Race Report Torrencial Valdivia 63 kilómetros
Esta edición de Torrencial Valdivia y con casi 3.000 metros de desnivel acumulado, se anunció que será con torrencial de verdad. Durante la mañana no llovió, pero a cinco minutos de la partida empezó a hacerlo muy fuerte. Me pongo en la línea de partida y todos los recuerdos del año pasado vuelven en un flash. El frío de la partida, la noche, el palo que se clavó en mi pierna, la sangre, el miedo, el sufrimiento, las lágrimas, el podio inesperado. Después de esta carrera había tenido que descansar un mes y medio sin correr para cicatrizar la herida.
Esta vez estoy aquí para una revancha, para finalmente disfrutar de esta carrera. En los últimos meses he entrenado bien y he tratado de progresar en las subidas. He añadido más salidas largas y he corrido pocas carreras para preservarme. A mi lado no están Luis Valle y Francisco Pino, con quienes me hubiera gustado correr, pero tuvieron que retirarse o cambiar de distancia.
El plan
¡Son las 5 de la mañana y partimos! Al tiro se pone interesante la carrera. Casi se quedan mis zapatillas en el barro, pero me encantan las condiciones adversas. En el kilómetro 3 voy junto a Roberto Echeverría y Emmanuel Acuña, quienes serán mis compañeros por varios kilómetros.
Me quedé con mi plan: correr muy tranquilo durante toda la madrugada y tratar de guardar fuerzas para la segunda parte y la última subida larga. Emmanuel y Roberto llegan un poco antes que yo al primer PAS (7k), donde me espera y anima un gran amigo, Matt Maynard, que está tomando fotografías para la organización. Matt me acompañó, 3 semanas antes de la carrera, en un fin de semana muy cargado de horas de entrenamiento. Me anima y me llena de buena vibras! Tanto que algunos minutos después, estoy en las espaldas de mis dos compañeros. Trato de apurar y testear mis compañeros en bajadas. Pero los dos parecen tranquilos.
En el kilómetro 11 llegamos al lugar más lindo de la carrera para mí, pero como son las 6 de la mañana, no se ve casi nada. Al menos se escuchan los olas y se ve un poco de esta playa secreta solamente accesible a pie. Atravesamos dos riachuelos y vamos para la segunda subida hasta la cruz. Voy tranquilamente al frente del grupo, tratando de contener a mis compañeros. Llegamos al PAS La Cruz (km 18) con 6 minutos de retraso sobre mis tiempos del año pasado. Saliendo del PAS paso por el lugar donde me enterré el palo de madera el año pasado, por lo que esta vez estoy concentrado al 100%.
Otra vez trato de atacar en la segunda bajada, pero mis dos compañeros no me quieren dejar. En esta bajada me tomo el tiempo de mirar las luces de Valdivia en el fondo, ¡súper lindo el paisaje!
Después de muchas posas de agua, pasamos un PAS y se nos viene una subida corta, pero muy dura, donde hablamos un poco entre Roberto y Emmanuel. En la cumbre giramos a la derecha y entramos en la verdadera selva valdiviana. Estamos en un pequeño sendero rodeados de árboles gigantes. Prendemos la luz de nuevo. El sendero quedó muy barroso con la lluvia y el barro nos llega hasta las rodillas. Que contraste con el mismo sendero del año pasado que, según yo, esta parte era la más linda parte del circuito. Emmanuel está delante mío y los tres sólo tratamos de quedarnos de pie.
Saliendo del bosque, ya estamos con luz del día. Apagamos las frontales y se que la carrera recién está empezando. Pasamos por el pueblo de Quitaqui. En realidad hay cinco o seis casas. Nadie parece vivir ahí. Con las primeras luces de la mañana, la lluvia, la neblina, el ambiente se hace místico.
Ya en el kilómetro 32 y en una pequeña subida, Roberto ataca muy fuerte. Emmanuel no lo puede seguir y yo trato de “amortiguar” el ataque como puedo. El ritmo cambió. Vamos a 15 km/h. Llegamos al PAS del muelle Quitaqui, donde hacemos un pequeño ida y vuelta. En ese momento voy con casi 10 minutos de retraso sobre mis tiempos del año pasado. Roberto se queda 10 segundos y se va. Casi no me da tiempo para rellenar mi botella con agua. Voy persiguiéndolo por unos pastos llenos de agua y de barro y al pasar por una poza, me caigo. Un segundo después estoy nadando y embarrado tratando de levantarme. ¡Qué bueno fue ese spa!
Me quedé a 30 segundos de Roberto, pero se viene una subida. Aquí Echeverría empieza a caminar y yo sigo corriendo hasta pasarlo. La bajada siguiente estaba muy resbalosa y me caigo otra vez. Roberto me alcanza. Subimos otra vez y siento que tengo fuerzas en las piernas, trato de correr todo el rato para sacar el mayor tiempo posible en esa subida.
Ya estamos en el kilómetro 40 y bajando a casa Manns, donde suben desde otro lado los corredores de la travesía. Muchas caras conocidas que me animan y me dan mucha fuerza. Estoy muy concentrado porque sé que después viene la parte más difícil de la carrera. Una subida interminable de 12 kilómetros que fue horrible para mí el año pasado.
Llego primero a casa Manns donde hago un “Pit Stop” en el baño. Salgo dos minutos después, muy motivado. Roberto se toma más tiempo en el PAS y me alcanza Luis Patagon Soto el ganador de los 45 kilómetros. El año pasado me pasó en el km 35 y este año lo hizo casi 12 km más tarde. ¡Voy mucho mejor! Me siento muy bien y a buen ritmo. Luis me anima y me pongo detrás de él. Yo sé que si sigo a ese ritmo nadie me alcanzaría. Pasamos a los corredores de la travesía que nos animan. Luis está al frente la primera parte, yo voy al límite, pero me pongo al frente en la segunda parte. ¡El año pasado iba muy mal y este año voy volando!
En la cumbre, entramos en otro senderito en medio del bosque. Que linda es la selva valdiviana. Entrego mis últimas fuerzas para seguir a Luis. En la última parte del sendero me quedo un poco atrás para disfrutar y acabar la carrera tranquilo. La última bajada es pura felicidad y hay lindas vistas al mar. Recuerdo que el año pasado era puro sufrimiento, y en esa parte empezaba a llorar.
Este año también me llenó de emoción. Llegando a la meta en la playa Pilolcura hay menos gente animando que el año pasado, por ser un evento de dos días este año. Me da igual, porque en la meta hay muchos rostros conocidos y estoy muy contento! Además bajo en 10 minutos mi tiempo del año pasado.
Abrazo al Luis, ganador del maratón, y a Pablo, ganador de los 23. Los tres llegamos casi juntos a la meta. ¡Cinco minutos después estoy bañándome en el océano! Última vez en el Pacífico por mucho tiempo. Esta es (por el momento) mi última carrera en Chile, ya que me voy de vuelta definitivamente a Francia en tres semanas.
Al final, en los últimos kilómetros de carrera, Nelson Ortega (de Argentina) pasó a Roberto para colocarse segundo. Así que tenemos un podio internacional.
Felicitaciones a Amber (Philp), ganadora en mujeres y a Caroline, colega mía de la alianza francesa de Curicó, que quedó tercera en la general. Otro podio internacional en las mujeres! Y de alta calidad si añadimos que Vero Ramirez que se perdió en ruta.
Agradezco a la organización que tienen un evento muy bueno. Se siente que son corredores y que quieren tener la mejor carrera posible. Aprenden muy rápido de los pocos errores que hacen y mejoran el evento cada año. Y además son muy amorosos con sus corredores, ya sean elite o domingueros.
En Torrencial la gente de los PAS te está esperando y están listos para ayudarte. También el post carrera es lo mejor, en la playa hay mucha comida y cerveza y también en la discoteca con aún más cerveza(s)!
Mando un saludo a todo los corredores chilenos o internacionales que me he cruzado en las carreras chilenas estos últimos dos años y que todo el tiempo tienen una buena palabra para mi.
Gracias a mis amigos corredores curicanos por la buena onda y por animarme a entrenar.
Y finalmente gracias a mi mejor “barra” que me estaba esperando en la meta.
Fabien Beaufils
Trail Runner
Fecha de la carrera: Domingo 25 de junio de 2017