Race Report 24 horas en pista 2016
Antes de comenzar con la carrera, debo escribir un poco del 2015, en donde por primera vez corrí esta prueba y por mi inexperiencia pagué el noviciado: antes de las 5 horas de haber comenzado la prueba ya estaba deshidratado, de lo cual no pude recuperarme. A pesar de eso, terminé en el kilómetro 129,4 y de lo cual estoy orgullosísimo. Pero a partir de esa experiencia sabía que volvería y, Dios mediante, no cometería los mismos errores.
Ya en 2016, me enfoqué en hacer distancia y transversalmente correr mi primer maratón (MDS 2h56m) y Viña del Mar (21k 1h20m), siempre ayudado de mi Profesor Omar Aguilar. Calculo que en total debo haber recorrido 2.500 kilómetros desde enero hasta que me presenté en la línea de partida el pasado sábado 12 de noviembre, para volver a correr las 24 horas en Pista.
LA CARRERA
Llegué a la pista del Colegio Sagrados Corazones de Manquehue y el tiempo transcurrió entre que repasé mentalmente una y otra vez mi estrategia. Entre tanto, saludé a mis amigos y conocidos que compartieron pista conmigo. Es raro, porque en una primera instancia uno sólo saluda, muy pocos hablan demasiado, pero internamente sabía que tendría 24 horas para ponerme al corriente con todos los locos que a esa hora ya se preparaban para entrar a la pista.
Ya en la presentación, me di cuenta donde estaba parado y recién dimensioné lo que se venía. Luego cada uno pasamos por el arco de partida, cual gladiador entra a la arena, a pelear su batalla interna.
Mi objetivo era relativamente simple para los volúmenes que venía corriendo: mantener un ritmo cómodo las primeras 12 horas y luego mirar cuánto llevaba recorrido y plantear la segunda mitad de la carrera, donde se suponía bajaría el ritmo.
Las primeras horas pasaron rápido, tuve el honor de acompañar a mi amigo Marcelo Fuentes las primeras 4 horas a un paso de 5 minutos por kilómetro, hidratándonos estrictamente cada 30 minutos, llevando un trote muy conversado, riéndonos de esta locura.
Ya cerca de la media noche, con el primer cambio de ropa, bajé un poco el ritmo y me acompañé de música para enfrentar la noche, (la cual estuvo muy agradable). Sin problemas y muy cómodo, llevaba más de 6 horas y así siguió hasta la madrugada, a un paso de 7 minutos por kilómetro, hidratándome cada 30 minutos y ya a esa altura, con más de un par de comidas en el cuerpo.
Cuando se cumplieron las 12 horas de carrera, recién me acerqué a ver el marcador, pidiéndole internamente a Dios que fuera mejor que el año pasado. Así fue, ya que resgistré 93 Kilómetros y estaba sólo a 7 de la primera meta sicológica: “Los 100 km”. Al ver que iba con 2 horas de diferencia respecto al año anterior, decidí bañarme y realizar el primer masaje con el personal de la productora. Fue ahí cuando el kinesiólogo al comenzar el masaje me dije: “Ojo con el poplíteo de la pierna derecha, no se siente bien al tacto”.
Yo pensé: “Este señor está loco, yo me siento perfecto”. Horas después el famoso poplíteo me abandonó.
Al volver del masaje, me quedaban 7 kilómetros para completar “los 100 km” y al entrar en la pista, mi buen amigo Ángelo Durán me dice: “acompáñame, me quedan 15 vueltas para ir a descansar” y justamente, eran las 15 vueltas que a mí también me faltaban (Gracias Ángelo).
Ya con los 100 kilómetros en la espalda y con 14 horas transcurridas, el pronóstico era espectacular: quedaban 10 horas para sumar kilómetros y superar con creces mi marca anterior, pero “el poplíteo” (le tomé cariño al músculo) dijo otra cosa. Kilómetro 106 y 15 horas de carrera, me hace salir casi de forma súbita (súbita para mí, para el kinesiólogo fue crónica de una muerte anunciada).
Ya pasado medio día del domingo 13 y luego de ir y venir entre masajes y la pista, decidí bajo una frustración tremenda, parar hasta nuevo aviso. Para otra vez será. Desde ese momento me dediqué a contemplar el espectáculo que nos brindó mi amigo Marcelo, donde fuimos espectadores de algo sin precedentes en Chile.
Cuando faltaban sólo 30 minutos, ingresé a la pista y completé las 24 horas. Punto aparte es la premiación que merecería un capitulo por sí solo, vivir eso es algo impagable.
Quiero agradecer a mi amigo y colega Marcelo Fuentes, humilde como pocos y más grande que todos. Gracias por tus consejos antes, durante y después de la carrera.
También a mi Profesor Omar Aguilar, el más grande de Chile, que este año me ha guiado con el ejemplo y sus consejos.
A Gerardo Gutiérrez, co-capitán de Team Runners Cristianos por su apoyo como ayudante. Te debo una grande, amigo mío.
A mi amigo Manuel Barros por el diclofenaco a tiempo, ¡siempre salvando!
Y a todos y cada uno de los miembros de mi familia y amigos que como corredor amateur, me siguen y me alientan a ir en búsqueda de mis sueños.
MI HUMILDE CONSEJO
Si se encuentra en la vereda del frente y se plantean alguna vez correr esta prueba, les comento cosas importantes que debe tener en cuenta y que en estos dos años corriéndola he aprendido tanto por experimentarla como viéndola:
- – No entrenes a última hora, es casi como estudiar en el recreo antes de entrar a la prueba.
- – Hidrátate estrictamente según sus necesidades.
- – Durante la prueba, come cosas de contextura líquida.
- – Lleva un cooler obligatoriamente. Prefiere las botellas con agua congeladas v/s el hielo en bolsa, ya que las botellas proporcionan la misma temperatura pero duran mucho más.
- – No pruebes nada el día de la carrera.
- – Usar gorro, bloqueador y lentes de forma obligatoria, sufrir en la pista no tiene nada que ver con sufrir con el sol.
- – Si eres de regiones, quédate a dormir el domingo en Santiago.
- – Distráete durante la carrera, conversa, piensa y por último si no te gusta hacer amigos, lleva música.
- – Tómatelo con humor, a menos que seas profesional, nadie vive de esto. Piensa que ganes o pierdas la carrera, el lunes tendrás que estar en tu trabajo y con tu familia.
REFLEXIÓN FINAL
¿Por qué correr 24 horas?, quizás aún no me respondo esa interrogante, pero en cambio puedo decir que correr 24 horas plantea sólo una cosa segura: La vas a odiar, vas a sufrir, pero la vas a disfrutar. A veces es bueno pasar tiempo de calidad con uno mismo.
Por último, le prometí a mi esposa Myriam no volver a correr 24 horas en pista por el desgaste que supone. Además al final del día es ella quien me lleva en calidad de bulto a la casa y convive con mis dolores durante los días que siguen; para mi suerte, en esta oportunidad ella estaba en Estados Unidos, así que me queda un 24 horas más. ¿Para cuándo?, sólo Dios (y el poplíteo) lo dirá.
Néstor Samuel Fernandez
Corredor amateur
Fecha de la carrera: Sábado 12 y Domingo 13 de noviembre de 2016