un PB (tenía 3:18 en Viña 2023), así que decidí, aprovechar el viaje y solo descansar medio día viernes y sábado.

La carga de carbohidratos en Japón es facilísima, el arroz y el ramen en cada esquina son perfectos, la cantidad de baños públicos impecables, ayudan para la hidratación previa así que las condiciones estaban perfectas, solo que se veía caluroso el pronóstico y yo no había traído pastillas de sal, el calor me pega bastante, jamás pensé que las echaría de menos en Tokio.

Mi plan era correr con mi compañero de equipo Edgardo Correa, partir a 4:50 el kilómetro y mantener en lo posible. Nos juntamos en la entrada al corral, todo estaba muy bien organizado, y ya al momento de dejar el bolso en la guardarropía decidimos no llevar guantes, manguitas, orejeras, ni cuello. Polera y short no más. No hacía frío ¡y eran las 8:00 am!

Nos encajonamos, y partimos. Los primeros dos kilómetros la carrera es muy llena de gente, es difícil partir a ritmo, recién lo logramos en el tercer kilometro, yo iba disfrutando la temperatura, los edificios modernos, la emoción, ver a tantos corredores que iban por las Six Majors. Nos entusiasmamos demasiado y corrimos los primeros 15 o 20 kilómetros a 4.35, ritmos que no había corrido en todo el ciclo. Sabía que la estaba embarrando, más encima empecé a sentir el calor, a tirarme agua en la cabeza, y pensé que, si hubiese tenido un plan organizado, con esa temperatura debería haber aplicado un plan B más conservador. Pero hice todo lo contrario… Error de principiante en mi maratón N12. ¡Lo pagué! A partir del kilómetro 28 más o menos corrí al borde del calambre, si apuraba se me apretaba el gemelo y el cuádriceps, asique mantuve el ritmo que me permitía no acalambrarme,

Mis hijos estuvieron en 3 puntos de la carrera, me gritaron como locos, corrían al lado mío por la vereda haciendo un escándalo al que los japoneses no están acostumbrados, alcancé a ver como salía un policía a pararlos… pero a mí, me llenaron de alegría y de energía. Como me dijeron una vez en la maratón de Viña un corredor desconocido que iba el lado mío…. “tus niños valen como por 2 geles”.

Me llamó la atención y eché de menos que en esta carrera, aunque hay público a lo largo de todo el recorrido, las barreras están un poco más alejada de los corredores así que no hay mucha posibilidad de interactuar con el público y de chocar manos, que es una práctica que me gusta y me da energía en las maratones, me distrae la cara de alegría de los niños cuando los miras antes y les extiendes la mano para chocárselas.

En términos de logística la maratón es perfecta, había suficiente agua e isotónico, vi botadas esponjas, pero no vi donde las entregaban y me hubiera caído bien. El tema de la basura en Japón es impactante, tanto así que se veían muy pocos geles botados en suelo, personalmente guardé los papeles en el bolsillo y cada cierto tiempo había voluntarios con bolsas de basura recibiendo los papeles y basura que entregaban los corredores.

La última parte del maratón desde el kilómetro 34 aproximadamente, es una ida y vuelta que se hace eterna, me costó mucho, no llegaba nunca a la curva que marcaba el principio del fin, una vez ahí, ya me decía falta poco, lo estás logrando… ya ni miraba el reloj, sentía que iba decayendo mucho más de lo que era en realidad. Como todo maratón son los kilómetros que más cuestan. En la última parte, cambia el tipo de pavimento y ya sabes que estás llegando, una curva y la meta… Apretar los dientes y ponerle todo lo que me permitiera el calambre inminente. Levantar los brazos y cruzar la meta con una sensación maravillosa, de logro, de recompensa, de haber terminado un ciclo de 7 años y de ser afortunada de poder estar ahí. Miré el reloj ¡Marcaba 3:22! aunque casi me había muerto, era un minuto mejor que mi conservador plan de correr a 4:50.

Fui a buscar mi medalla y en la fila se me caían las lágrimas de la emoción, agradecí la voluntad, la constancia y la disciplina que me ha dado este deporte de entrenar muchas mañanas en el invierno tan lluvioso del 2024, en el calor del Stade Francés, donde entrenamos a las 13:00, invierno y verano, de las despertadas temprano sábado y domingo siendo que yo soy mucho más búho que alondra. Todo eso me valió infinitamente la pena, y mientras me ponía la medalla agradecí a todas las personas que me han ayudado a llegar hasta acá. Especialmente a mi pareja, a mi familia, a mis amigas y amigos runners con las que compartimos tantos kilómetros, conversaciones y experiencias, a mi entrenador ¡Y al bendito momento en que me compré mis primeras zapatillas y dije voy a empezar a correr!

Macarena Covarrubias

Fecha de la carrera: Domingo 5 de marzo de 2025

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