K42 Altos de Cantillana, Adventure Marathon

A las 7 de los mañana ya estábamos casi todos los corredores escuchando la charla técnica con las últimas instrucciones para comenzar esta versión del K42, que tuvo lugar en la Laguna de Aculeo, a través de los Altos de Cantillana. Esta carrera es una de las dos fechas que se hacen en Chile, la próxima es en octubre en la Isla de Pascua. Además, el K42 también tiene carreras en Brasil, España, Argentina, Perú, Portugal y Marruecos. Para este año, la fecha final se realizará en noviembre en Villa La Angostura, Argentina.

Era una mañana fría y se notaba la ansiedad por comenzar los 21 y 42 km. Los participantes éramos en su mayoría chilenos, pero también nos cruzamos con runners de Argentina, Perú, Brasil, Estados Unidos, e incluso de Italia y España. En esta ocasión, la organización me pidió que corriera para vivir la experiencia desde dentro, para contar lo que los corredores sienten, piensan, cómo se ven en el cerro, cómo es el circuito, que sin lugar a dudas, es realmente maravilloso. Esta vez llevé la cámara conmigo durante la carrera, por lo que pude tomar cientos de fotos, de los corredores en acción y de los increíbles paisajes.

Habiendo pagado mi noviciado hace algunas semanas en Quebrada Alvarado en mi primera experiencia 100% trail, en esta competencia, tomé fotos de la partida y después inicié mi carrera, un par de segundos después del resto, muy tranquilo, pero muy concentrado en ir paso a paso. No sabía cómo era el circuito, y no quería volver a sufrir tanto como lo hice dos semanas atrás, por lo que fui despacio, agarrando ritmo, en un circuito que siempre ascendía y cada vez con mayor inclinación. Sin embargo, me sentí muy bien, muy sólido y consistente, disfrutando al máximo del paisaje.

Es increíble pensar que a sólo 60 km de Santiago existe esto, una reserva natural que a medida que te empiezas a adentrar en el cerro, te das cuenta que es como estar en el sur de Chile. Los árboles te hacen sombra, los senderos son pequeños, el olor, el paisaje, todo es increíble. Sigues subiendo y el camino se va poniendo más rocoso y técnico, por lo que mi concentración estaba a full, casi siempre mirando por dónde pisaba para no caerme, pero de repente levantaba la cabeza y me encontraba con un paisaje que quitaba el aliento. Mientras más subes, más espectaculares son las vistas.

Y bueno, a medida que avanzaba me fui dando cuenta que esto se trata de tener ritmo y subir, subir, subir, tratando de mantenerme siempre al trote porque eso te da ritmo, aunque sean pasitos chicos, sin darte cuenta vas alcanzando corredores. Empecé al final por estar tomando fotos, partí tranquilo y poco a poco comencé a pasar gente. Ya me reconocen como Runchile… y lo bueno es que no sólo escribimos y vamos a las carreras, sino que las corremos, las vivimos, tenemos las mismas experiencias, sensaciones, felicidad, el mismo cansancio y la misma cofradía que todos ellos.

Los puestos de abastecimiento muy bien, la gente tomaba su agua e isotónico y dejaba sus vasos ahí mismo, teniendo en cuenta que estábamos en una Reserva de la Biósfera, Altos de Cantillana, todos estaban muy conscientes de eso y que había que cuidarla y no se llevaban los vasos cerro arriba o cerro abajo, tomabamos y ahí mismo quedaban los vasos.

Creo que esta vez caminé muy poco comparado con la experiencia anterior. Hasta el km 7 fue un trote constante, aunque fuera un paso chico, aprendiendo de los grandes como Israel Escudero que estaba corriendo los 42 km. Debo admitir que caminé un poco cuando se me hizo muy difícil seguir corriendo porque el terreno se puso más técnico, angosto y con mucha piedra.

Cuando hago el giro y comienzo a bajar, saco la cámara nuevamente y empiezo a sacar fotos a los que vienen atrás mío, una ventaja que no tienen los que me iban ganando!! Traté de sacarles a todos los que pasaban por al frente mío, así que todos ellos tienen fotos en acción, en la mitad del cerro donde no llega nadie, excepto los corredores de trail que se atrevieron a este K42… y las mulas que vinieron en la semana a dejar el agua para distribuirles a los corredores, porque no hay otra forma de llegar acá.

Después de un rato sigo bajando, con cuidado, sobre todo después de la experiencia que tuve la vez anterior de quedar con los cuádriceps destruidos, así que a pasos cortos, mirando dónde pisar y tratando de sacar fotos a medida que avanzaba.

Al acercarme a la meta, la gente me aplaudía, llegué bien, muy contento, disfrutando mucho el momento. Además, estaba con mis hijas, que me han acompañado desde los 4 años a todo tipo de carreras. Hoy se levantaron a las 5 de la mañana conmigo y cruzamos juntos la meta, disfrutamos esto juntos. Una experiencia increíble. De eso se trata no?, de hacer deporte, vivir sano y disfutar en familia!

Ya recuperado, y después de haber disfrutado del excelente catering, esperamos el plato principal, que eran los corredores de los 42 km, los ídolos máximos del día… piensen que ellos subieron 21 km y después tuvieron que bajar otros 21. Eso es destructivo!, pero sino no se llamaría Maratón de Aventura, a muchos les escuché decir que era la carrera más dura que habían realizado.

Israel Escudero (ARG), corredor de North Face y Compressport, fue el primero en cruzar la meta en 4h28:29, seguido de Pedro Servini (CHI), muy cerca con un tiempo de 4h32:55 y cerrando el podio, Felipe Cancino (CHI) con 4h41:12. Mientras que Marlene Flores (CHI) también de North Face y Compressport fue la primera mujer en llegar, con 5h:24:17 seguida de María Penissi (ARG) con 6h18:54 y en tercer lugar Karina Palomino (PER) con 6h39:30.

Todos los corredores cruzan la meta felices de la vida, extasiados de haber logrado esta hazaña, sin importar el dolor ni el cansancio. Algunos de ellos ya piensan en la próxima fecha que tendrá lugar en Isla de Pascua en octubre próximo; y los primeros lugares ya quedan clasificados a la gran final de esta serie que se hace en noviembre en Villa La Angostura, Argentina.

En esta carrera existe una camaradería que no existe en otras… Tanto así, que a las 10 horas del inicio del evento, aún no llegaban los últimos corredores, pero estaban todos esperándolos, aplaudiendo, viviendo esta fiesta del deporte, sacando fotos, compartiendo, disfrutando y esperando la premiación donde aún quedan energías para las bromas y las risas… Aunque suene un poco reiterativo, todo este día es una fiesta, es algo difícil de explicar, porque es muy diferente a lo que el corredor de calle está acostumbrado, pero es algo muy lindo y que vale la pena vivir absolutamente.

Toda la aventura registrada con nuestras fotografías y documentada por ESPN Run, que tampoco quizo perderse la oportunidad.

Por algo son K42, Adventure Marathon, una aventura de verdad!