Entrevista a Matías Anguitamatias anguita

Estuvimos con Matías Anguita, quien es considerado por muchos como el Forrest Gump chileno por sus importantes desafíos. Matías tiene 41 años, oriundo de Santiago, tiene dos hijos, Valentina de 17 e Ignacio de 8 años. Estudió Administración Financiera en el DUOC UC y tiene un posgrado de análisis financiero en la Universidad Católica. Su pasión por el running partió a los 25 años con el fin de superar su adicción al cigarro.

¿Qué hacías antes de empezar correr?

Era un gordo, no hacía nada de deportes, andaba en bici cuando chico, pero como todos, no como un deporte. Pesaba como 100 kilos y fumaba dos cajetillas diarias.

¿Por qué empezaste a correr a los 25 años?

Porque quería dejar de fumar. Asumí que tenía una adicción al cigarro y como todo lo que hago en mi vida lo corté de golpe. Lo pasé mal porque no me traté, entonces me pregunté qué puedo hacer para tratar yo mismo la adicción, de esa forma decidí hacer algo totalmente opuesto a mi adicción. Me pareció que correr era lo más natural, no tenía zapatillas. Me compré unas baratas, usaba un short y una polera de algodón, en mi época no había tanta tecnología en ropa deportiva.

¿Cómo empezaste a entrenar?

Corría un minuto y caminaba otro, así duré 15 minutos las primeras veces. Lo pasé tan mal que dije esto es lo que tengo que hacer y seguí todos los días, después de tres semanas pude correr 15 minutos seguidos, así cada día aumente minutos hasta que corrí 40 minutos que pude lograr en dos meses de entrenamiento, a esa altura ya me sentía bien. Luego empecé a calcular cuántos kilómetros corría y me fui superando en distancias y tiempo. Luego de una gran entrenamiento sin parar baje 30 kilos.

¿Cómo fueron tus primeras competencias?

Me encontraba en Algarrobo cuando escuché sobre una carrera que se iba hacer en San Antonio, de 10k y 21k. Fui, me inscribí ese mismo día y cuando me anoté para los 10k la persona a cargo me dice que los 10k eran sólo para personas mayores de 50 años y para menores de 50 sólo 21k. así que me metí en los 21k. Participé y llegué ultimo a la meta, no fue algo malo, ya que me motivé más.

Luego de esa experiencia empecé a ir a competir a más carreras. Decidí ir a la Maratón de Santiago, en la distancia de media maratón de 21k, y terminé en un tiempo de 1:52. En ese momento dije que estaba listo para una Maratón.

Nueve meses después me preparé para una maratón, sin la necesidad de ponerme metas. Fui a la Maratón Costa Pacífico y corrí los 42k en 4:07 minutos. Me sentía súper bien, no me dolió nada. Sentí que lo que había hecho estaba bien hecho y crucé la meta con ganas de seguir corriendo.

Ahí empecé a correr todas las maratones que pude en muchas regiones de Chile.

Luego de cinco años dije: “Quiero correr más de una maratón”. Entrenaba a la semana unos 90 kilómetros, entonces busqué una ultra maratón, fue así como me inscribí para la carrera Lican Ray Villarica de 70k, que la terminé en un tiempo de 7:30 horas.

Después organicé una carrera del Mall Sport a Valle Nevado, eran 92k ida y vuelta. En esa carrera empezamos 35 competidores y terminamos 20. Juan Encina la ganó, yo llegué en cuarto puesto. Cuando terminó el evento me replanteé mis objetivos y decidí dedicarme a correr y dejar mi trabajo de lado.

¿Cómo fue ese desafío de dejarlo todo por el running?

Como yo me entrenaba a mi mismo y me funcionó empecé a entrenar a tres amigos. En ese momento uno de ellos me dice que me dediqué a entrenar gente, a lo que yo le respondí que no era profesor de educación física. Me metí en unas clases de preparador físico, pero me pareció que la teoría que manejaban estaba obsoleta por lo que me salí en pocos días. Luego de eso FullRunners me ofreció que sea entrenador del club y ahí decidí renunciar a mi trabajo como administrador financiero. Estaba cumpliendo mi sueño de vivir del deporte. Posterior a eso me lancé sólo y en el año 2010 logré tener de manera independiente a 60 personas entrenando.

¿Qué objetivos venían en ese momento?

El 2010 fue el terremoto y me inspiré con Felipe Cubillos en hacer el Desafío Correr por Chile, con el objetivo de reunir fondos para hacer una escuela en Coronel. El desafío era correr una maratón en cada región de Chile. Terminé las 15 regiones y fue un éxito, juntamos 20 millones de pesos.

De ahí me fui a correr a los 80k de Atacama, iba sólo por un salar y me acordé que ese año cumplía 40 años. Decidí celebrarlo de una forma importante, una maratón diaria durante 40 días. A mi me gustaba darle un sentido a los desafíos, así que a esta experiencia sumé otra de ayudar a reforestar la Patagonia entregando 1 árbol por cada kilómetro que corra, de esa manera juntamos 2.000 árboles, luego de haber corrido 1.683 kilómetros.

¿Pasaste por el bosque?

Sí, pasé y me saqué una foto en medio de la reforestación, fue un desafío exitoso, es algo que está muy bonito.

¿Cómo te veía la gente en estos desafíos?

Las personas llegaban y me decían que no corrían hace varios años y que yo los había motivado a correr, eso fue consecuencias de los eventos. Tenía muchos mensajes en Facebook agradeciéndome por la ayuda que les di moralmente.

¿Qué vino después?

En diciembre dije que me gustaría replicar la experiencia de las maratones que hice en cada región de Chile y decidí volver a correr el país en 5.000 kilómetros. Corriendo 80 kilómetros diarios en dos meses lo pude lograr. Busqué auspiciadores, me demoré 9 meses en preparar todo. Nadie en el mundo había hecho un desafío parecido a éste con esa cantidad de kilómetros. Se dio todo y fue un éxito total, fue un lindo proyecto, lo más importante es que con eso mucha gente se motivó a hacer deporte.

¿Tenías resguardo en la ruta?

En las ciudades me acompañaban otros corredores, pero en la carretera en medio del desierto sólo los carabineros iban conmigo, eran como los fiscalizadores del récord. También me acompañaba un Motor Home en el que viajaba la productora que grababa el recorrido, el conductor y la kinesióloga.

¿Cuál fue el secreto del éxito?

Usar zapatillas no más de 300 kilómetros y segundo el apoyo de la kinesióloga. Tenía un par de lesiones, pero la kinesióloga me ayudó y fue fundamental en el éxito.

¿Cómo haces para correr esas distancias y no lesionarte?

Es raro, no me lesiono y si me lesiono dura dos días. La hipótesis es que como entreno tanto mi cuerpo se recupera más rápido. Yo nunca dejo de entrenar estando lesionado y es sabido que para la mayoría de lesiones si dejas de entrenar te recuperas más lento.

¿Cuéntanos sobre el desafío de Greenpeace?

Yo me hice ciudadano de la República Glaciar. La idea con esta república es que el Gobierno de Chile reconozca a los glaciares y con ello los proteja. De esa manera me dijeron que querían cerrar la campaña conmigo, ya que yo era ciudadano de la República Glaciar. Ahí decidimos correr del glaciar más cercano al Palacio de La Moneda con el fin de entregar a la Presidenta un pendrive con las 25 mil firmas de los ciudadanos. La idea era que el 21 de Mayo en la Cuenta Pública reconociera a los glaciares para luego legislar el proyecto. Corrí 83 kilómetros fue un desafío mediático y muy importante en mi carrera. Utilicé un reloj Garmin Forerunner 620, que permitió hacer un seguimiento online del recorrido, gracias a la aplicación Live Track, por lo que además del relog tuve que llevar un Smartphone y utilizar la aplicación Garmin ConnectTM Mobile, para que el Forerunner 620 uilice la señal del celular para transmitir mi posición a quien quisiera seguirlo.

¿Eres exitoso en todo lo que te propones?

Sí, tiene que ver con una cosa de actitud, nunca pienso que no va a resultar nada. Siempre estoy emprendiendo un proyecto nuevo.

¿Cuál es tu próximo desafío?

Tengo dos, uno en agosto sobre una idea que no te puedo contar mucho, pero que trata de un auto y una trotadora. En marzo el desafío Buenos Aires-Valparaíso con la idea de unir el Atlántico con el Pacífico, mi objetivo es unir la historia de Chile y Argentina.

¿Agradecimientos especiales?

A mi club Matias Anguita, a mis alumnos, a la Corporación de Deportes de la Cámara Chilena de la Construcción, a Garmin, a Brooks y a Sony. A María Laura Peña, mi asistente, quien me ayuda en todo.

Gracias Matías por deternerte unos minutos y juntarte a conversar con nosotros!

Entrevista realizada en julio 2014

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