Race Report – Maratón de Londres 2025
¿Alguna vez has despertado con esa intuición de que hoy es el día? Sin buscarlo, así fue. Ese domingo en Londres fue EL DÍA.
La alarma sonó a las 4:45 a.m. (nada raro para quienes corremos). Me sentí renovada, con energía, desayunando en la habitación, respirando hondo para calmar la ansiedad. Me repetía que todo saldría bien, que lo importante era cruzar la meta y, sobre todo, disfrutar.
Ya en Greenwich, la largada fue puntual: 9:48 a.m., al más estilo británico. Seguía con esos nervios que te recorren el cuerpo: nervios por la incertidumbre, por no haber podido prepararla como quería. Una operación durante el proceso me obligó a ajustar todo… y confiar. Sabía que sería una carrera más de cabeza, pero tenía claro que no quería perder el foco de disfrutarla.
Desde el inicio, el ambiente fue increíble. Una carrera rápida, con un público espectacular. Las calles estaban repletas de gente alentando con pancartas, gritos y sonrisas, sin conocerte, pero haciéndote sentir como un rockstar. Los primeros kilómetros pasaron volando. Muchos me habían advertido que esa parte era rápida, pero que no me dejara llevar por la emoción, porque la segunda mitad traía repechos y falsos planos que había que pasar sin acalambrase.
En el kilómetro 21 me encontré con el imponente Tower Bridge. Cruzarlo corriendo fue mágico, difícil de describir. Sin darme cuenta, ya estaba en el km 30 y seguía sintiéndome bien. Sabía que desde ese punto todo sería pura cabeza, corazón y garra.
En el km 40, a lo lejos, empezó a asomar la Elizabeth Tower (dato curioso: Big Ben es solo la campana del reloj). Y ahí supe que lo tenía. Vi el reloj… y no lo podía creer. Si mis cálculos eran correctos, estaba por lograr un tiempazo.
Cruzando la meta en 03:40:23, llegaron todas las emociones. Ese tiempo lo había buscado durante dos años. En su momento, no lograrlo me frustró y me dolió. Pero hoy sé que la vida tenía otros planes. Me enseñó que cada proceso es distinto, que hay que soltar, confiar y dejar que las cosas fluyan. Todo llega a su tiempo.
Londres me enseñó a confiar. A no detenerme.
El camino, a veces, te sorprende… y te lleva más lejos de lo que imaginabas.
Gracias a mi familia y amigos por acompañarme en cada locura. A mi papá, quien me inculcó el amor por el running. A mi mamá y mi hermano, mi barra incondicional. Y a mi coach Mauro, por exigirme, creer en mí y guiarme en este proceso.
Si tienen la oportunidad de correr un Major, que sea Londres, porque no tengo dudas en que no se arrepentirán.
¡Saludos!
Daniela Cisternas Huerta
Fecha de la carrera: Domingo 27 de abril de 2025