Hoy en día somos muchos los corredores que nos dedicamos a dar zancadas por el planeta, y eso ha hecho que cada vez dispongamos de más espacios exclusivos para correr: Parques, caminos, circuitos… Hace unos años, era mucho más habitual que tuviésemos que entrenar por carreteras, con el consiguiente riesgo para nuestra integridad física. Incluso hoy en día, hay veces en las que no hay más remedio que convivir con el tráfico vehicular.
No debemos olvidar nunca lo frágiles que somos, el menor golpecito con un coche puede provocarnos un problema muy serio. Por eso hay que evitar, en la medida de lo posible, correr por zonas de tráfico abierto. Y si tenemos necesidad de hacerlo, seamos prudentes, corramos con mil ojos y respetemos al máximo las normas.
por Javier Serrano (Miércoles 20 de mayo de 2015)