Nahila Hernández: “Badwater es una carrera sólo para valientes, es un infierno”

-Por Marcela Niemann y Rod Ballivián-

Empezó a correr después de tener a su segunda hija -aunque practicó deporte de alto rendimiento casi toda su vida-,  para recuperar su cuerpo de ambos embarazos, pero con el pasar del tiempo descubrió que le encantaba este deporte. Hoy en día, Nahila Hernández, Mexicana, radicada en Chile, es la primera mujer iberoamericana en realizar los cuatro ultramaratones del desierto (Sahara Race en Egipto, Atacama Crossing en Chile, Gobi March en China y The Last Desert en la Antártica); y también la primera mexicana en completar Badwater, considerada por National Geographic como la “prueba a pie más dura del mundo”. Esta carrera se llevó a cabo el pasado 15 de julio, y bajo temperaturas que se movían entre los 40 y 58 grados Celsius, Nahila logró completar los 217 kilómetros en 36 horas 17 minutos y 15 segundos, siendo la quinta mujer y tercera en su categoría en llegar a la meta.

¿Por qué decidiste correr Badwater?

Después de haber hecho los cuatro desiertos, que terminé en diciembre del año pasado, me entró la locura, y dije qué sigue, qué puede ser verdaderamente desafiante, qué más hay… y ahí apareció el pavimento. Badwater lo veía como algo muy lejano por el tema del suelo, ya que nunca he sido corredora de pavimento, pero tenía que hacerlo. Esta es una carrera sólo para valientes y muy competitiva, la gente más dura de la cabeza está ahí.

¿Cómo se clasifica a Badwater?

Tienes que hacer el Ultramaratón Brasil 135 (217K) o correr dos 100 millas en los últimos seis meses o un año (no recuerdo bien). Yo hice Brasil en enero de este año, pero no tuve mucha preparación específica porque había terminado la carrera en la Antártica hacía poco, que es el último desierto. Fue un desastre total, no tenía idea lo que era correr con tripulación, esa fue la primera vez. Contraté a un brasilero allá que fue con una amiga y Cristián Sieveking como líder de tripulación La carrera es a través de la sierra y es muy dura con más de 17.000 metros de desnivel según mi Garmin. Además, esto tampoco te garantiza que quedes en Badwater, es una preclasificatoria para que puedas aplicar. Quienes deciden son cinco personas que integran un comité al que entran todos los postulantes. Ellos te asignan puntos de acuerdo a tu curriculum y resultados deportivos, y dan 45 lugares para el mundo entero para Rookie, que son los que van por primera vez, y 45 lugares para Veteranos, que ya lo han hecho o lo han intentado.

¿Qué pensaste cuando estabas en la partida?

Nervio, incertidumbre, adrenalina al no saber qué es lo que viene, pero que te emociona. Estaba contenta, optimista.

¿Qué función cumple tu tripulación?

Después de Brasil, que fue un desastre en cuanto a tripulación, me di cuenta que era muy importante tener una tripulación buena, es de vida o muerte, y más en Badwater. Afortunadamente tenía un montón de personas que querían estar en mi crew y cada una cumplía un papel fundamental, te permiten 6 en total. Me di cuenta que más que grandes atletas, necesitaba gente que me quisiera, de ellos depende si terminar o no la carrera. Finalmente encontré una buena mezcla, de personas y países, y la mayoría son buenos amigos. La integraron Cristián Sieveking (líder), Marisol Delgado (apoyo general), Sandra Núñez (apoyo general y pacer), Argel Ruiz (apoyo general y pacer), Jesús Ayala (medio Runmx), Denise Rivero y Dimas Juantorena (coach de nutrición, pero que no fue físicamente).

¿Cómo es la dinámica entre el corredor y la tripulación?

Casi siempre hay alguien acompañándote, después de los 28km (antes está prohibido) porque te tienen que ir echando agua constantemente, o esperando a que tú le pidas algo. El pacer no puede ir ni al lado (no puede hacer sombra) ni adelante, siempre un poco más atrás. No puedes estar más de 3 o 5 minutos sin que te mojen, te mueres. Parece increíble, pero solo quien ha estado ahí, entenderá lo que digo. Aproxidamente cada 3 km tenía que parar y meter los pies en agua con hielo, con zapatillas y todo. En ese caso, yo le decía al pacer que iba conmigo que quería poner los pies en agua, hasta la camioneta (tenían 2 autos separados por 8 km uno de otro), preparaban lo que necesitaba, yo llegaba, metía los pies en agua y seguía corriendo. Y así funcionaba con todo lo que necesitaba.

Corriste en temperaturas que no son normales…

No te puedes imaginar el calor que hace, tienes que estar ahí, es muy extrema, es como si te pusieran secadores calientes directo a la cara constantemente. Es el infierno. A la 1:30 am habían 42 grados. Hubo una ventana de tiempo que bajó un poco la temperatura, en la noche, pero no debe haber llegado más debajo de 30 grados, y duró 3 ó 4 horas. Pero el promedio este año fue de 52 grados.

¿Qué piensas mientras corres por el desierto y en 58 grados Celsius?

No te concentras en una sola cosa, pienso en mil cosas, conversas con el pacer, planeas, tienes también estados de meditación profunda, y obviamente pienso en seguir adelante.

¿Cómo haces para financiar el viaje de todo el equipo?

En cuanto a mis carreras, todas ellas se financian con mis patrocinadores de México y Chile, que son VW, Movistar México, Sport City, Marti, Brooks México, Tommy Hilfiger, Runmx, Cuadrilátero, Garmin, Numa, Icebraker, Nathan, Fivefingers, Injinji, Gatorade y Petzl. A todos ellos les estoy profundamente agradecida, ya que son vitales en mi desarrollo deportivo y para ayudarme a cumplir mis sueños.

¿Cómo fue tu preparación para la carrera?

Había hecho la Antártica y Brasil hacía poco, por lo que el volumen ya lo tenía. Hice mucho cerro, entrené todos los días subiendo el San Cristóbal, mucha pendiente. Tenía que llegar el momento, que llegó después de dos meses, en el que subir era igual que correr plano. No hice trabajo de velocidad, porque en una carrera como esta no sirve, sólo resistencia y ritmo. Algo de Bikram Yoga y yoga como complemento cuando estaba en México.

¿Tenías alguna meta o alguna idea de en cuánto tiempo querías hacerlo?

Quería por lo menos igualar Brasil, y lo bajé casi 4 horas. Estoy muy contenta con los resultados, fui la quinta mujer y en mi categoría fui tercera.

¿Sentiste miedo en algún minuto?

La verdad que iba tan bien cuidada que no. Lo que sí, me dio un poco de nervio que me diera un golpe de calor, y a 12 km de la meta me pasó, afortunadamente me estabilizaron muy rápido y pude seguir.

¿Qué sentiste cuando cruzaste la meta?

Cruzamos la meta toda la tripulación junta y luego me puse a llorar. El dolor en los pies era muy fuerte, los tenía completamente quemados, llenos de ampollas e hinchados. Cada paso era una agonía, estaba concentrada en dar el último paso, lo que hace que cruces la meta sin disfrutarla mucho. No hacen mucho show cuando terminas.

Al día siguiente hay una ceremonia y hay algo que me pareció un detalle muy bonito, no hay podio en sí, sino que llaman a todos los corredores empezando por los que no terminaron y siguiendo por el último hasta llegar al primero.

¿Qué fue lo mejor y peor de la competencia?

Lo mejor haberlo logrado porque era un sueño, haber vivido la experiencia de correr y que tu vida dependa de tu equipo, ha sido un gran aprendizaje y una experiencia muy bonita.

Y lo peor es el calor, pero no es una variable que uno pueda manejar y es lo que hace a Badwater. Es una carrera muy dura que te destruye físicamente y que mentalmente también te puede destruir.

¿Qué sienten tus hijas de esta mamá ultramaratonista?

Carmen tiene 10 años y Julia cumple 8 ahora en octubre. Ellas están súper orgullosas, saben que viajo y que regreso, y que cuando estoy aquí estoy aquí. Las llevo al colegio en la mañana, luego entreno, trabajo todo el día  y en las tardes estoy con ellas.

¿Les inculcas a tus hijas este deporte?

El running no, pero el deporte sí. Carmen hace gimnasia rítmica, y Julia está empezando con patinaje artístico, logré encontrar algo que le gustara porque no le interesaba mucho el deporte. Hay que respetar la vocación deportiva sin imponerles nada, pero ellas saben que el deporte es igual de importante que jugar e ir al colegio.

¿Volverías a correr Badwater?

No suelo repetir carreras porque creo que hay un montón de cosas por hacer. Pero volver a hacer Badwater sería tentador competitivamente, porque la experiencia de hacerlo sí cuenta. Hay muchas cosas que ahora ya sé que puedo hacer de otra forma, y es una ruta que se puede perfeccionar. La primera vez no tenía idea cómo iba a responder mi cuerpo a 50 y algo de grados, algunas cosas las haría distinto; uno cuando no sabe siempre se está guardando para después. Creo que podría bajar 3 ó 4 horas.

¿Qué se viene ahora?

En septiembre vamos a hacer una carrera para la Fundación Impossible 2 Possible, una fundación canadiense de la cual tenemos la representación en Sudamérica. Vamos a hacer el Cruce de los Libertadores, desde Mendoza a Concón; es una expedición, no una competencia. También tengo varios retos deportivos de aquí a fin de año, pero no competitivos.

Para el próximo año tengo dos ideas en mente, me interesa hacer cosas únicas, algunas más extremas que otras. Uno de ellos incluye 100 millas (160 km) en cada uno de los cinco continentes. Pero ya les contaré más…

También tengo junto a Cristian Sieveking una empresa “Rompiendo Límites” que incluye una escuela de running y sistema de entrenamiento a distancia principalmente, que está creciendo sostenidamente y nos llena de orgullo y felicidad. Abarcamos todos los niveles del running y distancias aunque obviamente tenemos un gran diferenciador en las ultra distancias y terrenos técnicos. Paralelamente, tenemos una alianza con Germán Silva (ganador 2 veces del Maratón de New York) para atender los atletas que buscan tiempos en maratón y menores distancias. La verdad, tengo una vida hermosa y muy ocupada!

Jueves 8 de Agosto de 2013

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