Cindy Ramírez: Ganar Pucón fue sólo el comienzo#PuconTrailRun #RunchileRaceReport #RunchileTrail #TrailRunchile

Race Report Pucón Trail Run 2018

El jueves de la segunda semana de diciembre me caí mientras bajaba del cerro, en el que entreno siempre y conozco de memoria. La punta de mi zapatilla tropezó en una roca y caí hacia adelante con todo el peso de mi cuerpo de una altura de casi un metro. Estuve 5 minutos inconsciente, me pusieron 5 puntos en el mentón, además de quedar con muchos moretones y estar 10 días de inactividad física, para cuidar la herida de movimientos bruscos e infección. Ese fue el resultado del desliz.

Este episodio incomodó la preparación para correr Pucón Trail Run. Luis Valle, mi entrenador, debió improvisar e ingeniárselas con el plan, y yo debía recobrar algo de confianza en las bajadas.

Desde que supe que se iba a realizar Pucón Ultra Trail quise correrlo. Era la excusa perfecta para conocer un nuevo lugar en una buena fecha y, como Nimbus siempre se esmera en darle una buena experiencia al corredor, sería una oportunidad perfecta. Viajé sola. Miguel, “mi marido sin papeles firmados”, no me pudo acompañar por un tema laboral. Viajé toda la noche del jueves y el viernes, y luego de encontrar un hostal cercano a la plaza me dediqué a dormir hasta poco antes de la charla técnica. Luego de oírla fui por un plato de pasta y de ahí directo a ordenar lo que usaría en carrera.

Los 50K del volcán Villarrica

Mi día comenzó a las 4 de la mañana porque tenía que estar en la plaza de Pucón minutos antes de las 5 am para abordar uno los mini buses que nos llevarían hasta el punto de partida. El viaje sirvió para calmar los nervios y comenzar la jornada de manera divertida entre risas.

La partida fue en un monte verde con vista hacia los cerros nevados, y la vegetación propia del lugar era el preámbulo de lo que viviríamos a continuación. En torno a una fogata, para apaciguar el frío del amanecer, levantábamos la mano al oír nuestros nombres al paso de la lista de corredores que dictaba el atento Molly (Carlos Mollenhauer), quien fue el encargado de la cuenta regresiva y nos lanzó al tobogán de emociones del 50K.

Comenzamos en fila india a ascender entre medio de vegetación que luego se volvió bosque, y más arriba pampa adornada con nieve, rocas y acarreos volcánicos con una vista 360ª sin igual a un mar de araucarias. Para llegar al primer PAS debí bajar todo lo ascendido entre un bosque. Era el que estaba a cargo de Carlos Sotomayor, donde rellené mi botella y mi ánimo, y me sentí como un auto de carrera en los pits. En medio de gritos de ánimo comencé a avanzar por el camino hacia Coñaripe, 6 km de camino 4×4 en cuesta hasta llegar al desvío desde donde comenzábamos a enfilar en subida hacia el PAS 2, que estaba en una de las zonas más altas y expuestas de la ruta. Puchi era su anfitrión, nuevamente el auto entro a los pits jajaja.

Seguí avanzando, era la parte más dificultosa de la carrera según lo explicado en la charla técnica, el viento comenzó a pegar fuerte y había que tener cuidado de no resbalar en los tramos de nieve que caían cerro abajo. Este tramo era lo mismo que estar en alta montaña sin necesariamente estar a gran altitud. A mitad de esa “nada” había 3 montañistas guiando nuestros pasos y advirtiéndonos que ya estábamos próximos al río que debíamos cruzar. Este se podía cruzar de un buen salto.

Tanto me acomodé para saltar que incluso conté hasta tres, pero mi torpeza me hizo caer justo a mitad del caudal. Pero no todo fue tan malo, al menos sirvió para refrescarme. Seguí en la senda y apareció un exquisito descenso corrible rumbo al bosque donde se escondía el PAS 3 a cargo de JJ, quien estaba casi 2 kms antes de este punto. Me imagino que quería ver la fila de corredores bajando a su encuentro. El PAS 3 para mí fue un oasis. Ya no parecía un auto en los pits, aquí parecía un animalito que jamás en su vida había probado algo tan rico como la sandía. Incluso me llevé unos trozos para el camino que, por cierto, no duraron ni 500 mts antes de pasar a mi estómago.

Un motivo es necesario para ganar

Desde aquí sólo quedaban 10 km para la meta. Al salir del bosque apareció una vez más el viento blanco y, junto a él, el “Escorial de Catricheo” quien robo mi corazón con su tramo estéril y técnico, y con su lava resquebrajada de color casi negro en forma de rocas desparramadas, invitándome al tropiezo. Luego se vino un sinfín de lomas de arena volcánica compacta por las lluvias previas. Este tramo con sus “sube y baja” se me hizo eterno y me costó de sobremanera. Sentí mucha hambre y la ilusión de cobrar el ticket del choripán que llevaba adosado al dorsal me hicieron no bajar los brazos.

Por más que a ratos me sacaba mis audífonos para oír al fin “la voz del trail”, ni luces de ella hasta que divise las banderas del centro de ski y supe que ya no quedaba nada para atravesar la meta que tanto quería cruzar. Crucé el pórtico feliz, solo quería sacar el modo avión de mi celular y llamar a casa para dar la noticia. No tarde más de 2 minutos en hacerlo, y en casa a casi 1.000 kms ya sabían que había terminado gracias a la cobertura de Runchile y La Voz del Trail.

A Pucón viajé sola, por lo tanto en la meta no había nadie esperándome. Eso pensé y estaba equivocada. Fui recibida con tanto cariño por los amigos que uno va haciendo en cada carrera, especialmente por Katherine Cañete, Rosalia Zegarra y Pablo Baez quien junto a su esposa me adoptó hasta el término del viaje.  

Estoy feliz de haber comenzado mi año de competencias con Pucón Ultra Trail, pudiendo conocer un buen tramo del “Villarrica Traverse” bajo la atenta mirada de los volcanes Villarrica y Quetrupillan.  Quedo esperando ansiosa Huilo Huilo y expectante por la nueva distancia de 80K que estrenaran en Torrencial.

Agradecimientos a Nimbus Outdoor por la invitación, a mi entrenador Luis Valle y a las marcas que me auspician Under Armour y 226ers Chile.

Por Cindy Ramírez

Trail Runner Under Armour

Viernes 26 de enero de 2018
Fecha de carrera: Enero 2018

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