Gonzalo Zapata: “Chicago es un maratón increíble”Chicago Marathon Gonzalo Zapata

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Race Report Chicago Marathon 2016

Conversando hace un par de meses con amigos maratonistas experimentados y que han participado en varias maratones fuera de Chile me comentaban que Chicago es sin lugar a duda un IMPERDIBLE, que era un gran maratón y que es de los pocos maratones para repetir varias veces, esto obviamente me generó altas expectativas. 

Ahora que ya han pasado 2 días desde que completé mi octavo maratón (mi cuarto major después de New York, Boston y Berlín) y con la mente un poco más fría puedo reafirmar que Chicago es un MARATÓN INCREÍBLE!, sin lugar a dudas una parada obligada para todos los que puedan correr fuera de Chile.

La experiencia es completa, que parte el día jueves con mi llegada a Chicago y un trote suave por el parque donde será la partida y llegada del maratón, el Millenium Park. Es un lugar increíble, está a orillas del lago y se puede recorrer la distancia o el tiempo que uno quiera, luego de eso ya era tiempo de descansar para ir al otro día a buscar mi número.

El viernes comencé el día con el retiro del kit de competencia en la Expo, donde todo fue muy expedito y fluido a pesar de que sólo está abierta 2 días. Me llamó la atención lo fácil que era moverse y recorrer los stand, algo que me tenía preocupado porque andaba incluso con mi hijo en coche. En 2 horas ya tenía mi número y ya había recorrido el centro de convenciones, así que era tiempo de descansar. Es la mejor Expo donde he estado, muy completa y muy espaciosa en un enorme centro de convenciones, el McCormick Place.

El sábado temprano salí nuevamente a trotar un poco y ya la ciudad estaba absolutamente en modo maratón con los 5k que se hacen el día anterior, calles cerradas y muchos corredores haciendo sus últimos entrenamientos. Este día ya era sólo para descansar, alimentarse bien y esperar el día del maratón.

¡Por fin llegó el día!, luego de varios meses de preparación, suena el despertador y sólo quedaba ir a correr y disfrutar lo que venía: correr el maratón que es el premio a todos los entrenamientos, cuidados con las comidas y sacrificios que uno hace.

La partida está en el centro de la ciudad, por lo que es muy fácil llegar, me fui caminando y en 10 minutos ya estaba pasando el punto de seguridad, a las 15 minutos ya había entregado mi bolsa con mis cosas para cuando terminara y a los 20 minutos estaba en mi corral, toda la organización muy coordinada y perfectamente sincronizada.

Los corrales estaban perfectos, tenían el espacio suficiente para hacer el calentamiento y poder recibir a los corredores.

Ahora sólo faltaba esperar la partida y ver como era la salida, había buena temperatura (alrededor de 12 grados) y en teoría el circuito era plano, por lo que estaban las condiciones para poder correr tranquilo y mejorar mi marca (2:39:30 en Berlín 2015).

A las 7:30 en punto se da la largada, al estar en el primer corral y la adrenalina del momento la partida fue bastante rápida.

Después de avanzar los primeros metros se pasa por un paso bajo nivel por lo que inmediatamente se pierde la señal GPS y los tiempos estimados (corro sin mirar el reloj, por lo que no afectó mi plan), pero la noticia que no esperaba era que al salir del paso bajo nivel había viento, por lo que había que controlar aún más el ritmo, porque no sabía cuánto podía durar ni afectar.

Me llamó la atención en ese momento la cantidad de personas animando, considerando lo temprano que era.

Este punto es relevante, durante casi todo el recorrido uno se encuentra con el apoyo del público y el que tiene preparado la organización con bandas de música y bailes, es muy entretenido, ayuda a distraer la mente y da ánimo cuando se necesita.

Pasado el kilómetro 5 uno se da cuenta que efectivamente el circuito es muy agradable, muy plano y que se puede mantener un buen ritmo, a esa altura me sentía muy bien y creía que iba al ritmo necesario para bajar mi marca, pero el viento no cesaba.

La carrera seguía avanzado, seguimos recorriendo la parte norte de Chicago, pasando por un parque muy bonito cerca del lago y seguía con buenas sensaciones, es fácil mantener el ritmo y poder disfrutar la cuidad.

Los puntos de hidratación estaban cada 1 milla en ambos lados y son 2 filas interminables de agua y Gatorade, por lo que cuando se necesita uno se hidrata. Algo interesante es que cada punto de hidratación es de un club de running local, por lo que te animan muchísimo (gran idea para implementar).

La carrera ya empieza a volver al centro de la ciudad y llegué a los 21k, donde el viento no había parado, mantuve el ritmo y buenas sensaciones, al mirar el tiempo me di cuenta que iba muy bien, ya iba en 1:17:30 aproximadamente, sólo debía mantener la misma intensidad y concentración.

A esa altura iba muy contento, disfrutando de la ciudad, el ambiente y me sentía muy bien, ¡aunque esperaba que el viento parara!

Empezó la segunda mitad de la carrera, seguía enfocado en llegar con fuerzas al kilómetro 30, para poder terminar al mismo ritmo, la motivación seguía intacta, podía lograr acercarme a las 2:35:00.

A esta altura todos los cálculos valen, así que encuentro que correr menos de 1 hora y 20 minutos es marginal con todo el tiempo que le he dedicado al entrenamiento, pienso en todo lo que voy a comer después del maratón y con todos esos cálculos en mi cabeza llegué al kilómetro 30. Donde hay un reloj que decía que llevo menos de 1:50:00, por lo que hice un cálculo rápido y entendí que iba muy bien, pero no me podía confiar. 

El problema es que esta es la parte menos entretenida del circuito, se empieza a correr cerca de una carretera, baja la cantidad de público que anima y el viento sigue ahí, ya convencido que me iba a acompañar los kilómetros que faltan, por lo que no fue fácil mantener el ritmo, pero sin darme cuenta ya estaba en el  kilómetro 40, esperando en cualquier momento la subida de un puente que me habían comentado que era la subida más dura y que además marcaba el final del maratón.

Lo bueno era que las piernas seguían respondiendo, por lo que no paraba de agradecer los entrenamientos de mi gran coach Julio Uribe, ya estaba cerca el objetivo, había que esperar sólo unos minutos.

Hasta que ví el puente y apareció la última ráfaga de viento en contra, a hacer el último  esfuerzo, subí el puente de Roosevelt Road, doblo a la Izquierda… Ví la meta y el reloj marcando 2 horas y 34 minutos… aceleré, empecé a levantar las manos y salté de alegría al cruzar la meta!

Objetivos cumplidos: disfrutar la maratón, bajar mi tiempo y además bajar las 2 horas y 35 minutos.

Recibí la medalla, seguí celebrando, recibí los regalos de los auspiciadores y al encuentro de la familia.

Nuevamente me sorprendió la organización, ya que fue muy fácil encontrarse con ellos y todo lo que sigue fue entretenido.

La Post Race Party es lejos la mejor de todas las que he visto, música en vivo, stand para comer, vale la pena quedarse un rato en el parque y descansar ahí.

Otro tema importante fue que para la barra oficial que me acompañó (mi señora, mi hijo y mi suegro) fue muy fácil moverse y encontrar los lugares para poder verme. Este es otro punto a favor de Chicago, ya que normalmente e otros maratones el traslado es un verdadero caos.

En resumen, Chicago es un maratón increíble, con un gran nivel de organización, publico muy cálido, circuito muy rápido y una ciudad digna de conocer de la mejor forma: corriendo.

Vuelvo de todas maneras.

Gonzalo Zapata

Fecha de la carrera: Domingo 9 de octubre de 2016

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