En el sur de Chile llueve constantemente, no así en la zona central donde, por lo general (aunque no en estos momentos) estamos en situación de déficit hídrico, y el norte ni hablar. Es cosa de ver la arquitectura imperante: pasamos de los techos planos de las casas ariqueñas a los techos casi verticales de Valdivia. Así un runner de Antofagasta tendrá en su closet gran cantidad de shorts y poleras, pero difícilmente tendrá una chaqueta impermeable o zapatillas de Goretex, en cambio un runner de Puerto Varas tendrá variadas chaquetas impermeables y otros elementos para protegerse del agua.
Cuando llueve lo importante es cubrirse, partes clave: No sobre abrigarse y tener el equipo adecuado para hacer de esta una experiencia interesante y no traumática.
Partamos por la cabeza: Utilice una gorra o pañuelo-cuello (esos que utilizan los montañistas), te vas a mojar igual pero no perderás calor, lo mismo las manos, protéjalas con guantes. Use de primera capa una polera sintética (si hace mucho frío puede ponerse dos). Evite el algodón pues entre el agua y el sudor, le será muy desagradable. Como segunda capa utilice una chaqueta de running a prueba de agua, hay varias en el mercado, las de Goretex le garantizan impermeabilidad al mismo tiempo que dejan respirar a su piel. Un cortaviento no le servirá si no es impermeable, quedará empapado irremediablemente. Dato, el impermeabilizante se pierde con el tiempo y los lavados, pero en tiendas de montaña hay detergente y spray re-impermeabilizante, que le alargará la vida útil a su chaqueta.
Use unas calzas (también conocidas como “patas de lycra”), le permitirán moverse con libertad, y si se mojan le aislarán del viento igual. Si quiere utilizar un short no hay problemas, pero le recomiendo que se coloque vaselina en la entre pierna pues el agua es un poderoso abrasivo y su piel se macerará, créame, duele mucho.
Utilice calcetines sintéticos y aplique vaselina en los dedos, planta y talón del pie, por los mismos motivos argumentados anteriormente, no queremos ver ampollas, de hecho hay un enemigo oculto bien desgraciado: La tierra del agua. Esa poza que Ud. pisa contiene agua lodosa, esa tierra junto al agua generan una mezcla altamente abrasiva y al evaporarse se transformará en una lija, ampolla segura, pero la vaselina lo protegerá.
Las zapatillas pueden ser de Goretex u otro material impermeable (lo que aumenta su precio), pero si vive en un lugar donde la inversión no lo amerita puede comprar unas polainas sintéticas de esas que se utilizan en el trail running para estas contadas ocasiones y cubrir sus zapatillas. Si decide utilizar sus zapatillas habituales, después del trote debe sacarle la plantilla y colocarle unos diarios secos para que absorban la humedad. Nunca colocarlas directamente frente a la estufa ni tirarlas a la secadora de ropa, las estropeará.
Para secar tus zapatos después de correr, afloja las lenguetas, quita la plantilla y rellénalos con papel de diario. Para la próxima salida usa otras zapatillas para que la espuma y el zapato se puedan secar y recuperar apropiadamente.
Por último, si va a correr a algún lugar con amigos lejos de su casa lleve ropa de muda y una toalla seca, de lo contrario se enfriará y obtendrá un resfriado. Si por el contrario retorna directamente a su hogar trotando, sáquese toda la ropa mojada en la cocina/logia y tome una ducha de inmediato.
Correr bajo la lluvia puede ser una experiencia tonificante, no pierda la oportunidad de vivirla estando bien preparado y no sufrir debido a las inclemencias climáticas.
Por Adrián Rodríguez
Miércoles 7 de Agosto de 2013
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