Race Report – Maratón de Nueva York
Correr la Maratón de Nueva York siempre fue un sueño. No lo veía tan cerca, pero como me gusta soñar en grande, decidí postular a la lotería, el último día y casi por impulso. Se me había olvidado por completo… hasta que llegó ese correo deseado, había quedado en la maratón, No lo podía creer. Fui parte de ese pequeño grupo de afortunados, y en ese momento supe que esta sería mi maratón. La vida me estaba regalando algo increíble, y yo debía prepararme para estar de la mejor forma para correr ese maratón tan deseado.

Entrené muy duro durante meses, buscando mi mejor versión. Quería desafiar mis límites, salir de la zona de confort y llegar a la línea de partida sabiendo que había dado lo mejor de mí. Sabía que Nueva York era una carrera exigente, pero también sabía que quería disfrutarla al máximo.
En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba en la ciudad. Disfruté cada día previo, los colores del otoño, la energía única de las calles. Cuando fui a la expo a buscar el dorsal, recién ahí dimensioné lo que estaba a punto de vivir. No había espacio para los nervios, había emoción, orgullo y felicidad por estar ahí cumpliendo un sueño.
Y llegó el gran día. Me levanté convencida: “Este será mi día”. No quise perderme nada, tomé el ferry junto a corredores de todo el mundo, compartimos historias, risas y emoción. A pesar del frío, me quedé afuera viendo el amanecer sobre la Estatua de la Libertad —un momento que jamás olvidaré.
En la línea de partida, el corazón se me salía del pecho. Cuando sonó la salida, arranqué con el alma. Toqué todas las manos de los niños, grité, sonreí sin parar. Cada bandera chilena que veía me daba un impulso extra y un “¡CHI!” lleno de orgullo. Los últimos kilómetros fueron duros, pero el aliento de la gente me levantó una y otra vez hasta cruzar la meta en Central Park. No podía creerlo: Había cumplido mi sueño.
Y como si todo eso no fuera suficiente, al terminar me dieron la noticia: Había sido la mejor chilena del Maratón de Nueva York. No tengo palabras para describir lo que sentí en ese instante. Fue el broche de oro para una experiencia que guardaré por siempre.

Porque sí, los sueños se cumplen, solo hay que creer en ellos, trabajar con el corazón y atreverse a soñar en grande.
Carolina Quintana
Fecha de la carrera: Domingo 2 de noviembre de 2025


