En 1960 los Juego Olímpicos se realizaron en Roma. La maratón se inició en la Piazza di Campidoglio y terminó en el Arco de Constantinopla. El atleta etíope Abebe Bikila fue el primer corredor africano en ganar los 42,195 km, y lo hizo rompiendo todos los récords, con un tiempo de 2:15:16.
Lo inédito de esta ocasión es que, a pesar de que Adidas había proporcionado indumentaria gratuita, Abebe corrió la maratón descalzo. Sus pies estaban acostumbrados a correr los ásperos caminos africanos y no se sintió cómodo con las zapatillas y paró a los 12 km y se las sacó.
Hasta entonces Abebe era un completo desconocido, y ese día se convirtió en un héroe para los africanos. Tras cruzar el Arco de Constantinopla levantó los brazos en una clara venganza de los casi cuarenta años que, bajo el régimen de Mussolini, bombardearon su país. Quería manifestar lo que había sucedido en Etiopía. Los italianos tuvieron su vendetta, interpretaron el himno de Italia.
Cuando se le preguntó porque corría sin zapatillas, Bikila fue consciente del simbolismo de su gesta: «Quería que el mundo supiera que mi país, Etiopía, ha ganado siempre con determinación y heroísmo», dijo.
Cuatro años más tarde, esta vez calzado, volvió a ganar el oro en la maratón de los JJOO de Tokio batiendo de nuevo la plusmarca mundial con 2:12:11. Sin embargo, el declive del atleta más grande de la historia africana empezó en 1968, durante los JJOO de México, la falta de oxígeno sumado a una lesión, le obligaron a abandonar en el kilómetro 17 en ambulancia. Esa fue la última vez que se le vio correr.
Un año después de abandonar en México, el atleta perdió el control de su auto al tratar de esquivar una protesta estudiantil, quedando parapléjico. El corredor aceptó su desgracia: «Los hombres de éxito conocen la tragedia. Fue la voluntad de Dios que ganase los Juegos Olímpicos, y fue la voluntad de Dios que tuviera mi accidente. Acepto esas victorias y acepto esta tragedia. Tengo que aceptar ambas circunstancias como hechos de la vida y vivir feliz», dijo en ese entonces. Cinco años más tarde, en 1973, Abebe Bikila moría a causa de una hemorragia cerebral provocada por complicaciones debidas al accidente, tenía tan sólo 41 años. 65.000 personas acudieron a despedir al más grande de sus héroes nacionales.
Jueves 3 de Abril de 2014