David Railén: “Por fin se cumplió el sueño de haber corrido Boston”

Race Report – Maratón de Boston 2025

Clasifiqué a Boston en el Maratón de New York 2023, haciendo un gran tiempo, se me dio la oportunidad y no lo dudé.

La preparación para Boston fue de mucho sacrificio combinándolo con los horarios de trabajo, muchas veces entrenando desde muy temprano, incluso antes que amaneciera.

Los días previos fueron de mucha ansiedad por correr, pero una vez en Boston y ver que la ciudad estaba invadida de runners la ansiedad se fue y comencé a vivir esta linda experiencia.

Me guié por mi estrategia estudiando el recorrido, pedí consejos a maratonistas que ya habían corrido en Boston y me sirvieron muchísimo, en especial de las temidas cuestas de Newton.

Los días previos se vive una fiesta deportiva en la ciudad, competencias de adolescentes, los 5k previos al maratón, la Expo Maratón, toda la ciudad paralizada por este gran evento.

El día de la carrera fue increíble desde que uno llega a dejar sus pertenencias a cuadras de la línea de meta, subirse al típico bus escolar de EE.UU. que nos llevan a la partida.

Una vez en la Villa de los Atletas, ya solo había que esperar para correr, a las 9:15 de la mañana fue mi encajonamiento según mi número y corral. Una vez en la línea de partida comenzó el sueño, SÍ, estaba corriendo en Boston.

El recorrido comienza en bajada y hay que tener mucha paciencia y auto control, pero durante todo el recorrido esos gritos del público te hacía acelerar sin darte cuenta, de repente vi mi reloj e iba muy rápido y volvía a mi ritmo normal.

Las cuestas de Newton fueron lo que más me costó, fue un desafío pasar del amor al odio y luego volver del odio al amor, definitivamente hay que llegar controlado a esa parte de la carrera.

Llegando a Boston una vez que vi el letrero de CITGO ya supe que faltaba poco, llevaba las piernas acalambradas, manos dormidas, pero un corazón lleno y convencido de terminar este maratón, no me iba a detener nadie, si había que llegar gateando llegaríamos así.

La gente no paraba de gritar a cada corredor, era un ruido increíble que no se vive en cualquier parte del mundo. La última recta de la carrera ya se veía la meta y en ese instante corría solo por amor a este deporte, cansado, fatigado, pero con una sonrisa de victoria que por fin se cumplió el sueño de haber corrido Boston.

Se logró y lo volvería a repetir umbilical veces más porque correr en Boston es desafío, garra y corazón.