Runchile conversó con el runner amateur Cristóbal Torrealba, de Road Runners. Cristóbal ha corrido un total de 14 maratones, y tiene una marca de 2:43.
En esta entrevista nos cuenta cómo empezó en el running, cuál es su próximo objetivo, y cómo se prepara para correr un maratón.
¿Cómo y cuándo empezaste en el running?
Empecé a correr en el año 2002, más o menos. Me invitaron a correr un 10K de Nike, y ahí partí. Pero no entrenaba, la verdad. Siempre me gustó correr, aunque yo jugaba fútbol principalmente.
Por aquel entonces participé en la carrera, después no corría en seis meses. Luego me invitaban a otra, y corría. Así estuve hasta el 2009, que me inscribí a un 21K en Santiago. Me preparé a mi forma, saliendo a trotar a mi ritmo, sin elongar ni nada. Corrí ese 21 y me picó el bichito de correr el Maratón de Santiago en 2010.
Me preparé durante 3 meses pero muy mal: no tenía un plan y no elongaba. Solamente salía a correr y trataba de ir aumentando las distancias. Aún así creo que me fue bien. La terminé en 3:55. Fue bien sufrida, pero lo logré.
Después de eso empecé a practicar running más seguido. En 2011 corrí otro 21 en Santiago. De 2012 en adelante decidí correr solamente maratón. La segunda que corrí fue en 3:45, la tercera en 3:35.
¿Siempre en Santiago?
Sí, hasta que decidí postular a Nueva York y salí en el sorteo. También me preparé por mi lado pensando en mejorar mi marca. Fui para allá, hubo un huracán y se suspendió el maratón. Nos dieron la posibilidad para inscribirnos al año siguiente, y ahí dije: “voy a tomármelo un poco más en serio”.
En una corrida de Brooks me encontré con un compañero de universidad, Diego Valenzuela, que corría en Road Runners. Me invitó a conocer el equipo. En Julio de 2013 fui a conocer Pablo González, quien me invitó a participar. Desde entonces estoy en el equipo, desde hace 5 años.
El cambio fue mayúsculo. Conocí las series, lo que era la preparación física, lo que era elongar después de una carrera. La diferencia fue muy grande. Corrí Nueva York en 3:21. De ahí comencé a correr dos maratones por año, tratando de buscar los Majors. En Santiago 2014 hice 3:09, en Chicago 3:02, en Tokyo 2:56.
Ese Tokyo fue en 2015, ¡y fuiste el mejor chileno!
Sí, tuve la suerte de que no corrieron muchos chilenos (risas).
Pero conseguiste bajar la frontera de las 3 horas.
Sí, eso fue muy positivo. En Chicago busqué bajar las 3 horas, pero no lo conseguí. Pero ya en Tokyo pude. Desde entonces he seguido bajando mis marcas. Ahora estoy en 2:43, en Santiago. Ojalá bajar de las 2:40 en octubre en Viña.
¿Entonces que Majors te faltan?
Solamente Londres. Es mi objetivo. No estoy inscrito porque todavía no sale el sorteo. Es muy difícil quedar. Si no es el próximo año será en 2020.
Hablemos de tu entrenamiento. ¿Ahora mismo te estás preparando para Viña?
Sí, ya estamos con el plan de entrenamiento con el Head Coach Pablo González.
¿Cómo es una semana de tu plan de entrenamiento?
Yo estoy entrenando entre 6 y 7 días a la semana. Dos días hago pista. Un día se hace un trabajo más de velocidad, con series más cortas de alta intensidad. Otro día es un poco más suave, con distancias un poco más largas. El sábado ya son largos, sobre 20 kilómetros. Según se acerca la carrera va aumentando la distancia. En los 30 días previos al maratón se van reduciendo las cargas. En esta última fase empiezo a cuidar un poquito más la dieta.
Yo noté enormemente el cambio de pasar de correr 4 días a la semana a 6. Eso me ayudó a bajar las 3 horas, a poder superar mis marcas. Noté muchísimo la diferencia. Aunque sean distancias más cortas o entrenamientos más suaves, no importa, pero la idea es correr 6 días a la semana.
Lo otro que me ayudó es la dieta. Entre la foto de mi primer maratón y el último hay 13 kilos de diferencia. Yo nunca he sido gordo, pero ahora noto la diferencia. En Tokyo yo me notaba delgado, y ahora veo las fotos y me comparo y todavía me quedaban 5 kilos de grasa en el cuerpo. Lo conseguí con ayuda de nutricionistas. No es que me restrinja, pero me cuido de no comer muchas grasas, trato de evitar el alcohol.
¿Tienes un plan de alimentación?
No como tal. Básicamente es tener cuidado. De hecho creo que como mucho más que antes, pero como mejor.
¿Cómo se compaginan esos seis días a la semana de entrenamiento con la vida familiar y laboral?
En verano es más fácil de hacer. Trato de salir antes de ir a trabajar los días que no son pista. Me levanto a las 5 ó 5:30 de la mañana, porque entro a trabajar a las 8. Si no puedo por la mañana, salgo en la noche, una vez que mis hijos ya están durmiendo. Martes y jueves, que son los días que hago pista, tengo que “sacrificar” un poco el tiempo familiar para ir a entrenar. Es sacrificado, pero se puede hacer.
¿Notas cómo la gente sale cada vez más a correr?
Sí, los sábados yo salgo muy temprano a correr, y los domingos un poco más tarde, pensando que no voy a encontrar a nadie en la calle, y está lleno de gente haciendo deporte. Sobre todo en Andrés Bello, Pocuro o Lyon, donde cierran las calles. ¡Y eso igual motiva!
¿Cuántos maratones llevas encima?
Catorce, si no me equivoco.
¿Cuál recomendarías a la gente como carrera imperdible, tanto en el extranjero como en Chile?
Fuera, sin duda Nueva York. Boston es una carrera increíble, pero es más difícil conseguir cupo. Nueva York hay sorteo, y se puede conseguir por otros lados. Y es una gran experiencia, con mucha gente alentando. Si alguien quiere probarlo, a pesar de que Nueva York no es fácil de correr, el aliento de la gente y el ambiente hacen que sea una experiencia inolvidable. La recomiendo.
En Chile me quedo con Viña. Corre harta gente, y es un circuito bastante plano. Santiago es algo más duro, aunque cualquier persona que corra un maratón, aunque sea por primera vez, al llegar a la meta va a querer correr otro. Pero recomiendo Viña del Mar.
¿Cuál ha sido el momento en el que peor lo has pasado en una carrera?
En todas las carreras en algún momento uno piensa: “¡Chuta! ¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué quiero alcanzar la marca?”. Particularmente yo siempre he mejorado los tiempos en todos los maratones excepto en uno. En Buenos Aires, en 2015, cometí el error de no seguir mi ritmo. Siempre se dice: “Si ves a alguien más rápido que tú no lo sigas, mantén tu ritmo”. Cometí el error de correr con unos chilenos que me dijeron “Vamos, corre con nosotros”, y los seguí.
En el kilómetro 21 morí. Lo pasé pésimo los últimos 21 km. Con ganas de vomitar y acalambrado entero. Obviamente no mejoré mi marca. No hice mal tiempo, pero no mejoré. De ahí aprendí que tenía que respetar los ritmos a los que había entrenado.
Eso le cuesta a mucha gente. En la partida de un maratón todos van con mucha energía, con mucha fuerza. Y uno tiende a ir más rápido. Ahí se nota el que tiene más experiencia y sabe que tiene que controlarse a pesar de que te pasen. Al final es cuando empiezas tú a pasar a la gente que apuró al principio.
¿Y cuál es el momento de carrera que recuerdas con más cariño?
Todas tienen algo especial. Cruzar la meta es una experiencia increíble. Pero en Boston particularmente, me causó mucha emoción cruzar la meta, porque es una carrera muy exigente, técnicamente muy dura. Logré mejorar mi marca, así que fue una experiencia especial, ver que el entrenamiento dio sus frutos. Espero repetirla en algún momento.
Llevas 14 maratones. ¿Tienes una cifra a la que quieras llegar?
No, quiero correr hasta que me dé el cuerpo. Ojalá pueda llegar a las 50. Ojalá pueda tener 70 años y siga corriendo. Voy a seguir intentando mejorar mi marca hasta que el cuerpo me dé. Ahora tengo el objetivo de las 2:40, que lo veo con mucho respeto, pero vamos a ver si se da en Viña. Todavía quedan 3 meses de preparación, así que vamos a ver qué sale.
Para terminar, ¿qué consejo le darías a alguien que está empezando ahora en el running?
Que partan con carreras cortitas, ojalá masivas, porque correr con más gente anima. Que se busquen un grupito para correr, o un amigo. Eso ayuda a hacer el entrenamiento más llevadero.
Y que se asesoren bien. Aunque a lo mejor no es necesario entrar en un club, igual es bueno buscar el consejo de alguien que tenga más experiencia, para evitar lesiones. Es común que la gente que parte corriendo sufra alguna lesión.
Y que prueben. ¡No se van a arrepentir!
Muchas gracias por tu tiempo Cristóbal! Y mucho éxito en tus objetivos!!!
Entrevista por Jaime Gago (Martes 17 de julio de 2018)