Race Report- Maratón de Nueva York 2025
Hace un año fui operada de cáncer de tiroides. Mi cuerpo se apagó, mis hormonas se desplomaron y mi pasión por correr que me acompaña hace 8 años se desvaneció. Me sentía desconectada de la vida, sin ganas de entrenar, sin energía para soñar. Pero dentro de mí seguía encendido: El deseo de volver, de correr, de sentirme viva.
El año 2024 había sido una de las pocas afortunadas que había quedado por tómbola para correr Nueva York, pero decidí postergarla para este año. El plan para este año era ambicioso, correr Boston el primer semestre porque había clasificado y Nueva York en el segundo. Dos maratones grandes y temidas por mí, pero la salud dijo no. Recién en agosto lograron ajustar mi dosis de Eutirox, entre otros cambios hormonales que me afectaban y mi cuerpo comenzó a responder.
Volví a entrenar temprano, como siempre, mi día comenzaba a las 05:00 am para salir al trote a las 06:00 y unirme a mi Team y coach, había mañanas que costaban más que otras, por sueño y cansancio, porque tenemos una pequeña que cumplió 2 años en septiembre y como todo padre sabe, hay noches buenas y otras no tanto. Pero el objetivo estaba claro y trabajé por ello, a medida que pasaban las semanas cada vez me sentía mejor y mas fuerte para enfrentar de la mejor forma mi tan anhelada maratón de New York, una carrera a la cual siempre miré con mucho respeto.

Llegué a New York convencida de disfrutar la ciudad y por sobre todo de aprovechar al 100% esta tremenda fiesta que te hacen vivir desde que visitas la expo hasta el día de la carrera y post, mi coach, compañeros y amigos del running, que ya habían tenido la fortuna de correrla me hablaban de lo increíble que era vivir esta fiesta del running y a la vez de lo dura que era, que había que correrla con inteligencia, de sus famosos puentes, así que venía muy mentalizada en ser respetuosa y no gastar energía antes de tiempo, aparte de recibir tantos mensajes de buenos deseos y darme cuenta que tanta gente creía en mi y solo deseaban que cruzará esa meta feliz, sonriente y en llamas.
Llegó el día y fui afortunada en tomar el ferry, viendo el amanecer y la Estatua de la Libertad, sentí una inyección de energía y gratitud, simplemente era un sueño estar ahí. Comencé en la ola 2, y cuando dan el inicio y ponen la canción de Frank Sinatra “New York” sientes que el corazón se te va a salir.
La carrera fue una fiesta: la energía de la gente, la organización impecable a otro nivel, los voluntarios con una disposición increíble, todos te hacen sentir una rockstar. Todo fue disfruté hasta el km 37, y ahí estaba él mi compañero de vida, mi marido Sergio, gritando con el alma. Su energía fue mi segundo aliento. Desde ahí hasta la meta fue solo corazón y cabeza y demostrarme de lo fuerte que puedo llegar a ser y de que soy capaz de lograr lo que me proponga.
Uno de los puntos que más temor me daba era el temido puente Queensboro, cuando llegué a ese punto me repetí:
“Soy fuerte. Soy valiente. Soy poderosa.”
Y lo fui. Lo crucé con alegría, con convicción, con una energía increíble.
Los últimos kilómetros fueron pura cabeza y corazón. La adrenalina del Central Park, la gente, los gritos, todo me empujaba. Me repetía:
“Vamos Kathy, no queda nada. Eres fuerte. Eres valiente. Tú puedes.”
Y pude. Crucé la meta con lágrimas, con orgullo, con gratitud, realmente me siento una afortunada de poder tener la oportunidad de poder correr y más aún en esta tremenda fiesta.

La Maratón de Nueva York es una fiesta. Una experiencia que todo corredor amateur debería vivir al menos una vez en la vida. La energía de la gente, la organización impecable, la buena disposición de los voluntarios… todo te hace sentir como una verdadera rockstar.
Esta maratón no fue solo una carrera. Fue de agradecimiento a quienes fueron parte de este proceso, mi marido, mi coach, mi Team y mis compañeras por su sororidad
Fue el día en que renací como el ave fénix.
Katherine Repetti
Fecha de la carrera: Domingo 2 de noviembre de 2025


