Race Report Maratón de Boston 2025
Comencé corriendo en pandemia como forma de autocuidado y escape y desde ahí, nadie me paró.
Trabajo en un colegio, soy directora de Ciclo, y tengo cuatro hijas, por lo que mi horario de entrada al trabajo y exigencias propias de la maternidad me obligaron a poner mi despertador a las 5:00 am para tener esta «terapia». Muchos días llego trotando a mi trabajo para poder cumplir con los desafíos. A lo largo del tiempo, mi entrenamiento ha ido en aumento en cuanto a kilómetros e intensidad. Nunca he parado.
Como a las 5:00 am troto por las calles en absoluta soledad y no soy parte de ningún club, no me había motivado a inscribirme en ninguna carrera masiva, hasta que fui convencida por mi marido a entrar a la Maratón de Santiago el año 2024. A mi sorpresa, logré salir 7ª de mi categoría y 40 en la general de mujeres. Tiempo que me permitió clasificar a Boston, la maratón de las maratones. ¿Quién lo iba a pensar?
Desde que me enteré de que estaba dentro del selecto grupo de clasificadas, me enfoqué aún más en mis entrenamientos e indicaciones del coach Romain Babin. Comencé a dedicar bastantes sesiones a bajar mi ritmo cardíaco y entrenar en zona 2, y ser muy aplicada en no perder ningún entrenamiento, aunque me tocara trabajar los sábados o llegar muy temprano al colegio. El despertador incluso ha sonado antes de las 5:00 am, una locura. Además, soportando una lesión de cadera que aún se manifiesta.
Día de la carrera
Boston… ¡Uf! Impactante. El ambiente previo, la organización y cómo la cuidad respira el deporte es algo alucinante. La gente te saluda y felicita por estar ahí, ellos saben más que nadie lo difícil que es calificar y lo privilegiado que somos de ser parte de esta fiesta.
La carrera, durísima. Mucho peor de lo que me habían contado. Sentí que subí 15 colinas cuando solo me habían dicho que eran cuatro. Si bien el primer kilómetro es en bajada, después, nunca más sentí que fui en plano. Cada vez que se subía, la bajada (corta) me mostraba un nuevo desafío. Además, la partida es más tarde de lo que estoy acostumbrada y hacía calor algo que me jugó en contra, dado a que no estoy acostumbrada a trotar en esas condiciones. Tuve que mojarme con cada vaso de agua que me dieron en los puntos de abastecimiento.
De todos modos, la energía de la gente, el grito y aliento en cada lugar fue el impulso para mantener la mente solamente focalizada en esa preciosa medalla. Impresionante ver la cantidad de familias entregando su día feriado a apoyar a gente que no conocen. Sus patios, calles y casas se llenan de color para recibir a los miles de runners, es una verdadera fiesta. Lo que más me emocionó fueron los niños regalando fruta, cubos de hielo, vaselina para hidratar los labios de los corredores, agua y tantos carteles llenos de mensajes de aliento.
Al llevar mis primeros 15 kilómetros me di cuenta que me quedaba energía para rato y que iba a un excelente ritmo sostenido, por lo que decidí seguir a la misma velocidad, tomando el riesgo de llegar con menos energía al tramo más complejo. Todo iba bien, hasta el kilómetro 29, donde sufrí una fuerte caída. Al levantarme no me quedó otra que seguir, mi mente fue más fuerte y a pesar que me dolía todo, no podía perder el ritmo ganado para cumplir mi gran objetivo. A pesar de las dificultades, seguí y pude mantener el paso, incluso en las difíciles colinas de Newton.
Los últimos kilómetros, desde la entrada a Brookline, se me hicieron interminables. Venía tensa, con dolor en el cuello y con una pierna que ya no reaccionaba. Veía como muchísimos corredores caminaban acalambrados o simplemente ya rendidos. Aquí la fuerza mental fue lo que me impulsó a seguir. En mi cabeza decía: «No te puedes rendir, tanto sacrificio, entrenamiento y lo afortunadamente que era de estar ahí… Necesitaba llegar porque sabía que mi hija mayor y mi marido me estaban esperando cerca de la meta, había que lograrlo como fuera».
Al llegar a la meta, mi emoción fue máxima. Lloré, lloré y lloré. Lo había logrado y no solo eso, sino que había podido mejorar mi tiempo en 10 minutos siendo esta mi segunda maratón, mi primer Major. Más que contenta con el resultado y saber que todo este esfuerzo a mis 43 años me llevó a ser la 7ª mejor chilena en esta versión. Contenta de la vida y de poder tener la energía para dedicar parte de mi tiempo a mí, a lo que me ayuda a ser feliz y mantenerme en equilibrio.
Ahora… ¿cuál será el próximo desafío?
Yasna Jelincic Siñuela
Fecha de la carrera: Lunes 21 de abril de 2025