Bueno amigos, acá estamos. Al fin en Atenas para correr la 28º edición de la Maratón de Grecia, el próximo domingo 31 de octubre a las 9 AM, festejando los 2.500 años de la batalla de Marathon.
La Asociación Internacional de Atletismo le dio el grado de Golden Marathon comparable con la Maratón de Berlín, New York y Chicago. La organización es perfecta, tenés un pase libre para todos los sistemas de transporte del Estado, la entrega de kits fue sumamente organizada, se dividió en 3 días de 9 a 18 horas y se llevó a cabo en el ZAPPEION MEGARO, sede olímpica de los primeros Juegos Olímpicos en los tiempos modernos, realizada en 1896. Este edificio tiene forma circular dividido en 8 segmentos, en los dos primeros te acreditas y te dan el kit, el cual es completísimo (geles, botellas de bebidas isotónicas, camiseta de la carrera, parches fríos y calientes para tratar los dolores y lesiones), básicamente todo lo que se puede pedir. Impresiona ver 8 paredes completas con el listado de los todos los participantes.
Luego tenés el sector de prueba del CHIP, donde pasas por una alfombra que lo lee y sale marcado tu nombre, número y nacionalidad en una pantalla frente a uno.
Le siguen los stands comerciales de ropa, suplementación y accesorios, donde estaban las grandes marcas como Adidas, Asics, Mizzuno y New Balance (me extrañó que no estaba Nike), también ofrecían chequeo médico en el momento y pruebas de pisada gratuitas. En el último sector están los stands de promoción de las próximas maratones como Praga, Berlín, etc.
El día viernes a las 19:30 horas se realizó un evento muy bien contado, donde se explicaba la hazaña de Fidipides (es Fidipides y no Filipides como yo creía), se presentaron las autoridades del atletismo y maratón mundial, políticos y personajes famosos de Grecia y Europa, finalizando el evento la presencia de la orquesta de Mikis Theodorakis.
Tuve el gran lujo de estar con leyendas del maratón como: Rosa Mota (medalla de oro en de Seul 1998), Constantina Dita (ganadora en Beijing 2008), Stefano Baldini (ganador en Atenas 2004), Anton Abel (campeón mundial en Atenas 1997), Joan Benoit (ganadora en Los Ángeles 1984) y Katerine Switzer (ganadora de la Maraton de New York 1974 y quien fue la primer mujer que ganó un maratón a pesar de estar prohibido por la Federación Internacional de Atletismo). La emoción y la adrenalina son increíbles y más cuando se encendió la llama olímpica para dar comienzo al evento.
La carrera lleva el nombre de Gregoris Labrakis, gran médico, deportista, político y pacifista que fue asesinado en Thessaloniki (Norte de Grecia) en una marcha por la paz en 1963.
El sábado 30, los festejos nos llevaron a la planicie de Maratona, donde se realizó la ceremonia de apertura oficial y el encendido de la llama del Marathon. El evento se realizaría en el mismo lugar donde están enterrados los cuerpos de los 192 bravos guerreros atenienses que dieron su vida en pos de su libertad.
La llama se llevará al lugar preciso donde se desarrolló la batalla y desde donde comienza la carrera, que es el mismo lugar desde donde salió corriendo Fidipides. Este guerrero partió hacia Atenas para avisar de la victoria de los atenienses (ayudados por Plateistas, los Espartanos nunca pudieron llegar a ayudar por ser día festivo religioso) sobre el ejercito Persa de Dario. Fidipides, a segundos de haber pisado su tierra y luego de correr 42 kilómetros gritó: NIKÉ (VICTORIA en idioma griego) falleciendo en ese instante y evitando el suicidio masivo de los habitantes de Atenas, quienes tenían encomendado el matar a sus hijos y luego a ellos mismos antes de caer en manos Persas. Pero lo más emotivo del evento fue ver la cantidad de oficiales del ejército y personalidades de distintos países como Alemania, Italia, España, Pakistán, Brasil, Suecia, Francia, etc., que aplaudían y reverenciaban la tumba. Mi pregunta obvia fue: ¿qué pasaba?, tras lo cual me explicaron que esa maratón festeja la libertad, ya que de haber resultado victoriosos los Persas, habrían arrasado con los creadores de la Astronomía, Matemáticas, Filosofía, Democracia, entre tantas otras ciencias, lo que habría cambiado el futuro del mundo así como lo conocemos hoy.
Acto seguido nos trasladamos junto a un amigo y gran maratonista argentino (Marcelo de Bernardis) al Museo de Marathona donde se encuentran tesoros invaluables para el mundo del atletismo como ser: las Antorchas Olímpicas de Atenas 2004, Beijing 2008, Los Ángeles 1984, medallas de oro, plata y bronce de distintos Juegos Olímpicos y maratones alrededor del mundo, junto con fotos oficiales e indumentaria utilizada en casi todas las maratones de la era moderna por los ganadores de las mismas. Este lugar te llena de escalofríos, ya que ves la historia viva del maratón y encima junto a las personas que lo hicieron posible.
Realmente aprendí y viví personalmente el espíritu del Maratón.
Llegó el momento de la verdad, el domingo 31 de octubre de 2010 se corre la Marathon Internacional de Atenas calificada por la Asociación Internacional de Atletismo (AIAF), por rememorarse los 2.500 años de la odisea de Fidipides con el máximo nivel que otorgan: Gold Level, junto con NEW YORK, BERLIN, CHICAGO, BOSTON Y LONDRES (the big fives).
Son las 4 de la mañana, arriba a prepararse, vestirse, verificar nutrición, hidratación, vendas, setear los relojes cardios y partimos en taxi rumbo a Evangelismos en el centro de Atenas, una de las tres estaciones donde están los buses aguardando para llevarnos hacia Marathona (lugar de largada) junto a Syndagma y Panathinaikos Stadium.
¿Cuánta gente? ¿Cuántas historias diferentes? Veo gente de todo el mundo, Dinamarca, Japón, Australia, Rusia… todo muy prolijo, muy respetuoso, llegó el turno de subir y hacia Marathona vamos. El viaje demora una hora, los nervios empiezan a jugar, cuánta gente, cuánta organización. A la derecha filas y filas de baños químicos, a la izquierda 12 camiones de logística, donde te reciben un bolso con tu número de participante para que guardes la ropa que te vas quitando mientras entras en calor.
Entramos en calor, ya falta poco, nos dan como un tapado de plástico para que no pasemos frio y entramos al estadio de Marathona. Nos dividen en 12 grupos o cajones de 1.000 personas, nos tocó el número 6, un canadiense me saluda, todo tranquilo, estamos muy entrenados, tenemos el plan de carrera preparado, hemos dormido bien, hay música típica y bombos, corredores por todos lados, algunas lágrimas, vamos que ya arranca!
A las 9 en punto se escucha el disparo y los gritos, sale el primer lote, el segundo, el tercero y de golpe nos toca, que momento!
Empezamos a devorar metros, en el kilómetro 5 doblamos a la izquierda y pasamos por la tumba de los 192 soldados atenienses que murieron en la batalla, volvemos a doblar a la izquierda y empieza la trepada. ¿Dónde estamos? En Grecia o trepando el Cerro de La Gloria en Mendoza.
Cada 2,5 kilómetros te dan agua, cada 5 Km bebidas isotónicas, cada 10 km bananas, geles y barras, todo perfectamente organizado, la subida se pone más dura.
Kilómetro 21: Se sienten los cuadriceps durísimos, la trepada se pone peor aún, veo gente de Finlandia caminando, un inglés tirado a un costado, eso fue todo para él!
Kilómetro 25: La peor parte, los servicios de asistencia médica ubicados estratégicamente cada 2,5 kilómetros y están abarrotados de corredores que no pueden más, mis piernas tampoco, momento de relajarse y empezar a usar la cabeza (cuántas veces me lo dijo el Capitan Gervilla y Santi).
Kilómetro 28: Tengo los gemelos como dos piedras y los cuádriceps bastante acalambrados, encima seguimos trepando. En el kilómetro 30 donde está el famoso muro mental la técnica de carrera ya no está, sólo se avanza, las piernas hicieron su parte, ahora es momento de usar cabeza y corazón, cuánta gente alentando, me hace acordar a la Vía Blanca de Las Reinas en la Fiesta de la Vendimia. Adri viene perfecta, se pone el equipo al hombro y seguimos para adelante, el cardio marca 165 pulsaciones, hay bombos, gritos, bocinas, chicos alentando, nos tiran según la tradición ramas de olivos (según la tradición por estos lados, representa la Victoria de los Ganadores) muchos corredores piden asistencia médica.
En el kilómetro 32 se acaba la subida y comenzamos a correr pendiente abajo, sólo faltan 10 kilómetros 195 metros, el dolor de piernas es terrible, pero seguimos hacia adelante, no pensamos en nada. Se escapan algunas lágrimas de la emoción y de golpe, faltando sólo 2 kms, vemos la plaza de Syndagma y el Parlamento griego! Vamos que falta muy poco!
Los gritos de la gente aturden, hay música de fondo, doblamos a la izquierda y al fin se ve el Estadio Olímpico del Panathinaikos con 40.000 personas alentando “PAME PEDIA, BRAVO PEDIA” (VAMOS CHICOS SIGAN). La emoción es total, nuestras amigas de la Asociación Argentina en Grecia nos pasan la bandera Argentina y así entramos al Estadio, qué momento, ya no importa nada, hay que correr como nunca, no falta nada y de pronto como dijo Fidipides: NENIKEKAMEN (HEMOS TRIUNFADO), cruzamos la meta con la bandera en alto y nos vienen a asistir; nos hacen caminar según reglamento 700 metros para ver si estamos bien, en el centro del estadio hay un hospital de campaña repleto de corredores en camillas. Qué organización, perfecta! Nos dan las medallas, son hermosas y nos llevan a las carpas de alimentación, hidratación y masajes, al fondo se ven los camiones de logística con sus números muy prolijos devolviendo las pertenencias de cada corredor. No doy más y caigo al piso feliz, cuánta razón tenía nuestro gran amigo Marcelo de Bernardis en decir: está no es una Maratón, es una máquina devoradora de gente!!! por algo está catalogada como la maratón en calle más dura del mundo. Lágrimas de felicidad, qué momento!!! Hemos corrido la Maratón Internacional de Grecia en sus 2.500 años de la épica epopeya de Fidipides. Ya un poco más repuestos vemos que han pasado 7 horas de carrera y siguen llegando corredores caminando, corriendo o como pueden, fotos por todos lados y con todo el mundo, que felicidad! Tanto esfuerzo que dio sus frutos, evidentemente una Maratón no se corre con las piernas, se corre con el corazón!!!
Fecha de la Carrera: Domingo 31 de Octubre de 2010